Ley de Cuotas: el sistema que busca aumentar la representación de la mujer en la política chilena
Las elecciones del 2017 serán históricas, ya que por primera vez, los partidos políticos deberán presentar listas equilibradas entre hombres y mujeres.
Pilar Campos y - Cinthia Lizama
El 20 de enero del 2015, la historia de Chile cambió. Con 80 votos a favor, 33 en contra y cinco abstenciones se dio luz verde a un nuevo sistema electoral, que propone mayor representatividad, menos barreras para los independientes y más participación femenina.
Dentro de estas nuevas medidas, se encuentra una que beneficiará al género femenino, ya que la Ley de Cuotas ayudará a una mayor representación de la mujer en la política chilena a partir de las elecciones de noviembre del 2017.
Tras este hecho, no es de extrañar que durante los pasados comicios municipales, el índice de participación femenina haya estado por los suelos, de los 1.204 candidatos a alcaldes, solo 227 fueron mujeres, o sea, un 18,9%. Esta cifra no deja a nadie impávido, pues a pesar que las mujeres pueden postular a cargos políticos desde 1934, el número de aspirantes se ha mantenido bajo el 20% desde aquella época.
Respecto al tema, el experto en políticas de gobierno y cientista político, Luis Riquelme, señala que "el rol de la mujer en la esfera política es mucho más bajo en comparación con los hombres. Si bien, hay 345 comunas, sólo en 43 compitieron candidatas mujeres a la alcaldía (12,8%) y el 25,2 % en elección a concejal". Estos números desaniman aún más, si es que pensamos que solo 37 de estas fueron electas para gobernar en las municipalidades, lo que disminuye notablemente la representación femenina en la política.
Para acabar con esta situación y luego de años de discusión, se instauró la Ley de Cuotas, cuyo propósito es que las mujeres participen en la política nacional sin mayores problemas, ya que este sistema obliga a los partidos políticos a presentar listas de postulantes equilibradas entre mujeres y hombres. O sea, éstos no podrán enlistar a más del 60% de personas del mismo género.
Esta política pública, busca acabar con la baja representatividad de las mujeres en cargos políticos, funcionando positivamente en la inclusión de las mujeres en la esfera política y disminuyendo las brechas de género. Sin embargo, Mario Herrera, coordinador del Observatorio Político Electoral de la Universidad Diego Portales, aclara que "este método trae un fenómeno interesante, ya que si bien, éste asegura que tengan que estar en la papeleta igual cantidad de hombres y mujeres, no asegura elegibilidad".
Elegir a una mujer
El rol de la mujer en la esfera política se vio potenciado luego de la primera elección de la Presidenta Michelle Bachelet, ya que según un estudio de "Recursos Humanos del Sector Público", formulado por la Dirección de Presupuestos (Dipres) aclara que durante el año 2006 al 2009 la cantidad de mujeres pasó de 96.605 a 111.518, y que siguió aumentando paulatinamente hasta lograr ser mayoría, pero solo en cargos de menor rango.
Algunas mujeres comenzaron a empoderarse y a postular a cargos políticos, no obstante, existe un retroceso en su segundo período como mandataria, ya que la imagen de mujer como postulante comienza a desgastarse.
"Ya no solo sirve el carisma, empatía y esa cualidad femenina de ser mamá para alcanzar algún cargo político", agrega Luis Riquelme.
¿Puede ser que a las mujeres no les interesa la política? ¿O simplemente no están capacitadas para afrontar este tipo de desafíos?
Según Cristóbal Bellolio, cientista político de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibañez, el gran problema al que deben enfrentarse las mujeres está en las mismas agrupaciones. "Los partidos -principales oferentes a cargos políticos- tienen culturas patriarcales bastante arraigadas. Además, la dimensión práctica de la actividad política no es amigable para mujeres que cumplen también con otros roles en la vida. Hay poco esfuerzo de las instituciones por compatibilizar esos roles. Existen incluso diferencias en el acceso al financiamiento", acusa.
En la actualidad, vemos a mujeres que dejan su hogar para entrar al mundo laboral y a la política chilena; se convierten en personas independientes y aunque son postulantes mucho más eficientes que los hombres, quedan en segundo plano.
Según un estudio realizado por el Observatorio Político Electoral de la UDP, durante el 2014, efectivamente, a idéntico gasto, las mujeres obtienen mayor votación en comparación con los hombres. Es decir, son más eficientes en el manejo de los recursos.
"Ahí, se genera una paradoja, porque sería lógico que los partidos políticos apoyaran a candidatos que fueran más eficientes en relación al gasto y obtención de votos. Las mujeres son más competitivas que los hombres", sostiene Mario Herrera.
Inconvenientes
La Ley de Cuotas, es un buen método para que las mujeres tengan más posibilidades de ser electas, pero, los especialistas indican que podrían suceder inconvenientes con este sistema.
El primero, sería la disposición de los nombres en la papeleta, ya que está comprobado que quienes están al inicio adquieren un "bono", respecto a quienes están al final. "El orden influye en la elegibilidad de un candidato. Entonces, si las mujeres estuvieran al principio tendrían este "bono" y más posibilidad de salir electas", explica Herrera.
El segundo conflicto, sería que los partidos políticos podrían enviar a sus candidatas a comunas poco competitivas -con excepción de Santiago y Providencia- ya que considerarían que sus postulantes "no tienen las capacidades necesarias" para enfrentar este nuevo desafío. Además, para algunos de estos sería mucho más difícil encontrar mujeres que los representen en las elecciones del 2017.
La Ley de Cuotas se convierte en un incentivo positivo, ya que incita a los partidos políticos a buscar liderazgos femeninos. Sobre este punto, Luis Riquelme, indica la necesidad de que estos tomen conciencia en el estereotipo de mujer que potenciarán para las elecciones.
"Si vamos a llenar los cupos con personas que realmente no tienen la capacidad, son cuotas de género que se están implementando para nada".
Ley de cuotas
La experiencia latinoamericana señala que luego de emplear la Ley de Cuota hay mayor representatividad de la mujer en los parlamentos. Por ejemplo, en países como Ecuador, Argentina y México, la representación femenina era menor al 15%, pero luego de implementar este método, el índice aumentó al 30, 35 y 38%, respectivamente.
A pesar estos datos, en donde la presencia femenina subió notablemente sus porcentajes, aún hay personas que no ven con buenos ojos este nuevo sistema.
María José Hoffman (UDI), diputada por el distrito N°15 comenta que "la Ley de Cuota, no ha tenido efecto en otros países, porque cuando los partidos -sean de derecha o izquierda- no están convencidos de apoyar mujeres buscan la trampa. Lo que tiene que haber son incentivos y cuotas voluntarias. El compromiso tiene que ser más sincero que una ley".
El criterio de paridad de género que está contenido dentro del nuevo sistema electoral, está previsto para las próximas cuatro elecciones (2017, 2021, 2025 y 2029). Durante el último año, el sistema será evaluado para analizar si se avanzó respecto al criterio que se señaló anteriormente.
La Ley de Cuotas busca dar un empujón para que las mujeres alcancen un mayor liderazgo, independientemente de sus pensamientos políticos y sociales. Sin embargo, la ex Ministra de Salud, que sacó la segunda mayoría de votos en Ñuñoa, Helia Molina, reconoce que "si este no fuera un país con un porcentaje tan alto de machismo, yo no estaría a favor de las cuotas. Todos deberíamos surgir a través de nuestros propios méritos. Creo que cuando se realice el cambio cultural, deberíamos acabar con esta ley".
Si bien, la Cuota de Género es un incentivo para ampliar la participación femenina en el parlamento, no necesariamente podemos basar toda nuestra política en cuotas, sino que hay que adquirir un mayor compromiso. "No podemos hacer cuotas para discapacitados, diversidad sexual y etc. Lo que debemos hacer es generar cambios culturales para avanzar y para que la gente naturalice este proceso", explica Riquelme.
Al igual que en los años 30, las mujeres buscan empoderarse en la política chilena. Durante esa época alcanzaron a obtener el derecho a voto en las elecciones municipales y la posibilidad de ser elegidas en cargos políticos. Es por eso, que no es para nada raro que hace unos años iniciara la lucha que anhelaba alcanzar mayor representatividad, y que se entregaran más facilidades para que estas sean concejalas, alcaldesas, diputadas, senadoras o presidenta. Las mujeres se movilizan en búsqueda de la igualdad y la integración. Es hora en que volvamos a escuchar su voz.