La dura historia de emprendedora que logró quebrarle la mano al destino
Paulina Alcafuz se crió en un hogar de menores y salió adelante gracias a sus ganas de emprender y de aprender.
Alos dos años Paulina Alcafuz llegó a vivir a la aldea SOS de Punta Tralca. De ahí salió apenas cumplió los 17 y sin tener idea de cómo enfrentar el mundo. "En la aldea tenía de todo: comida, una cama, agua caliente pero cuando me fui pasé puras pellejerías. Fue lo más horrible que pude haber vivido. De verdad, no se lo doy a nadie".
Cuando recuerda esos años inevitablemente la pena se apodera de ella y sus ojos se llenan de lágrimas. "Fueron días súper duros. Comí hasta Doko...".
Tras su dolorosa separación matrimonial, decidió darle un giro a su vida. Primero comenzó a vender caracoles. Con lo que ganó, compró cocos y piñas, los cuales vendió junto a su actual socio. Gracias a esto logró reunir recursos para comprar hilos, que utilizó para hacer trenzas en la playa. Así fue ideando negocio tras negocio. "He tenido tantos porrazos en la vida, pero como tengo cuatro hijos, he tenido que levantarme rápido porque no quiero que ellos pasen necesidades".
Siempre tuvo ganas de aprender cosas nuevas, por eso ha tomado todas las oportunidades y cursos que le han ofrecido. "Estudié cocina internacional, marroquinería (confección de carteras) y diseño de vestuario. También sé trabajar relojes en cuero, en concha pulida y otras cosas en cobre. Esto último lo aprendí en la calle y ahora último hice un curso de soldadura al arco y oxigas".
Agregó que "ahora estoy haciendo una cava con herraduras".
Emprendimiento
Hace dos años Paulina conoció la Fundación Banigualdad. Ellos creyeron en su proyecto y en la actualidad esta mujer de 40 años tiene un local en el centro de El Quisco donde comercializa todo el trabajo que realiza con distintos materiales y técnicas.
Reconoció que siempre fue una persona autodidacta y que eso la ayudó mucho ya que ha ido aprendiendo diversos oficios que le han servido para salir adelante y seguir emprendiendo.
Ayer, Paulina junto a otras mujeres de la provincia participaron en un encuentro impulsado por la fundación, el cual se llevó a cabo en el auditorio del Instituto La Araucana, en Barrancas, y que se convirtió en una vitrina para mostrar sus trabajos y hacer nuevos contactos.
"Hace dos años trabajo con Banigualdad y la verdad es que estoy muy contenta. Ellos no sólo nos prestan créditos, sino que también nos capacitan y nos enseñan cómo administrar nuestros negocios porque eso, creo yo, es lo más difícil", explicó la artesana, quien añadió que "también nos ayudan a creernos el cuento. Yo estaba acostumbrada a que me dijeran tonta, pero ellos me ayudaron a darme cuenta de mis capacidades y de todo lo que puedo lograr si me la creo".
Según la comerciante, el trabajo realizado con la fundación también les ha ayudado a formar nuevos lazos con gente de otros lugares de la provincia.
-¿Cómo le ha ido en su emprendimiento?
-Súper bien y eso me tiene muy contenta. Sólo abro los fines de semana, pero el resto de los días me dedico a realizar los trabajos.
Paulina además se dedica a la venta de perfumes. Aseguró que sus ganas de salir adelante y de hacer cosas innovadoras la han llevado a buscar nuevas oportunidades. "Siempre estoy buscando cosas nuevas para hacer. No me gusta hacer lo mismo que el resto y como soy autodidacta me es fácil aprender cosas nuevas".
En la vida de esta quisqueña de a poco van quedando atrás los malos recuerdos. Paulina confesó que a pesar de lo dura que ha sido su vida, se siente una mujer completamente feliz. "Con la vida que tengo ahora yo me gané el loto. No necesito más para ser feliz y, de verdad, ahora yo te puedo decir soy feliz. Tengo un ángel que me cuida. Es el Cardenal Raúl Silva Henríquez. Cuando le diagnosticaron cáncer a mi hija, él estuvo ahí...".
Fundación
La Fundación Banigualdad fue creada en el 2006 y hasta la fecha, en todo el Litoral, trabajan con alrededor de mil 200 microempresarios.
Patricio Cordero, gerente general de la fundación, explicó que en estos diez años de trabajo han logrado muchas satisfacciones.
"Las mujeres se han sentido acompañadas, respaldadas y eso ha sido muy importante en el trabajo que hemos desarrollado con ellas", contó.
Boca a boca
Cordero explicó que el "boca a boca" a sido muy importante para esta fundación, porque gracias a eso, las emprendedoras se han atrevido a trabajar con ellos.
"Una vecina le cuenta a su tía y esa tía le cuenta a su hija y así hemos ido avanzando. En Chile deben existir unas 40 mil emprendedoras que reciben el apoyo de la fundación, desde La Serena hasta Puerto Montt", detalló.
Las sanantoninas interesadas en conocer un poco más sobre la Fundación Banigualdad pueden conocer más sobre el trabajo que realizan en www.banigualdad.cl.
"He tenido tantos porrazos en la vida, pero como tengo cuatro hijos, he tenido que levantarme rápido porque no quiero que ellos pasen necesidades",
Paulina Alcafuz"
"Las mujeres se han sentido acompañadas, respaldadas y eso ha sido muy importante en el trabajo que hemos desarrollado con ellas",
Patricio Cordero, gerente de Banigualdad"