La pareja Hare Krishna que busca reunir a los sanantoninos con su espiritualidad
Madhusudan Seva y Surya Kunda se cambiaron de religión hace un año. Y ahora realizan un servicio a la comunidad a través de un taller de comida vegetariana en el Centro Comunal del Adulto Mayor.
A los 20 años Mario Benavides trató de convertirse en un monje célibe (Brahmachari) de la religión Hare Krishna. El sanantonino tomó su mochila y se despidió de su familia para embarcarse en un "viaje" que prometía elevar su espíritu.
"Conocí esta religión en un libro que hablaba del maestro Prabhupada, que fue la persona que trajo el movimiento Conciencia Krishna a occidente en los años setenta. Yo era aficionado a la lectura y cuando leí sobre la cultura védica (de la India), me enamoré de Krishna (Dios principal)".
En el momento en que Mario puso un pie en el templo Ekachakra, finca ecológica ubicada en Catemu, al interior de la Quinta Región, su corazón se llenó de sentimientos encontrados, ya que dedicar su vida a Krishna era una gran responsabilidad.
"No aguanté la presión porque era muy bueno para el carrete, para fumar y nunca había tenido una pareja. Tenía que dejar todo de un día para otro", confiesa.
Mario llegó al templo de Catemu para convertirse en monje. En las dos primeras semanas de preparación asegura que se encontró consigo mismo y que lloró hasta que decidió que no era el momento para dar ese gran paso en su existencia.
Los monjes y devotos de esta religión lamentaron su partida, le dieron ánimo y lo apoyaron en su determinación.
"Yo me retiré (del templo) porque quería formar mi propia familia. Los monjes y devotos me entendieron y nunca dejaron de hablarme", recuerda Mario a 13 años de aquel primer contacto con su nueva religión.
-¿Qué opinaba su familia respecto a la que decisión que había tomado?
-Mi familia pensó que me iba a una secta y que ahí haría trabajo forzado, pero nada que ver, porque el lugar es una reserva ecológica hermosa. Cuando me devolví me dijeron que todos sabían que eso no era para mí.
Nueva vida
Unas semanas después de dejar el templo Ekachakra conoció a Denise Mancilla, su actual esposa.
Denise nunca había escuchado hablar de esta religión, pero un amigo de Mario, llamado Kadamba Kana Das, llegaba a su casa para compartir y conversar sobre la cultura de la India.
"Era entretenido e interesante pero nunca pensamos iniciarnos como familia en los Hare Krishna", reconoce la joven oriunda del balneario de San Sebastián, en Cartagena.
Con el paso de los años nacieron tres hermosos hijos y estos jóvenes no dudaron en educarlos en esta fe para que fueran personas de bien.
Preiniciación
En 2012, Denise y Mario llevaron a sus hijos al templo de Catemu con la intención de conocer los rituales y pasar un bello día, pero cuando el monje preguntó quién se preiniciaría, Denise dio un paso adelante con sus retoños.
La mujer se comprometió a seguir cuatro requisitos para poder convertirse al Hare Krishna: dejar de comer carne, huevos y pescado; no intoxicarse con alcohol o sustancias nocivas para la salud; no practicar juegos de azar y ser fiel a su pareja.
"Los cuatro principios no son cosas tan tiradas de las mechas, porque cualquier persona que quiere seguir la vida espiritual debe hacerlo", aclara Mario.
-Denise, ¿qué fue lo que más le costó hacer de los cuatro requisitos?
-Dejar la carne. Tenía miedo de que los niños no pudieran vivir de los vegetales, pero en realidad sí se puede porque las proteínas se compensan con las legumbres y cereales.
Por otro lado, esta mujer se comprometió a instruir a sus hijos en el mundo del yoga inbound más allá del ejercicio, ya que este se divide en la meditación y en el servicio comunitario. "Para nosotros es súper importante que ellos conozcan nuestra religión y el yoga inbound porque es nuestra forma de vivir la vida", agrega la joven.
Hare Krishna
Hace un año Mario y Denise decidieron dejar la religión evangélica y católica, respectivamente, para convertirse al Hare Krishna.
El maestro que los guiaba le dio un nombre espiritual a cada uno. Mario pasó a llamarse Madhusudan Seva y Denise, Surya Kunda.
Madhusudan cuando pequeño se creía ateo y anarquista, pero cuando fue creciendo tuvo la certeza de que había algo más grande en la vida. Por eso apostó por este cambio transcendental.
"No solo somos un cuerpo. Tenemos alma y una misión en la vida", agrega Surya.
La religión Hare Krishna se basa en la creencia de que para llegar a tener una vida como ser humano, se debió pasar por vidas inferiores y que en cada una de ellas se debe aprender una lección para acabar con la reencarnación y el ciclo kármico.
-Mario, ¿cómo definiría el Hare Krishna?
-Es como un proceso científico, ya que es teoría, práctica y resultados. Nosotros teníamos la teoría, pero al tener un maestro espiritual nos llegaron las bendiciones. Ahora debemos ser un buen ciudadano y un aporte para la sociedad.
Esta familia que actualmente vive en el sector Alto Mirador es lacto-vegetariana: no fuman, no beben alcohol y siguen los principios de la religión. "Acá nadie come carne, pero siempre hay algún comentario negativo porque no le damos carne a nuestros hijos", cuenta Surya.
-¿Sus hijos saben por qué no comen carne?
-Nunca les dijimos el porqué, pero mi hijo mayor entendió. Un día le respondió a alguien que él no comía carne porque los animales eran su familia y que no podía comerse a un familiar.
Madhusudan y Surya conocen muy bien los inconvenientes que conlleva tener un integrante vegetariano. "El problema se crea cuando uno va de visita porque casi siempre en la comida ponen carne, entonces, tienen que hacer dos menú", explica la devota.
Comida vegetariana
Los jóvenes se consiguieron las instalaciones del Centro Comunal del Adulto Mayor, en la calle Angamos con Carabineros de Chile, para efectuar su servicio a la comunidad a través del taller de cocina vegetariana que realizan todos los viernes a las 18 horas. Además, los sábado, a las 17 horas, invitan a participar a toda la comunidad en la "Fiesta de la India".
"Ahí hacemos meditación con mantras, clases de filosofía védica, yoga inbound y degustaciones vegetarianas. Conversamos sobre la salud (prédica), porque es lo que nos encomendó nuestro maestro para ayudar a la comunidad", cuenta Madhusudan.
-¿Para participar hay que pagar?
-No, todo es gratis. La comida que entregamos es el remanente de lo que ofrecimos a Krishna, pero la gente que va insistió en pasar un tarrito en donde puede cooperar, y así podemos hacer preparaciones más costosas.
El 29 de octubre, Madhusudan y Surya realizarán una jornada de yoga al aire en la plaza de la Gobernación para que los sanantoninos puedan encontrarse consigo mismo.
"Esta actividad no tiene costo. Esperamos que la gente llegue y podamos compartir una linda jornada", indica Madhusudan.