Especialista desmenuza las alarmantes cifras de obesidad infantil en San Antonio
Solo en el hospital Claudio Vicuña se atienden a cerca de quinientos niños al año por problemas relacionados con la obesidad o el sobrepeso. Las estadísticas de distintas instituciones son preocupantes.
No hay experto en salud pública que no asegure que la obesidad infantil es uno los grandes problemas de nuestro tiempo. La Organización Mundial de la Salud, que es una especie de guardiana de la calidad de vida de los habitantes del planeta, gobiernos e investigadores coinciden en lo mismo. A menudo exhiben alarmantes cifras, pero pocas veces son desmenuzadas hasta la realidad de nuestras vidas cotidianas.
San Antonio no es la excepción. Los números no son fáciles de encontrar, pero son preocupantes. El 2014, en medio de la discusión por la nueva Ley de Etiquetado de Alimentos, la Seremi de Salud informó que los niños de la comuna puerto son los que presentan los mayores índices de sobrepeso y obesidad (la diferencia entre ambos se determina a partir del índice de masa corporal (IMC), es decir, del peso y estatura, entre otras variables) de la Quinta Región.
Los números
En junio de este año, en el marco de la implementación de la normativa, la Municipalidad de San Antonio reveló que, de acuerdo a los datos recabados en los consultorios, el 13 por ciento de los menores de diez años ya sufre de este problema.
En el hospital Claudio Vicuña, el médico pediatra Juan Francisco Jara señaló que el 40 por ciento de los niños entre 10 y 15 años que llegan al recinto presenta sobrepeso, y sobre el 20 por ciento sufre de obesidad. ¿Qué significa eso en números reales? Que mensualmente se atienen cerca de 40 pequeños por esta enfermedad, es decir, casi quinientos por año.
El profesional apuntó a razones hasta ahora poco conocidas para la opinión pública y aseguró que no se reduce solo a qué tan buenos somos para comer. Hay factores biológicos y sociales que hacen muy difícil transmitir el mensaje de la vida sana.
"La obesidad en Chile y en el mundo es un problema que posee múltiples causas. Primero, tienen que ver con la disponibilidad de alimentos; segundo, con los cambios de hábitos alimentarios, los cambios sociales, los cambios económicos, y también hay una cierta relación con patologías específicas (enfermedades) y cierta predisposición genética", indicó Jara.
-A ver, doctor, vamos desgranando el choclo, ¿Qué es eso de los cambios sociales?
-El avance tecnológico favoreció el desarrollo de una producción de alimentos más acorde con las necesidades, es más, existen países donde hay un exceso de producción. Evidentemente también hay hambrunas en otros territorios, en África por ejemplo, pero eso se contrasta con países del primer mundo, donde la disponibilidad de alimentos es tal que muchas veces se botan toneladas de los mismos. En Chile, existen zonas con más disponibilidad de alimentos y en otras hay precariedad, pero aún así siempre hay posibilidad de alimentación.
-En palabras sencillas, hay más comida en Chile…
-También hay una mejor distribución. Hoy día es muy fácil que un ariqueño o magallánico dispongan de alimentos de la zona central en un par de horas. Eso no era así hace 30 ó 40 años atrás. Lo otro que también es importante es que hemos asistido a un cambio en la cultura alimentaria: pasamos a ser un país que comía sólo en casa, a ser un país que come rápido, chatarra.
-Claro, entre hacer comida y "servirse" un completo a la pasada, mejor esto último...
-Los últimos 50 años en nuestro país hemos sufrido cambios en las condiciones laborales. El habitante medio del país ya no cumple los horarios que cumplían nuestros abuelos, que trabajaban ocho horas, regresaban a sus casas, descansaban, se alimentaban de una manera diferente. Nosotros en general estamos en una sociedad que nos exige 12 horas o hasta 14 horas de trabajo, con periodos cortos de esparcimiento y por supuesto para la alimentación, por lo tanto las horas que dedicamos a comer son poquitas y generalmente utilizamos lo que está a la mano.
-También hay un factor económico. Los alimentos sanos son más caros, o al menos existe ese mito...
-Una mamá de nivel medio bajo, a la que en general las platas le alcanzan para comprar comida barata, adquiere muchos hidratos de carbono, mucho pan, mucho arroz y muchos fideos y le alcanza también para comprar algunos elementos supuestamente alimentarios, como son las cecinas, las vienesas, que no tienen proteínas de valor biológico, pero la gente los usa, como complemento y por supuesto son parte de la dieta de los niños.
En san antonio
El doctor Jara, quien atiende regularmente en el policlínico de atención secundaria del hospital, agregó que "los niños se alimentan bien en la mañana y en la tarde cuando llegan del colegio, pero están un gran periodo de tiempo expuestos a la sociedad de consumo y es muy fácil que compren alimentos poco saludables".
-¿Cuál es la situación de sus pacientes de San Antonio?
-El problema de la obesidad en San Antonio es un reflejo de lo que se ve a nivel nacional. El 40 por ciento de los menores de entre 10 y 15 años que llegan acá presenta sobrepeso y sobre el 20 por ciento son obesos.
-Eso quiere decir…
-Que en el policlínico se ven 40 niños con este tipo de problemas mensualmente. Alrededor de un 20 por ciento de los pacientes que veo en el hospital tienen trastornos de malnutrición por exceso.
-Sabemos de la diabetes, de los problemas cardiacos, de la hipertensión, pero ¿qué pasa con los niños en estado de crecimiento?
-Un niño que acumula grasa, normalmente, para decirlo de forma muy simple, tiene sustrato para fabricar hormonas antes de tiempo, por lo tanto puede desarrollar pubertad precoz, puede tener alteraciones hormonales. En la medida que aumenta la ingesta de comida se incrementa la producción de insulina, que se requiere para metabolizarla.
-Mantener un estilo de vida sano conlleva un compromiso que muchas veces es difícil de mantener. En su experiencia profesional ¿cómo le ha ido con el tema?
-Van a ser 10 años que llevo trabajando en atención secundaria y en estricto rigor me va mal en este tema. Veo que las mamás le hacen empeño, los niños tratan de cooperar, pero el sistema es muy fuerte, el ambiente es muy dañino. En general uno lucha con un ambiente que promueve la farándula alimentaria, para cada evento hay una comida, una jornada de ingesta calórica muy alta.
-¡¿Farándula de la comida?!
-Los cumpleaños, las celebraciones, las despedidas, las recepciones, todo con un alto aporte calórico. Un trozo de torta tiene entre 500 y 600 calorías, pero en general, hay un porcentaje de pacientes que logran hacer cambios en su estilo de vida.
Prevención
Por último, el doctor Jara apuntó a la prevención y a la familia. Esta última "posee un rol importante, al igual que el colegio que tiene que entregar normas, valores y promover hábitos y actividades de educación física estimulantes, entretenidas, acordes a las condiciones de los niños".