Maite será la primera mujer en dirigir la banda del Fernández León
La estudiante de 16 años rompe los esquemas de una tradición y espera dar lo mejor de sí para enfrentar el desafío.
Para una niña de 16 años pertenecer a una tradicional banda instrumental es todo un desafío.
Sin embargo, ser la primera mujer en la historia de la institución que estará a cargo de dirigir la banda como tambor mayor, es todo un mérito.
Ese es el escenario que vive hoy Maite Rodríguez, una estudiante de segundo medio del colegio Fernández León de Llolleo.
Pero el prototipo de guaripola de gran estatura y una figura imponente, no son precisamente las características de Maite.
Ella es una menuda joven y asegura que su estatura de un metro y 57 centímetros romperá con los cánones de esta disciplina.
"Todos los tambores mayores siempre han sido más altos, pero yo fui la excepción porque era la más antigua del grupo y no había nadie más que pudiera tomar el cargo", comenta con entusiasmo.
Es que el reto de esta joven es aún mayor, puesto que cuando asuma oficialmente su cargo al frente de la banda espera, además, haber crecido algunos centímetros, ya que no quiere verse más pequeña que el resto de los participantes.
"Voy a comenzar a hacer ejercicios, elongaciones, meterme a un gimnasio y todo lo que pueda, pero estoy segura que puedo crecer durante el verano", dice convencida.
Una de las primeras medidas que debió adoptar esta alumna fue acortar el bastón de guaripola, ya que es muy largo para ella y le impediría maniobrarlo.
"La guaripola me llega como a la altura de mis hombros y como máximo me tiene que llegar hasta el pecho", comenta aclarando que su antecesor medía cerca de un metro 70 centímetros.
"Estoy nerviosa por estar a la cabeza de la banda, pero voy a aperrar, porque esto me gusta. Además me van a enseñar y voy a practicar mucho hasta que me salga perfecto", añade.
Dice que ya le están enseñando las primeras marcaciones y los movimientos que debe manejar para dirigir a la banda, pero que a pesar de cualquier complicación que se le presente, su pasión por la banda es tan potente que está dispuesta a dedicarle todo el tiempo que sea necesario para hacerlo bien.
Amante de la música
Motivada por su afición a la música, hace cuatro años cuando cursaba octavo básico, Maite comenzó a participar en la banda de su colegio y se destacó en instrumentos de percusión partiendo por la caja. Es así como también es una activa integrante de la orquesta instrumental de San Antonio como percusionista.
Su ramo preferido es Lenguaje, pero le gustaría ingresar a la Escuela Naval, aunque cree que todavía puede cambiar de opinión e interesarse por otra profesión.
La disciplina es una de las fortalezas que más destacan en la personalidad de Maite, por eso mantiene un buen promedio de notas y distribuye su tiempo entre las actividades que más le apasionan. "Mis compañeros y amigos me han felicitado porque seré la tambor mayor, pero también me dicen que tengo que crecer y estoy segura que lo haré", confiesa.