David Muñoz Castillo
Cerro Alegre es el campeón de la primera adulta en el torneo de la Asofútbol San Antonio y el autor intelectual tras este logro es Miguel Ángel Hernández (57). Reconocido como un hombre de mar, dirigente social y luchador por las causas de los pescadores, también es un ferviente defensor de su equipo de fútbol de toda la vida.
Y literalmente es de toda la vida, porque el presidente de la Federación de Pescadores Artesanales Nuevo Amanecer, desde que era un niño jugó por el club albo. "No es novedad para mí esto de andar metido en las canchas, desde los 14 años que soy dirigente del club deportivo Cerro Alegre. Fui jugador, por 47 años. El año pasado me tuve que operar de los meniscos (rodilla) y deje de jugar. He sido de todo, como en el circo Chamorro, jugador, presidente, tesorero, director", enumeró el adiestrador del monarca de la serie de honor.
Nació en el cerro, "abajito de la Virgen y me crié a pata pelá vendiendo agua para las flores en el cementerio".
Su papá René, jugó por el club. Fue arquero. Su mamá Sonia, es su más ferviente hincha. "Me acompañaba a los partidos de los superseniors en Estrella. Hasta que le dio un accidente vascular", relató.
Eran 7 hermanos. Uno de ellos murió hoy quedan tres mujeres y tres hombres, y aunque trató no pudo mantener la tradición familiar. "Mi papá, conocido como 'Reneco', era bueno para la pelota, jugaba al arco. Otro de mis hermanos, que le dicen el "Lágrima" también era arquero. Yo también partí como arquero, pero nunca me gustó, así que me dediqué a jugar de defensa, lateral, de central hasta de contención. Hasta ahí nomás llegaba; técnicamente no podía jugar más arriba", reconoció con humildad.
De su mamá Sonia heredó el sentido social, el gusto por las causas justas. "Ella era dirigente de Cema Chile en el Centro de Madres, cuando era bueno, hasta que llegó la dictadura. Era intrusa, de ella saqué eso, de andar metido en estas cosas", contó.
Empezó a jugar por el club a los 10 años y se retiró recién el año pasado. "Jugué desde los infantiles hasta los superseniors. Siempre por el mismo club. Debo tener un récord", comentó con orgullo.
Su primera experiencia como entrenador fue a los 18 años. Se hizo cargo del primer equipo seniors del Cerro. "Mi vínculo con el fútbol amateur es de toda la vida, es de domingo a domingo. Llevar meriendas, organizar la comida, siempre ha sido así, por 47 años".
Hace dos temporadas se hizo cargo de la serie de honor del Cerro, tras un quiebre en la directiva. "Nadie quería la responsabilidad de asumir el equipo y me la jugué. Soy cerroalegrino de corazón, de toda la vida, como iba a dejar a mi club solo", declaró sobre su amor por el club.
Sin jugadores, por un masivo éxodo, armó el equipo con algunos muchachos de segunda y un par de refuerzos. Dos años después levantó la copa.
Y no descansa. Al contrario, ya piensa en la participación en la Copa Anfa y en el trabajo que se viene. Como buen pescador, Miguel Ángel Hernández tiene claro su rumbo.