Pilar Campos Carmona
Ayer Margarita Díaz (67) y Juan Muñoz (74) se despertaron sin creer lo que veían sus ojos.
Los 40 milímetros de agua que cayeron durante el fin de semana desbordaron el estero La Cigüeña en el sector de Costa Azul, inundando las casas colindantes.
"Se inundaron seis casas, afectando a 15 familias", indicó con pesar Mauricio Salinas, encargado de emergencia de Cartagena.
Primeros minutos
Juan se levantó a las 7.45 horas para dirigirse hacia el baño, sin saber que al bajarse de la cama sus piernas quedarían empapadas hasta la altura del muslo con el agua del estero.
"No pudimos rescatar nada. Sacamos un poco de ropa, pero todo se perdió", insistió con amargura el abuelito.
Con los pies helados y mojados caminaba ayer por su living presenciando una de las escenas más tristes de su vida. Luego de unos momentos se resignó, y desde la esquina de su casa miraba el estero que le había robado el esfuerzo de toda su vida.
"Esta es la primera vez que se desborda el estero, pero es como la cuarta vez que se inunda la casa. La otra vez teníamos problemas con el alcantarillado, eso era peor porque el agua estaba sucia", contó Juan.
Mientras él trataba de poner en alto algunos objetos, los bomberos trasladaron a su mujer a la casa de la vicepresidenta de la población, Eliana Godoy, quien acogió a la pareja de abuelitos en su hogar.
"Ellos viven solitos. Todos los vecinos los conocemos y les tenemos mucho cariño", aclaró la dirigenta.
Margarita Díaz está diagnosticada con cáncer terminal al pulmón, además hace quince días sufrió un accidente vascular que tenía muy asustada a su familia.
Ayer estaba con los nervios a flor de piel. Como pudo, encendió un cigarrillo que se llevaba a la boca con su mano temblorosa mientras contaba con su voz entrecortaba lo que había sucedido.
"Los bomberos me sacaron en pijama y a pata pelada. Se mojaron las camas, la cocina... Los sillones estaban flotando", dijo.
Se llevaba las manos a la cabeza y cuando se reunió con su marido no pudo evitar caer en el llanto. "Lo que más lamento es la lavadora, porque cuando se seque todo cómo voy a lavar la ropa que se mojó".
Margarita se tapaba la boca con la mano y recordaba que la noche anterior había guardado encima del velador la platita de su jubilación.
"Cuando los bomberos me llevaban me acordé que había dejado 35 mil pesos en el velador. Al darme vuelta vi cómo el velador flotaba en el agua y la plata ya no estaba".
Ahora, los abuelitos esperan que personal de la Municipalidad de Cartagena se acerque a su casa y bombeen el agua. "Los remedios de mi esposa no los encontré. Lamentablemente las cosas son así y no podemos hacer nada", relató Juan Muñoz.
Ayuda
El encargado de emergencias de Cartagena, Mauricio Salinas indicó a Diario El Líder que "esperamos que baje el caudal para sacar el agua de las viviendas. Pasaremos algunas colchonetas y ropa. Además vendrá a visitarlos la trabajadora social para ayudarlos".
Para cooperar con estos abuelitos debe llamar a Eliana Godoy al 9 99050354.