Angélica Rojas (67) es una docente ligada fuertemente a San Antonio. Su familia ha vivido en esta ciudad por muchos años y a pesar de tener muy buenos recuerdos, asegura que la mayoría de las veces que ha visitado la zona se ha marchado con un sabor amargo en la boca.
"Cuando era más joven me caí en Cartagena y quedé con una horrible cicatriz en la cara. Después me chocaron unos curaos en Barrancas", dice con mucha tristeza esta profesora que actualmente vive en la comuna de Ñuñoa, en la Región Metropolitana.
Lamentablemente su última visita a San Antonio tampoco fue la excepción ya que mientras realizaba unas compras en el centro de Llolleo, desconocidos robaron varias especies desde su vehículo que permanecía estacionado en calle Echaurren.
Fotografías
Asegura que no le interesa el daño que los antisociales le causaron a su vehículo tras romper un vidrio trasero y la chapa de la puerta del piloto. Para ella lo más doloroso, sin lugar a dudas, ha sido la pérdida de valiosos recuerdos de su padre e hijo fallecidos.
"En el auto andaba trayendo unas fotos que restauré. Se las iba a mostrar a mi prima para que viera lo bonitas que habían quedado, pero estos desgraciados se llevaron todo ", afirma sin poder contener las lágrimas.
La afectada detalla que el robo se produjo en horas de la tarde y que además de haberse llevado un bolso con sus pertenencias, los ladrones le sustrajeron una tablet y algunos documentos. "Me da lo mismo la tablet porque me puedo comprar otra, pero esas fotografías eran muy importantes para mí. Era la única foto donde salía mi padre e hijo juntos. Ellos murieron en el 2005 en un accidente en el sur y esa foto se la habían tomado días antes...", explica.
Reconoce que tras el robo, decidió retornar a su casa en Santiago y dejar hasta ahí su visita. "Estoy muy triste. Ese día tenía muchas cosas que hacer, pero al final decidí regresar a mi casa".
Carolina Bustos Muñoz
cbustosm@lidersanantonio.cl