Impactantes estadísticas de suicidios en la provincia de San Antonio
Las cifras aumentan hacia fin de año, periodo en que también crecen los casos de trastornos del ánimo.
Es contradictorio, pero cada fin de año, mientras la naturaleza brota y florece, decenas de personas se sumergen en la tristeza y la amargura.
Se trata de la denominada "depresión primaveral", un fenómeno que desgraciadamente acaba con la vida de cientos de chilenos cada temporada. Según cifras del Ministerio de Salud, doce de cada cien mil habitantes terminan con sus propias vidas, motivados fundamentalmente por un severo cuadro depresivo.
En la provincia de San Antonio se han registrado más de diez suicidios en lo que va del año. Aunque no todos son el triste resultado de un trastorno del ánimo, desde la Seremi de Salud confirmaron que al menos una decena de sanantoninos ha muerto por acción propia.
Fuentes al interior de la oficina sanitaria indicaron a Diario El Líder que "la cifra es relativa" y que no contiene la totalidad de casos, ni los intentos de suicidios.
Una vez que el Plan Nacional de Prevención de Suicidios del Gobierno esté plenamente operativo se podrán tener cifras más certeras y, probablemente, aún más impactantes.
La situación no es ajena a otras ciudades del país, sin embargo, en el Litoral de los Poetas, el número sobrepasa el promedio nacional. La razón permanece en la incógnita.
"Plena época"
Raúl Springmüller Pinto, médico siquiatra del hospital Claudio Vicuña, confirmó a Diario El Líder que "estamos en plena época" de aumentos de los cuadros depresivos y de los intentos por autoeliminarse.
El profesional agregó que los pacientes "se descompensan cada vez más a esta altura del año" y aunque la ciencia no ha podido entender por qué la primavera es tan nociva para las personas con rasgos depresivos, se cree que los cambios en luminosidad y en la humedad ambiente inciden en los trastornos de ánimo.
¿qué hacer?
En 2013, el Gobierno elaboró un Programa Nacional de Prevención del Suicidio, un extenso documento en que se derriban los mitos en torno a esta enfermedad (ver recuadro) y que hace hincapié en la necesidad de contar con redes de apoyo para los que padecen esta dolencia, a quienes muchas veces les cuesta identificar por sí mismos que están pasando por un cuadro depresivo.
El doctor Springmüller explicó que las familiares y los amigos tienen que estar alerta cuando alguien de su grupo experimenta dificultad de conciliar el sueño, repentinos cambios en la alimentación y de ánimo.
Indicadores
"Los indicadores más fidedignos son los que tienen que ver con las alteraciones de ciertos ritmos biológicos, como el sueño, es decir, insomnio o demasiada somnolencia; el apetito, que también van a los extremos, como comer y no saciarse con nada o dejar de sentir placer por la comida", señaló el siquiatra.
"Por último, el cambio de conducta, hablamos de personas que se aíslan o cambian su manera de ser, que tienen una irritabilidad permanente. Uno de pronto tiene un mal día y anda atravesado, pero cuando es día tras día y es notorio, también habla de que algo está pasando", agregó.
"Disfunciones"
Para las personas que no entienden qué les está pasando, también es importante estar alerta a las señales que envía el cuerpo, las llamadas "disfunciones ejecutivas".
"También hay alteraciones del funcionamiento. (…) Esto es cuando cuesta sacar el día, la rutina. Hay pacientes que demoran horas en hacer el aseo o en decidir qué hacer de almuerzo, que son cosas que se resuelven en poco tiempo, en minutos", indica.
Finalmente, ¿cuándo hay que ir al médico? Usualmente, las personas depresivas no admiten que están enfermas y les cuesta ir. Son obligadas.
"Hay cuadros que son muy notorios y les hacen consultar (a los pacientes), porque andan muy mal, teniendo fracasos, en lo laboral por ejemplo, prácticamente arrastrando los pies", reveló.
Como siempre, es mejor prevenir que lamentar. Si alguien presenta uno o más de un síntoma, invítelo a ir a una consulta. El riesgo de no hacerlo es muy alto.