Emprendedora rescata tradicional oficio chileno en localidad de San Juan
El curtido de pieles le ha permitido presentarse en diferentes exposiciones.
"Esto lo estoy rescatando del siglo pasado", cuenta con orgullo Sandra Peñailillo, mientras muestra cada una de las piezas que ella misma fabrica con pieles de animales.
Su padre era productor agrícola, lo que le permitió familiarizarse desde niña con el negocio del ganado.
"Mi padre y mi esposo son productores, así que vi una oportunidad de negocio, ya que nací con esto", afirma la artesana, y agrega: "Primero empecé a hacerlo con mi padre, luego con ayuda de un amigo".
A pesar de estar relacionada con el rubro, Sandra cuenta que sus inicios como emprendedora no fueron fáciles.
"Me costó entrar en el negocio, sobre todo por timidez, pero es algo que me encanta. Amo esto".
Para elaborar sus productos, Sandra debe realizar un minucioso proceso. "El cuero se lava con harto desengrasante y se le agrega sal o piedra lumbre. Después se guarda por unos días y así es el proceso de ablandamiento, que es el que más cuesta", relata, mientras peina una piecera que podría llegar a costar entre 15 y 20 mil pesos.
Animalistas
Aunque constantemente recibe invitaciones para participar en diferentes exhibiciones, Sandra afirma que hay algunas que prefiere evitar.
"Nunca he tenido problemas con los animalistas, pero trato de no ir a ferias donde pueda encontrarlos. Pienso que no van a entender mi trabajo. Me siento orgullosa de esto y respeto la manera de pensar de la gente".
La mujer lleva más de diez años en este oficio, pero advierte que únicamente curte las pieles que recibe.
"No mataría a un animal solo por su piel. Yo obtengo los cueros a través de mi esposo. Así como se vende la carne, se ocupan las pieles. El animal no se sacrifica en vano, todo se utiliza", aclara la artesana.
sello personal
Con el trabajo de años, Sandra ha ido adquiriendo experiencia en el oficio y aunque, en un principio recibió diferentes consejos sobre cómo curtir de mejor forma los cueros, ella asegura que prefiere dejar su propia huella en cada producto de su creación.
"Me decían que tenía que hacerlo de cierta manera pero yo empecé a trabajar las pieles a mi gusto. Yo le pongo mi sello personal", asevera.
Generación de empleos
Aunque su producción suele ser de baja cantidad, Sandra ofrece trabajo a otros vecinos de la localidad de San Juan. "Encontré a una persona ideal que me ayuda a lavar, a lijar, a peinar. Me siento contenta de poder generar empleo a chicos de la zona".
Para crear una piecera o una alfombra, Sandra invierte entre 15 días y un mes de trabajo. Todo depende del tamaño y el producto que le sea encargado.
"Ahora estoy innovando con unos gorritos hermosos que estoy haciendo. Lo mejor de estos productos es que son eternos, nunca se van a echar a perder", garantiza Peñailillo, quien espera seguir mostrando sus productos en las próximas ferias locales.
25 mil pesos cuestan los exclusivos gorros de pieles que la artesana fabrica a su propio gusto.