Radiografía a la salud dental (parte 2): Expertas explican cómo cuidar la sonrisa de los jóvenes sanantoninos
Las doctoras Michelle de Sucre y Christabel Jensen atienden a cerca de doscientos adolescentes y niños en el hospital Claudio Vicuña con problemas de ortodoncia, es decir, que tienen sus dientes chuecos o que presentan malformaciones en sus boquitas. ¿Qué hacer si uno de sus hijos presenta este problema? Acá esta la respuesta.
El pasado 22 de octubre, Diario El Líder publicó la primera parte de la "Radiografía a la salud dental de los niños sanantoninos". Si no leyó ese artículo, o bien no recuerda de qué se trataba, esta es una síntesis, muy, pero muy breve: la falta de higiene y las caries están haciendo estragos entre los menores de 12 años. Casi el ciento por ciento de los pacientes de esa edad que se atienden en el hospital de San Antonio presentan gingivitis, un problema ocasionado por la falta de cepillado.
Lamentablemente, los más pequeños no son los únicos en sentarse en los sillones de los dentistas. Cerca de doscientos niños de entre 6 y 14 años llegan al recinto hospitalario afectados por "apiñamientos", o en palabras más sencillas, con los dientes chuecos; y con severos problemas para masticar, algunos tan delicados que tienen que llegar hasta el pabellón.
La ortodoncista Michelle de Sucre Echeverría explica que "se priorizan a los pacientes que tienen comprometido el factor estético y de ahí se dividen las interconsultas en alta y baja prioridad".
"Alta prioridad", según la profesional, son aquellos muchachos que "al sonreír es evidente que necesita tratamiento de forma urgente, porque compromete su imagen y eso afecta su relación con la sociedad. Son estos casos los que acceden rápidamente a tratamiento".
El "Programa de Ortodoncia Fija" se abrió este año con un cupo de 40 pacientes, pero actualmente se están atendiendo a 45. "En la medida que el hospital ha comprado los materiales hemos tenido la oportunidad de ingresar más beneficiarios", agrega.
La doctora De Sucre asegura que ella y sus colegas corren contra el tiempo para que los adolescentes no sufran el temido bullying escolar, pero, a pesar de los esfuerzos, son procedimientos largos.
"Diariamente ingresan hasta cuatro interconsultas para evaluación. Un tratamiento de ortodoncia dura en promedio entre dos y dos años y medio, y en casos mucho más complejos puede durar hasta 36 meses", añade.
-¿Cuántos años debe tener el niño para empezar a preocuparse y pensar en los frenillos?
-Entre los 12 y los 14 años han erupcionado la mayoría de los dientes. En general, entre los 12 y los 13 años los niños ya tienen toda su dentición (han salido todas sus piezas dentales) a excepción de las muelas del juicio que salen a los 18 años.
-¿Alguna recomendación?
-Se aconseja que los padres realicen a sus hijos un chequeo con un odontólogo general en su Cesfam para definir qué tipo de problema tiene. La idea es evaluar si es problema solamente de dientes chuecos, o si es normal entre comillas, porque hay muchas mamás que consultan porque los niños aproximadamente a los siete años, cuando están saliendo los incisivos superiores, se abren, se desvían, empiezan a salir en forma de abanico, entonces se asustan.
-A ver, ¿cómo es eso?
-Es una edad que está en los libros, que se conoce como la edad del patito feo. Entonces las mamás quieren en seguida colocarle frenillos a sus hijos y no es necesario hasta que pasen esta etapa, que es un proceso normal, que se produce en el periodo en que están bajando los colmillos, que provocan este desorden en los dientes que después se enderezan. No es algo que necesita precisamente ser tratado a esa edad.
-¿Y cuando ya no queda más opción que instalar los frenillos o brackets, como se denominan ahora, qué hacemos?
-El adolescente, cuando ya tiene instalados sus brackets, debe prestar especial atención a la higiene bucal. El paciente que quiere postular al tratamiento de ortodoncia fija, la única condición es que esté comprometido con sus hábitos de higiene, porque es difícil cepillarse los dientes con tanto aparataje en la boca. Si el usuario no tiene el hábito, lo va a usar de excusa para no hacerlo y ahí vamos a tener complicaciones como gingivitis o halitosis. En un tratamiento de ortodoncia fija si se necesita mover un diente la proliferación de bacterias complica el proceso o hasta se puede perder una pieza dental.
"INTERCEPTIVA"
En otros casos "hay que entrar a picar". Se trata, de acuerdo a lo explicado por la doctora Christabel Jensen, del "Programa de Ortodoncia Interceptiva", que está centrado en los peques de entre 6 y 9 años que tienen "comprometido el crecimiento de los huesos faciales".
"Entre los 6 y 9 años es muy importante detectar desviaciones mandibulares. A veces los niños pequeñitos acostumbran a masticar de un solo lado, no es una masticación bilateral como tiene que ser y desgastan más las piezas de un extremo, y las del otro lado quedan enteritas y al masticar esos contactos prematuros van desviando la mandíbula hacia un lado. Si no se detecta en los niños, el menor va creciendo con un lado de la mandíbula más grande que el otro", explica Jensen.
-¿Qué pasa si no se detectan estos problemas a tiempo?
-De adulto ya no se pueden corregir con ortodoncia fija (frenillo), a lo más se pueden camuflar un poco o dejar la mordida un poco estable para la masticación. Son problemas que se corrigen con ortodoncia y cirugía. Eso es importante recalcarle a los papás: la masticación de los niños tiene que ser fibrosa y bilateral.
-Doctora, ¿qué es eso de "fibrosa"?
-Fibrosa es que no les den sólo comida blanda, como fideos. Se aconseja darles carne más durita, ya que la masticación provoca que los huesos crezcan para que después quepan todos los dientes, y bilateral por ambos lados de la boca.
Malos hábitos
Pero atención papitos y mamitas, porque eso no es todo. También hay que estar atentos a malos hábitos que pueden deformar los huesos de la cara de los retoños. El chupete, "para la casa", de acuerdo a las profesionales. Hay que evitarlo, al igual que el uso de la mamadera después de los dos años.
-Doctora Jensen, ¿qué pasa cuando el niño ya tiene el daño y su hueso está adquiriendo una forma equivocada?
-Colocamos un aparato que permite la corrección por medio de fuerzas ortopédicas, es decir que utiliza la musculatura y los movimientos masticatorios y de habla. Estos pacientes permanecen en tratamiento por no más allá de un año, porque lo que hacemos es corregir o prevenir una mal posición en un tiempo leve.
-¿Con aparatos?
-Sí. Se hace con aparatos de ortodoncia removible, que pueden tener tornillos, resortes, levante de mordida, dependiendo de la necesidad que se tenga, que se usan por lo menos de 12 a 14 horas diarias. El niño debe dormir con ellos, debe tratar de usarlos la mayor cantidad de tiempo posible en su casa, debe mantener una higiene y debe ser responsable, tanto el niño como la madre, en el uso y el manejo del aparato. De eso depende el 90 por ciento del éxito del tratamiento.
El programa de Ortodoncia Interceptiva del hospital Claudio Vicuña atiende actualmente a cerca de 150 pacientes, de entre 6 y los 9 años. Podrían ser menos, pero todo depende de los cuidados de los padres.
"A las mamás hay que insistirles en que la prevención es uno de los pilares de la salud bucal integral en los niños, que deben recibir atención odontológica en sus consultorios, controles que son básicos a los 2 y 4 años, para los tratamiento de estas anomalías", finalizó.