David González, la nueva gran voz del centro de San Antonio
El intérprete llegó hace cuatro meses al Litoral Central impulsado por el infinito amor que tiene por su hija. Cada día llena de romance, alegría y ritmo la calle Centenario.
Falta poco para el mediodía del viernes. No hace frío, pero las oscuras nubes que cubren el cielo del Litoral anticipan un potente aguacero, que podría quedarse solo en el pronóstico y nunca llegar a concretarse. La gente camina rauda por el centro de San Antonio. Van apurados mirando el celular, cazando pokemones o pendiente de las compras. No hay tiempo para detenerse, excepto cuando pasan frente a la multitienda Johnson, en la esquina de Centenario con Bombero Molina. Allí la gente camina más lento o simplemente se detiene. Miran atentos a David González, un joven cantante, que provisto de un micrófono y un amplificador cada día acapara los aplausos de los sanantoninos.
El muchacho está inspirado. Interpreta "Bailando con tu sombra" de Víctor Heredia. Parece tímido frente a la mirada de un pequeño grupo de curiosos.
En cuanto termina se le acercan dos personas. Uno lo felicita y el otro le pregunta el nombre del tema. David cantaba serio, con la mirada perdida o con los ojos cerrados. Daba la impresión de que estaba enojado, pero apenas le hablan esboza una enorme sonrisa.
Se toma las buenas críticas con modestia y sigue en lo suyo. Busca, entre las más de 200 pistas que almacena en su celular, una nueva canción para la audiencia pasajera. La elegida es "Te Amaré", de Miguel Bosé.
Antes de entonar el primer verso se toma unos minutos para hablar con Diario El Líder. Nos cuenta la hermosa razón por la que terminó trabajando en la calle. Sí, es hermosa. Cualquier buen padre que se precie como tal pensará lo mismo.
En San Antonio
David González, de 29 años, se radicó en San Antonio hace cuatro meses. Venía desde Santiago siguiendo al amor de su vida: su hija de cuatro años.
"Me separé hace dos años y medio, y mi ex pareja se vino para acá con mi hija. Podría haberla venido a ver solo los días que acordamos en el tribunal, pero no quise, necesitaba estar más cerca de ella", reveló.
"Soy hijo de padres separados y sé lo que se siente. Ni los tíos, ni los abuelos, nadie reemplaza a los papás, por eso quiero estar presente cuando esté chiquitita. Después ellos crecen y hacen su camino propio", reflexiona.
El artista callejero confidencia que su ex pareja pensó que "estaba obsesionado" con la pequeña, pero en cuanto supo la verdad entendió de dónde venía el infinito amor de padre de David.
"Yo llegué a Chile cuando tenía nueve años. Mi mamá se vino dos años antes", relata sorpresivamente. El cantante es originario de la ciudad de Trujillo, Perú. En los minutos que llevábamos de conversación no se había notado. De su acento originario no queda nada, por el contrario, ya incorporó modismos locales a la perfección.
Pero el asunto no es su nacionalidad, sino la confesión que hará segundos después.
"Creo de ahí viene el apego a mi hija. Mi mamá me dejó con mis tíos y con mis abuelos para buscar algo mejor para mí. Aunque estaba bien, nada reemplaza su cariño, y eso es lo que no quiero que le falte a mi hija", recalcó.
La llegada al puerto
Instalarse en la comuna puerto no fue tarea sencilla. David es técnico contador y tiene experiencia como mesero. Repartió decenas de currículos, pero al cabo de una semana no recibió ni una sola llamada.
Provisto solo con un micrófono y un amplificador salió a dar lo mejor de su talento innato: el canto. Solo ha cursado un par de talleres de respiración y vocalización. Nada profesional. Lo demás es ciento por ciento autodidacta.
"Recuerdo muy bien que llegué muy tímido a la esquina donde está el banco Santander y había un joven hiphopero. Le pedí permiso y me dijo que esperara, y esperé como una hora hasta que terminó su presentación. En cuanto empecé a cantar sentí el cariño de la gente, fue inmediato", asegura.
Con el paso de los días ganó confianza y se cambió con un repertorio de más de doscientas pistas de audio hasta las cercanías de Johnson, a pocos metros del lugar donde comenzó con solo veinte.
-¿Qué artistas y estilos de canciones hay entre esas doscientas opciones que tienes para el público?
-Tengo románticas, de Alejandro Fernández, por ejemplo; del recuerdo como Buddy Richard; salsa, merengue y hasta reggaetón he hecho (dice entre risas).
-¿Se porta bien el sanantonino?
-Sí, hay gente que se queda mirando, que se emociona mucho porque escuchan una canción que les trae algún recuerdo. Además -agrega con modestia- yo siento que puedo interpretar. Muchos pueden cantar, pero no todos pueden interpretar.
-No quiero que suene prejuicioso, pero prácticamente no se te nota que eres peruano, ya se fue el acento…
-Sí, creo que me queda un poco porque trato de vocalizar bien, que es algo que tienen los peruanos, y que me sirve para interpretar mejor.
-¿Por qué emigraste a nuestro país?
-Mi mamá se vino primero, y luego yo cuando tenía nueve años. La situación era muy difícil y la delincuencia, había mucha.
-¿En qué sentido?
-Cuando yo era chico ya andaban niños pequeños con armas en las calles. Es algo que se ha visto ahora en Chile, pero que en Perú ya los había hace veinte años atrás.
-Al parecer ya te quedaste en San Antonio, ¿qué más se viene para ti?
-Estoy viendo la forma de grabar un disco, porque hay gente que me pregunta harto.
Nos despedimos de David, quien ahora sí, entonces el clásico de Miguel Bosé que se había quedado atrapado en la garganta.