Vestigios de la época dorada del "castillo embrujado" de Cartagena
El Castillo Ferreiro fue epicentro de la aristocracia que veraneaba en la zona hasta los años 40. Decenas de galas tuvieron lugar en la mansión que hoy lamentablemente se cae a pedazos. ¿Podrá revivir su esplendor?
Entre 1910 y 1940, el Castillo Ferreiro, o el "Castillo Embrujado" como se le conoce ahora en Cartagena, fue uno de los grandes centros de reunión de la alta sociedad santiaguina, que cada verano llegaba en masa a sus grandes mansiones del Litoral Central.
Decenas de bailes, cenas y reuniones tuvieron lugar en los amplios salones de la gigantesca vivienda ubicada en calle Manuel Bulnes 325, que en la actualidad -tristemente- se cae a pedazos.
La casona fue fundada cerca de 1900 siguiendo estrictos modelos de origen europeo. Su dueño era Jesús Ferreiro Novo, un acaudalado hombre de negocios que llegó desde España a Chile junto a su esposa María Esperanza Serrano. El matrimonio heredó la propiedad a uno de sus hijos: Santiago Ferreiro Serrano, quien la ocupó hasta 1941.
Se desconoce cómo, pero en los años 60 el lugar se transformó en la Residencial Alvarado y sus antiguos cuartos, donde antes las jóvenes aristócratas eran vestidas y bañadas por sus sirvientes, pasaron a abarrotarse de turistas temporales, quienes alquilaban un cuarto por unos pocos días.
Al mismo tiempo que Cartagena pasaba de ser un balneario de elite a uno popular, la casa comenzó a deteriorarse y a caer en el abandono. Los terremotos del año 1971, 1985 y 2010 le causaron graves daños en sus muros y cielos. Hoy, el palacio es una triste postal de aquellos años de esplendor.
Cada día se precipita al suelo un pequeño trozo de sus torres y con ello una parte de su historia. Una de ellas, en la parte norte, está a punto de colapsar. La otra, hacia el mismo punto cardinal, mirando a la playa, ya se desmoronó.
Según cuenta el asesor urbanista de la Municipalidad de Cartagena, Rodrigo Villamandos, con "toda seguridad", los cuatro pisos del Castillo Ferreiro y sus más de trescientos metros cuadrados de edificación deben haber sido escenario de amoríos, nacimientos y muerte.
¿es posible recuperarlo?
En noviembre del año pasado, en el Hotel Continental fue presentado el proyecto de Revitalización de Barrios e Infraestructura. Inédita iniciativa que permitirá a la comuna recuperar el patrimonio arquitectónico a través de una inversión cercana a los 30 millones de dólares.
¿De dónde salió tanto dinero para financiar estas obras? Los recursos provienen de un préstamo de 90 millones de dólares que hizo el Banco Interamericano de Desarrollo al Gobierno chileno, el que de su bolsillo asignará una cifra idéntica para el inédito plan de recuperación de barrios que estará a cargo de la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere).
El balneario es una de las primeras ciudades del país, junto a Santiago, Arica, Lota y Coquimbo, en adjudicarse un proyecto de estas características.
En la oportunidad, el alcalde de Cartagena, Rodrigo García, informó que la estación de trenes y el edificio consistorial serían los primeros en ser recuperados. "Para esta comuna es un sueño. Vamos a rescatar gran parte de la zona típica", indicó.
Ambos recintos, más el cine Diana, ya fueron beneficiarios del programa. También se adquirieron otros dos inmuebles, uno de ellos, es la propiedad conocida como "El Castillo", que destaca por su torreón con vista al mar, y que era de propiedad del empresario Omar Medina, por cerca de 190 millones de pesos.
-Rodrigo Villamandos, ¿por qué el Castillo Ferreiro no es parte de los que están siendo reacondicionados gracias a este programa del municipio y la Subdere?
-Tenemos (como municipalidad) harto interés en comprarlo, porque los propietarios no están haciendo nada con él, lo están dejando morir. Se les ha enviado un decreto para estabilizar la estructura, pero no lo han cumplido. Se ha hablado con la familia y existe la posibilidad, pero todavía es una negociación.
-El cuidador de la propiedad, quien incluso colocó un cartel que dice "Si quieres fuego, entra", dice que el edificio tiene partes en muy buenas condiciones y que hay cierto interés por parte de los dueños.
-Ellos dicen que lo quieren mucho, pero miren como ésta. No están haciendo nada por él.
-¿Es cierto que los dueños son descendientes de la familia Ferreiro?
-Es una especie de sociedad, una parte efectivamente corresponde a descendientes de la familia que lo ocupó por primera vez cerca 1900.
-¿Cuál es el proceso para que, en caso de compra, ésta sea exitosa?
-No se puede asegurar nada en este punto, porque si hay una venta todo depende de varios factores: primero, que esté de acuerdo el propietario; la segunda, es la Subdere, que tiene que autorizar la adquisición, porque debe asegurarse que tenga un uso real y de su importancia para la comuna; y por último, el BancoEstado, que hace las tasaciones de las propiedades. Si esos tres factores se conjugan bien, podríamos tener una compra y una restructuración.
La vida en el ferreiro
Los restos que aún se mantienen en pie y las fotografías históricas que se conservan del recinto, nos permiten reconstruir cómo fueron los años dorados del "Castillo Ferreiro", al menos en el papel.
"Debió ser un familión tremendo, y lleno de lujos. Las cosas que había en su interior seguramente fueron encargadas de Santiago y de Europa, y eso que esta era una casa sólo de veraneo", cuenta Villamandos.
Junto al asesor urbanista de la Municipalidad de Cartagena nos atrevemos a soñar en cómo eran los días al interior de la mansión. "No debe haber tenido nada distinto a lo que se ve en las películas", asegura.
Por "películas", el profesional se refiere a lo que muestran las series y cintas españolas y británicas de época, donde se ve a la aristocracia europea rodeada de sirvientes a su disposición. Hacia la primera mitad del siglo 20, el término "empleados" aún no era parte del léxico cotidiano.
Era un tiempo en que los patrones no hacían más que conversar, leer y pasarla bien. No había televisión, ni radio, tal vez un tocadiscos entonaba los temas de moda de jazz, charleston y quickstep.
Se estima que decenas de personas, que dormían en los pisos inferiores, se dedicaban prácticamente día y noche a mantener el aseo, los jardines y también a los niños que llegaban hasta el lugar. Ellos cumplían sus tareas nocturnas bajo la luz de las velas o de las lámparas de gas. Si bien Cartagena fue una de las primeras comunas del país en contar con energía eléctrica debido a la importancia de sus visitantes, no debe haber sido antes de 1920 que el Castillo Ferreiro se permitió el lujo de contar con el servicio.
Como en los seres humanos, el tiempo no pasó en vano para la casona, que por su aspecto, fundamentalmente por sus tres altas torres semejantes a las descritas en los cuentos de hadas, se ganó el apelativo de "embrujado".
Según Rodrigo Villamandos, el edificio se puede denominar como historicista, pues hace "referencia a varios estilos arquitectónicos: tiene una mezcla gótica y un estilo clásico". En palabras sencillas, era hermoso. Tenía una mezcla única de detalles en sus aleros, en el techo y las paredes.
Un estudio publicado en internet, uno de los tantos textos que trata de rescatar el legado patrimonial del balneario, aseguraba que la casa había sido comprada en Canadá y que era prefabricada. "Sus paneles fueron traídos en barcos", dice la publicación. Teoría no imposible para la época, pero que el urbanista hecha por tierra debido a las características de sus muros.
"Es una edificación chilena, de quincha. Esto es que tiene una estructura de madera, cubierta con un mortero (revestimiento) de cemento", explica.
-¿Tiene salvación?
-Se mantiene estructuralmente bien. Me atrevería a decir que los movimientos sísmicos no la han dañado, sino que como está roto por la parte norte, que es por donde llega con más fuerza el viento y la lluvia, su material se ha debilitado, pero sí, ojalá lo podamos salvar.
Ojalá.