Carolina Bustos Muñoz
Por años, Michael Ortiz se ha ganado la vida bailando en las calles disfrazado de algún personaje del mundo animal. Asegura que ha recorrido varias ciudades del país mostrando su show y que incluso tuvo la posibilidad de vivir algunos años en Brasil donde su espectáculo encantó a los cariocas.
"Los brasileños son alegres y disfrutan mucho viendo a las personas bailar. Allá me disfrazaba de perro y eso les gustaba mucho", cuenta Michael mientras hace un alto en el sector de la Playa Grande de Cartagena.
A pesar de los buenos dividendos que le trajeron sus presentaciones en Río de Janeiro, decidió regresar a su natal Quinta Normal, en la Región Metropolitana. A diario se le puede ver en distintos puntos de Santiago mostrando su rutina de baile y humor, esta vez disfrazado del simpático león Mike, con un traje que él mismo confeccionó.
El año pasado recorrió parte del Litoral Central, y gracias a la buena acogida decidió quedarse por más tiempo en El Quisco. "Fue donde mejor me fue", confiesa.
Esa buena experiencia lo trajo nuevamente a la provincia, pero esta el destino elegido fue Cartagena.
Reconoce que su idea era quedarse sólo por el fin de semana pasado y así aprovechar la llegada masiva de turistas, pero la buena recepción que tuvo en sus presentaciones lo llevó a considerar la posibilidad de quedarse por unos días más.
"La gente anda estresada, pero yo los hago reír y además los saco de la rutina. Muchos ya me conocen porque me han visto bailando en Estación Central o en el centro de Santiago. A la gente le gusta porque es un león picaresco y muy bailarín. Tampoco es violento. Es el humor de la gente que viene a Cartagena".
Rutinas
Dependiendo de cómo esté el día, Michael puede llegar a realizar más de ocho rutinas por jornada, lo que le significa un gran esfuerzo físico. "El año pasado bajé 16 kilos. Uno transpira harto dentro del traje, pero al final bajé de peso por el ejercicio que hago".
Según Michael, el único inconveniente que tiene a diario es la presencia de Carabineros o de los inspectores municipales. "Ellos quieren que saque un permiso para quedarme establecido en un lugar, pero eso no me gusta porque yo quiero estar en todas partes. Cuando termino acá en la playa, como a eso de las 7, tomo mis cosas y me voy a la plaza. Allá hago otros shows. Yo no le hago daño a nadie, sólo hago reír a la gente".