La "U" empató con Antofagasta y Beccacece se fue entremedio de pifias
Los azules sólo igualaron 1-1 y siguen sin convencer a su hinchada, que tiene la paciencia agotada.
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No da el salto la "U" nomás. Después de la derrota del fin de semana pasado ante Wanderers, era urgente para el equipo azul obtener un triunfo en la segunda fecha del Apertura. Y el rival parecía el indicado: Antofagasta, un equipo que había caído como anfitrión en su estreno frente a Temuco.
Pero ni los refuerzos ni un tibio cambio de esquema le sirvieron al equipo laico para ganar su primer partido. Sólo igualó 1-1 ante un ordenado elenco visitante que hizo un duelo inteligente y sin complicarse ante un conjunto universitario que se ve sin ideas, con poca chispa y que al término del lance se fue entre pifias.
La visita no tuvo que esmerarse mucho para arrancar con un punto desde Ñuñoa. Nunca la "U" mostró un juego arrollador que lo hiciera merecer o estar cerca de una necesitada victoria. Es más, los primeros minutos, con orden táctico y salidas rápidas, los forasteros tuvieron las mejores ocasiones ante el arco de Johnny Herrera.
Así, poco a poco se fue disipando el primer tiempo que dejó a los hinchas azules con pocas esperanzas de cara al segundo tiempo.
A pesar de eso, los dirigidos de Beccacece abrieron la cuenta después de una jugada personal por izquierda del mejor de la U, Nicolás Maturana. El centro del "Nico" encontró un zapatazo de Alejandro Contreras que mandó el balón al fondo del arco.
Era el minuto 55 de partido y parecía encontrar el camino el conjunto dirigido por el ex ayudante de Sampaoli. Pero no. Fueron sólo cinco minutos los que duró la alegría en el local, porque a los 60' Augusto Barrios agarró un balón sin marca en el área y sentenció el definitivo 1-1.
Tras el pitazo final, la hinchada laica mostró su descontento y no demoraron en despedir a su equipo con una monumental rechifla.
La "U" con esto suma un punto en dos encuentros y su DT sigue sumando detractores por los malos resultados que lo tendrían a un paso de recibir, paradójicamente, el sobre azul de su despido.