Voraz incendio en Bellavista dejó carbonizado taller de artesanos
Pastora Zúñiga y su esposo Jaime Ávila perdieron su principal fuente de ingreso tras el siniestro que los afectó la madrugada del miércoles 14 de diciembre. Aquí la desgarradora historia de esta esforzada familia.
Pastora Zúñiga dice que ha sufrido más de lo que ha vivido en sus 60 años.
Hace 35 años murió el primero de sus hijos, cuando apenas tenía 6 años. Se llamaba Iván Ávila Zúñiga. Era su regalón. La luz de sus ojos. Sin embargo, un rebelde cáncer al estómago se lo arrebató de sus manos.
Como si fuera poco, a los pocos años, otro duro golpe azotaría a este matrimonio. "Cuando diagnosticaron con cáncer a Iván, con mi esposo nos mudamos acá a San Antonio. Lamentablemente murió en el hospital (Gustavo Fricke, en Viña del Mar). Después otro de mis hijos también falleció".
Ricardo Ávila Zúñiga solo alcanzó a estar 9 meses en este mundo y dejó de existir, desatando una profunda tristeza en su padres. Incluso ella cayó en un preocupante estado depresivo, tras el mortal infarto que sufrió su hijo.
"Hace pocos meses ya perdí a mis dos papás. Es doloroso, muy triste, pero nada se compara con la pérdida de un hijo. Uno sabe que los papás de alguna forma van a morir antes que uno, es la ley de la naturaleza, pero el dolor que se siente al ver morir a un hijo es terrible, muy grande. ¡Imagínese qué se siente perder a dos!", se confiesa Pastora en su hogar, ubicado en calle Violeta Parra, sector Bruselas I, en Bellavista.
Allí, hoy vive junto a su esposo Jaime Ávila (64), uno de sus tres hijos y su pequeño nieto, en la casa que han levantado sobre la base de esfuerzo y perseverancia, y gracias a la artesanía.
Lamentablemente, en la madrugada del pasado miércoles 14 de diciembre, a eso de las 2.15 horas, un repentino incendio devoró por completo el taller de su esposo artesano, el cual era la principal fuente de ingreso de la familia.
Artesanía como terapia
Pastora cuenta que ese día estaban durmiendo cuando de repente escucharon un extraño ruido en el patio de su casa.
Una vez que salieron a ver qué sucedía, el fuego ya había consumido gran parte de este inmueble y junto a él una decena de herramientas y máquinas.
"Por todo lo que había dentro del taller se hizo imposible detenerlo. Finalmente llegaron los bomberos y lo apagaron. Nos dijeron que había sido por una falla eléctrica", detalla Pastora, también dirigenta vecinal de su barrio.
Tanto para ella como para su marido la artesanía ha sido fundamental en su vida. Cuando Pastora perdió a sus hijos, confiesa, cayó en una profunda depresión. Caminando una vez por el paseo Bellamar, con la mirada perdida y buscando alguna explicación a la muerte de sus dos amados retoños, esta mujer fue interrumpida por una artesana.
Con ella conversó un largo rato y le confesó todo lo que le había tocado vivir.
"Así comencé en la artesanía. Conocí a muy buena gente que me ayudó. Nos titulamos todos de artesanos gracias a la Empresa Portuaria (Epsa). Fundamos con otro amigo, Víctor Soto, los pequeños artesanos del Miramar y luego la Agrupación Puerto del Pacífico. Este taller lo teníamos con mi esposo desde que llegamos a vivir a San Antonio y ahora lo perdimos todo. Todo. No tenemos nada, ninguna máquina para que él (Jaime) pueda trabajar", describe.
Pastora, eso sí, revela que las muestras de cariño y apoyo no se hicieron esperar una vez sucedida la tragedia. La Municipalidad de San Antonio les donó una mediagua para que puedan levantar su taller.
"Mi marido ahora sale a recolectar cochayuyo junto a sus amigos. Es lo que le gusta. Yo me dedico a trabajar en los planes de generación de empleos. No nos alcanza para mucho, pero ojalá la gente nos pudiera ayudar para seguir con la artesanía en madera", implora Pastora.
Una sierra circular y un taladro con pedestal es lo que con más urgencia necesita esta familia de sanantoninos.
"Como muchas otras veces, no tengo ninguna duda que saldremos adelante", cierra Pastora con una gran sonrisa, pese a que la vida se empeña en ponerla a prueba.
2.15 de la madrugada del miércoles 14, la familia Ávila Zúñiga perdió su taller de artesanía producto de un incendio. Quienes puedan colaborar, deben llamar a Pastora al celular 979507360.