Ayer se celebró el Día de la Discapacidad en la plaza de Llolleo con diferentes y emotivas actividades.
Cientos de sanantoninos acudieron al evento que se desarrolló durante toda la mañana y que contó con una serie de stands con muestras de trabajos artísticos y manualidades de diferentes agrupaciones sociales de la comuna. Además se sumó la presencia de equipos de profesionales de diferentes centros de salud familiar para llamar a la comunidad a tomar conciencia sobre la importancia de la inclusión de las personas con capacidades diferentes.
La iniciativa, organizada por la Municipalidad de San Antonio, a través de su Departamento de Salud y en conjunto con la Oficina de la Discapacidad, tuvo presentaciones artísticas de escuelas y clubes del adulto mayor.
Sin embargo, las actividades que más atraparon la atención de las distintas delegaciones de estudiantes fueron aquellas que llamaban a ponerse en el lugar de un discapacitado.
Fue así como, por ejemplo, varios tomaron un pincel y comenzaron a pintar, pero con la mano que menos ocupan o con el pincel en la boca, simulando haber perdido una o ambas manos. También se repitió el ejercicio con una caja con espejos que hacía ver lo difícil que es coordinar los movimientos de un solo brazo en ausencia del otro.
Pero dejar de usar las piernas para movilizarse con una silla de ruedas, fue todo un desafío para los más pequeños que llegaron a la muestra.
"Me duelen los brazos, porque hay que tener mucha fuerza para moverse", indicó la pequeña Carolina Núñez, de 9 años, asegurando que fue muy difícil usar la silla de ruedas y que se imaginó lo que sienten los niños que no pueden caminar. Además recordó que mañana (hoy) se realizará la Teletón y valoró el trabajo que hacen por rehabilitar a los niños.
Sin embargo, hizo una revelación que la tenía muy angustiada respecto al tema. "Yo le saqué una plata de la Teletón a mi mamá y me pilló", dijo.
Se trataba de $200 que tomó sin permiso para comprarse un helado, según lo que contó. "Fue un error que cometí, pero sé que lo puedo arreglar, aunque me retaron mucho, pero ahora más que nunca sé que tengo que devolver esa plata y ayudar a la Teletón", aseguró.
Testimonio
José Luis Orellana, un simpático joven de 21 años, llegó en su propia silla de ruedas hasta la plaza de Llolleo, acompañado por su padre, para celebrar el Día de la Discapacidad.
Él reveló que desde que nació perteneció a la Teletón y que sólo hace un par de meses lo dieron de alta.
"Yo hacía ejercicios en el agua", comenta espontáneamente cuando le preguntan por su experiencia en el instituto de rehabilitación.
Su padre, el agricultor Juan de Dios Orellana, dice que la institución benéfica fue fundamental para toda la familia, porque, pese a que su hijo nunca pudo caminar producto de una severa parálisis cerebral, los ejercicios, los tratamientos y la atención sicológica que les dieron fue muy importante para todos en su casa.
José dice que es hincha número uno de la Teletón y que durante las 27 horas de amor nunca quiere dormir, porque para él es todo un desafío donde siempre espera alcanzar la meta.
"Esta vez no quiero tomar mis medicamentos de la noche, porque no me quiero dormir. La Teletón hay que verla toda y hay que salir a dar plata al Banco de Chile, porque es muy importante para nosotros los discapacitados", indicó haciendo un llamado a todos los sanantoninos a colaborar con esta noble causa que lo ayudó durante tantos años.