Tres sanantoninos cuentan cómo es vivir en la Alemania del siglo 21
Carolina Acevedo, Cristián Maureira y Valeria González salieron rumbo a Berlín, donde hoy se empapan de la cultura de uno de los países más avanzados de Europa.
Hace 13 meses la periodista Carolina Acevedo González (29) dejó la tranquilidad de su casa en la calle Arzobispo Casanova, en Llolleo, para emprender viaje rumbo a Alemania, país donde sigue viviendo.
Esta ex alumna del colegio Fernández León contó a Diario El Líder cómo ha sido la experiencia de vivir en un país que es considerado uno de los más modernos del mundo.
"Acá trabajo esporádicamente y estoy más enfocada en aprender alemán, que es un camino bastante largo. También tengo pitutos de niñera, que acá son muy bien pagados", explicó.
La joven, regalona de su madre, se fue en noviembre de 2015 a Alemania, la época de pleno invierno y de los días más cortos del año. "¿Qué hice?, ¿por qué estoy aquí?", se preguntó al arribar entre la nieve y las gélidas mañanas de Berlín. "Después le agarré el gusto; Berlín es una ciudad llena de cultura, hasta los pequeños cafés sirven de galería para artistas no muy conocidos. Adonde vas encuentras arte. Además, hay muchísimos panoramas de todo tipo", explicó.
En tierras germanas, Carolina se reencontró con los sanantoninos Cristián Maureira Fredes y Valeria González Cantergiani, con quienes se conocen de la época escolar. Ella, que comparte departamento con una joven ucraniana, una estadounidense y un chico sueco, se las arregla para salir junto a sus amigos oriundos de San Antonio.
"En Berlín de verdad sientes que puedes hacer todo lo que quieras. Si bien soy periodista, los últimos años he tenido la idea de hacer algo distinto y estoy participando en proyectos de cine de una comunidad de audiovisuales que se llama Kinoloop. Estoy aprendiendo una profesión relativamente nueva muy lentamente y desarrollando mi creatividad al máximo mientras aprendo el idioma y evalúo opciones para el futuro. Algo totalmente nuevo para un chileno, y más para un sanantonino. En San Antonio no tienes mucha más opción que dedicarte a lo que estudiaste o en lo que encontraste trabajo y tratar de sobrevivir con lo que te quieran pagar", afirmó.
A juicio de Carolina, "la gente en Alemania es mucho más desprendida e independiente que nosotros. Se cambian de país con una facilidad envidiable y la mayoría a los 23 años ya ha vivido en varios lugares y, por ende, habla varios idiomas".
Y aunque extraña a su familia, las fiestas de fin de semana junto a amigos y seres queridos y también la posibilidad de comer pescados y mariscos en el puerto de San Antonio, Carolina Acevedo disfruta intensamente su paso por Alemania. En sus ratos libre se dedica a pasear y a empaparse de la cultural local. No admite ni descarta que haya tenido romance alguno en aquel lejano país; pero al ser consultada por ese tema, solo dijo que "llevo más de un año aquí... ja, ja, ja".
"Lo único difícil de asumir son los días cortos. A las 4 de la tarde sientes que se te fue el día y no hiciste nada, porque ya es de noche".
-¿Qué nos falta en Chile para tener el nivel de las ciudades de Alemania?
-A mi parecer falta muchísimo, pero por sobre todo falta tener más conciencia social tanto a nivel gubernamental como personal. Chile trata a los chilenos más como personas de deberes que de derecho. Producir es el deber fundamental de cada chileno en Chile y consumir es la consecuencia "lógica" del éxito, justamente del éxito de haber producido a gran nivel. Esto causa que para los chilenos sea mal visto enfermarse, tener hijos (en el caso de una mujer), no tener un trabajo estable, no tener un título profesional y un millón de cosas que allá son vistas como fracaso. Y que, por otro lado, sea muy bien visto tener una casa propia y endeudarse 10 o 20 años, tener un auto, ir de vacaciones al Caribe en un all inclusive, todo lo que implique un éxito económico. La gente vista como exitosa en Chile, no necesariamente es gente feliz y eso me parece extremadamente triste. Está muy lejos de mi concepto personal del éxito.
La llegada de refugiados de Siria, Afganistán e Irak ha puesto a los alemanes en una situación de conflicto interno, ya que no todos están de acuerdo con que se reciba a aquellos inmigrantes.
Según Carolina, hoy para un chileno es complejo radicarse para siempre en Alemania, ya que la prioridad del Estado germano está dirigidas a los refugiados del mundo árabe. "Para mí está bien lo que hace el gobierno. El apoyo a la gente que vive en guerra me parece excelente, pero creo que deberían ser más rigurosos con la fiscalización de la integración de la gente. En Alemania confían plenamente en que cada persona cumplirá con su deber, entonces ven que se inscriben en la escuela y no fiscalizan si van", declaró.
AsTROFÍSICA
Cristián Maureira Flores fue alumno del Instituto del Puerto en San Antonio, desde donde egresó en 2005. Luego, se tituló de ingeniero civil industrial de la Universidad Técnica Federico Santa María. "Terminé la carrera y un magíster en 2013, año en que hice una pasantía de 6 meses acá en Berlín. Al terminar esto, mi jefe me ofreció una posibilidad y me vine a hacer un doctorado en Astrofísica en el Max-Planck-Institut für Gravitationsphysik (Albert-Einstein-Institut), y estoy actualmente en mi último año, razón por la que estoy acá desde fines de 2013", contó.
"Berlín está llena de historia, caminando por las calles puedes ver demarcado por donde pasaba el muro de Berlín, que al verlo por primera vez para mí fue muy impresionante. Es una ciudad muy cosmopolita, y vivir en ella te abre los ojos a muchas culturas y tradiciones. Los propios alemanes dicen que Berlín no es muy Alemania, justamente por esta razón. Los berlineses son mucho más amigables que el estereotipo alemán", añadió.
-¿Qué extrañas de San Antonio
-Principalmente la familia y amigos, pero desde el primer día, uno comienza a comprender que al salir de la ciudad donde creciste, estás obteniendo muchos más beneficios personales comparados al extrañar a los tuyos, lo cual sopesa la nostalgia.
-¿Qué nos falta en Chile para tener el nivel de las ciudades de Alemania?
-Mucho. Al llegar a Berlín me di cuenta que existe un pensamiento colectivo de beneficio mutuo, y algo tan simple como tirar la basura en su lugar, porque la ciudad es de todos, es muy difícil de ver en Chile. Por otro lado, el transporte público que ha estado siempre en boga, está a años luz. Los trenes y buses no discriminan por clases sociales, puedes ver todo tipo de ciudadanos, obreros, estudiantes, empresarios, familias completas; en Chile siempre se asocia a gente que no tiene la capacidad de tener un auto u otro medio de transporte. Por último, pero no menos importante, es la tolerancia. Es muy triste ver tantas noticias de discriminación por la cantidad de inmigrantes que tenemos en Chile y al convertirte tú en uno, te das cuenta que es un sin sentido. En el tiempo que he vivido acá, nunca he visto un altercado racista.
-¿Quieres volver a San Antonio?
-A visitar a mi familia, claro, pero a vivir, lo veo muy difícil.
Conciencia animal
Valeria González Cantergiani es otra joven sanantonina que vive desde noviembre de 2015 en Berlín, hasta donde fue para aprender el idioma alemán.
En Europa, Valeria ha conocido otros países pero terminó regresando a Alemania. Allí le llamó la atención la cultura de la comunidad local que, evidentemente, es muy distinta a lo que hacemos y somos los chilenos.
"Me gustaría que en Chile existiera mayor conciencia acerca de reciclar y el cuidado del medio ambiente, así como el concepto de comunidad, el cual se puede observar en Alemania en la creación de espacios urbanos como huertas o centros que son gestionados por las mismas personas y están en perfecto estado y cuidado", aseveró.
Para Valeria, también es destacable que en Berlín exista una elevada conciencia animal. "La mayoría de las personas es responsable de sus animales y además ellos pueden acceder a todos los lugares desde el metro hasta restaurantes o pubs", resaltó.
Esta sanantonina ha tenido que hacer un doble esfuerzo para acostumbrarse al crudo invierno berlinés. "Aun así se disfruta sobre todo cuando hay nieve, lo que más molesta luego de los meses no es el frío, sino la falta del sol, ya que el invierno es muy largo. Luego de 5 meses nublados, uno de verdad extraña el sol y afecta el ánimo", contó.
Valeria, Cristián y Carolina se reúnen a menudo y así hablan del puerto que tanto extrañan a más de 12 mil kilómetros de distancia física, a años luz de lo que somos en Chile.