Jesús Farías Silva
Bastó solo un segundo de descuido para que el pequeño Joaquín Toro, de solo un año y medio, se cayera de la cuna, la tarde del lunes, en el sector los Maitenes de Santo Domingo. El niño estaba con su mamá y otro familiar. "Él se tiró, no alcanzamos a afirmarlo", cuenta Amanda Araya, la progenitora.
El golpe fue tan fuerte que perdió dos dientes y le dejó una severa contusión en la cabeza, según Amanda, quien por entonces no imaginaba que lo peor aún no había llegado.
"Nos fuimos corriendo al hospital de San Antonio para que lo atendieran. Le salía sangre y tenía un chichón enorme en su cabecita. La gente que lo veía notaba de inmediato que se había pegado muy fuerte. Tenía algo muy feo", relata la mujer.
El problema, de acuerdo a su testimonio, fue que nunca pudo recibir la atención de un profesional.
"Esperé muchas horas, muchas. Llegué cerca de las seis de la tarde y me fui cuando faltaba poco para las doce, porque una enfermera nos dijo que no había pediatra para atender", reclamó la mamá.
"No puede ser que pase una cosa así. Había muchos niños esperando que los atendieran. Simplemente no puede ser así", enfatizó.
"No sé si es culpa del hospital o es que no tienen suficiente gente para atender, pero da mucha rabia ver que un hijo tan pequeño y herido no tiene atención", agregó molesta.
"Por último que le informen a la gente porque uno se queda todo el rato esperando, asustada, desesperada. Tienen que entender también a la gente que llega allá pensando que es lo mejor, y tengo que decir que me trataron súper mal", denunció.
Desde el Claudio Vicuña aclararon que efectivamente no había pediatra la noche del lunes en el Servicio de Urgencias debido a la escasez de profesionales que tiene el recinto asistencial.
"Lamentablemente no tenemos los médicos que nos hacen falta", indicó Christabel Jensen, jefa de la sección.
Hasta la tarde de ayer, el pequeño Joaquín tenía buena salud mientras sus padres buscaban una hora en un centro privado para tener el diagnóstico de un especialista.