Carlos Leyton: El arquero que también supo ser el rey de la cumbia sound
Fue portero de Universidad Católica, tiene el récord de más penales atajados en un campeonato oficial, y además supo ser el responsable de la creación de los grupos de cumbia sound más importantes del país.
La música y el fútbol. Esas han sido siempre las dos pasiones que han llenado de alegría los 66 años de vida de Carlos Leyton Contador. Hasta los 27 años fue arquero profesional, con un paso incluso en el extranjero defendiendo los colores de un grande de Ecuador. Durante la década de los ochenta fue uno de los productores del Canto Libre que surgió en época de dictadura; y a mediados de la década de los noventa su nombre fue uno de los más influyentes dentro de la nueva cumbia sound chilena que en poco tiempo se convirtió en un fenómeno.
Hoy, radicado hace cinco años con su esposa Laura García Jorquera (tabina de nacimiento) en una casa que se ubica en El Tabito, sigue ligado a la producción de eventos de cumbia. Maneja actualmente la agenda de La Gran Magia Tropical, clásico grupo de cumbia chilena que recorre diferentes escenarios en diversas comunas del país, y se apresta para realizar un concierto en el Teatro Caupolicán que pretende rememorar aquellos conciertos de sound que eran furor entre los jóvenes que seguían religiosamente este movimiento musical.
Pero la cumbia no fue un descubrimiento tardío para Carlos Leyton. Nacido el 31 de enero de 1950 en Las Rejas (Santiago), tenía como vecinos nada menos que a los hermanos Palacios, creadores de la mítica Sonora Palacios.
Su padre, Héctor Leyton, quien se desempeñaba como vendedor viajero (arrendaba salones de hoteles en la ciudad a la que se dirigía y ahí montaba sus productos), murió cuando él apenas tenía ocho años, por lo que su espíritu aventurero despertó temprano en su interior. Así recorría las calles de Estación Central y se paseaba por la población Simón Bolívar, donde los Palacios comenzaban su camino musical.
Guantes dorados
Y como en el barrio lo que más se jugaba era fútbol, la pasión por el balompié no la podía tener ausente. Cuando tenía ocho años, caminaba por la Alameda hacia los hoteles del centro para visitar las concentraciones de los equipos extranjeros que venían a jugar a Chile. Así por ejemplo, conoció a Pablo Forlán, padre de Diego, histórico jugador de Peñarol.
Es que eran otros tiempos en el fútbol y por ejemplo el pequeño Carlos no tenía problemas en ir a cambiarle dólares a los jugadores a las casas de cambio del centro, o comprarles algún encargo que necesitaran. Luego, los mismos jugadores invitaban a los pequeños a almorzar en el hotel.
Su amor por la pelota se traspasó a la cancha, y como era el más pequeño entre el lote de amigos, terminaba siempre en el puesto de arquero. Jugó al arco por dos equipos amateur de Las Rejas: Juventud Las Rejas y Villas Las Rejas, hasta que Miguel Mochola, entrenador de las juveniles de Universidad Católica, lo llevó a los once años a probarse a los cruzados. Era 1961.
En la UC debutó en Primera División en 1966, con 15 años. Estuvo hasta 1969, cuando el entrenador argentino José "Gallego" Pérez lo mandó a préstamo. Ese mismo año, se desplazó a Chillán para ser titular de Ñublense, equipo que era dirigido por Caupolicán Peña. En la banca dejó nada menos que a Mario Osbén, quien con el paso de los años sería titular de la selección chilena.
En 1970 fue parte del plantel profesional de Coquimbo Unido, y en 1971, gracias a la recomendación del futbolista uruguayo José María Piriz, quien jugó en Colo Colo entre 1968 y 1970, viajó a Ecuador, específicamente a la ciudad de Guayaquil, para ser el arquero titular del Barcelona, uno de los equipos más populares de dicho país.
El fútbol en Ecuador quería surgir, había buenos sueldos para los jugadores extranjeros y Carlos Leyton no lo pensó dos veces. Jugó durante tres años en Barcelona, disputando campeonatos nacionales y Copa Libertadores. "Si pudiera, me iría de nuevo a vivir a Guayaquil", reconoce mientras repasa su historia bajo los tres palos.
En 1973 volvió a Chile para ser parte del equipo de Deportivo Aviación, donde tuvo la particularidad de lograr dos récords bastante especiales: atajó cuatro penales consecutivos en el campeonato oficial de 1978 (Carmelo Vega igualó esta marca en 2005 mientras jugaba por la Universidad de Concepción), y además fue el primer portero en marcar un gol oficial de arco a arco en el campeonato chileno, anotación que fue realizada justamente en el estadio Municipal Olegario Henríquez. Jugaban San Antonio Unido y Aviación el 24 de octubre de 1973, y Leyton sacó desde su área con tanta fuerza que el bote descolocó al golero lila Teodoro Gantz, quien sería el testigo privilegiado de este hito del fútbol nacional.
Tras otras temporadas en Aviación y breves pasos por Universidad Católica nuevamente, Rangers y Lota Schwager, Carlos Leyton colgó los guantes a mediados de la década de los ochenta.
De la mano de la cumbia
Y sería la música nuevamente su compañera de aventuras, al igual que cuando era chico y escuchaba en Las Rejas los primeros acordes de la Sonora Palacios.
Cuando la dictadura aún gobernaba en el país, asistía seguidamente al Café ULM, ubicado en la Alameda al lado del Cerro Santa Lucía, donde se desarrollaba libremente el Canto Nuevo. Las oficializaba de productor, y así fue como comenzó a conocer este oficio.
A principios de los noventa, y con la vuelta de la democracia, empezó a explorar los sonidos tropicales, y fue así como estuvo en los inicios de la onda sound. Traía una idea desde Argentina que fue "chilenizada". Los ritmos eran más rápidos, con baterías eléctricas e instrumentos que le daban un sonido que poco a poco comenzó a escucharse de manera alternativa entre la juventud. Estuvo en la creación de La Gran Magia Tropical en el año 1995, y fue el productor de la emblemática banda Amerikan Sound.
"Los chicos con sus dos primeros discos sonaban mucho en el norte, donde ya eran muy conocidos. Pero quedaron sin vocalista y en un viaje a Iquique escuchamos en una radio a un cantante que tenía una voz muy parecida al primer cantante del grupo. Preguntamos y nos dijeron que la música era de un grupo peruano, pero que el cantante era un joven chileno. Lo fuimos a buscar a Alto Hospicio, y vimos a un joven vendiendo pescado frito que era el vocalista del grupo peruano que habíamos escuchado. Le dijimos si quería cantar con Amerikan Sound, y le ofrecimos 50 lucas por la presentación. Pero él no se convencía y nos dijo que lo pensaría. Nos fuimos, y cuando íbamos saliendo de Iquique por Alto Hospicio, hicieron para el bus y se subió este chico pero con el pelo teñido entero de rubio platinado, hasta las cejas", recuerda.
Agrega: "Nos sorprendimos todos, pero esa era la personalidad de ese joven que era el conocido Luis Navarro, 'Cachito', el vocalista que más éxito tuvo con Amerikan Sound. De hecho con él debutamos la primera vez en Santiago. Fue en el gimnasio Municipal de La Pintana, y la gente reventó hasta los candados para entrar a vernos. Vendieron tres mil entradas, pero fácil ingresaron cinco mil. Yo les iba a entregar el Disco de Oro, pero fue imposible. Después para salir del gimnasio tuvimos que ser escoltados, y como la comisaría quedaba cerca, el grupo se tuvo que quedar ahí hasta cerca de las seis de la mañana, porque aún quedaban fanáticas que querían ver a los chicos".
Leyton recuerda que "lo más divertido que como a las siete de la mañana llegó el prefecto de carabineros y preguntó por qué las chicas gritaban tanto, y cuando le dijimos que era por 'Cachito', se rió y dijo 'y por este cabro se pelean tanto'. Lo dijo tan chistoso que todos nos pusimos a reír", recuerda en la intimidad de su hogar Carlos Leyton Contador, quien hizo del fútbol y la música una gran y única pasión.