Familia vive pesadilla tras repentina muerte de su guagüita de 11 meses
Padres acusaron malos tratos recibidos en el hospital. "No nos pudimos ni despedir de ella", lamentó la mamá de la pequeña.
Un pequeño ataúd de color rosado impactaba por su sola presencia. En él yacía el cuerpo de la pequeña Serena E.C., de sólo once meses. Sus padres, de un negro luto, estaban ayer en el funeral sin aún entender cómo su niña terminó así.
"Creo que no es verdad", decía Katherine, la madre de la guagüita fallecida, en medio del velorio. La incredulidad de Katherine y Erick, los padres de Serena, surge por el repentino deceso de la bebé a la que recuerdan por ser "muy sana, nunca se enfermaba de nada".
El "nunca se enfermó" duró hasta el lunes pasado. Eran las 21 horas cuando la pequeña cenó. Durmió una siesta y despertó decaída antes de las 22.00. Pasaron menos de cuatro horas cuando la lactante ya estaba sin vida. Murió a las 00.45 del martes.
Fiebre
Katherine relató que debido a que su hija andaba decaída, le tomó la temperatura. Tenía fiebre. El termómetro marcó 39 grados. Se dirigió hasta el consultorio Néstor Fernández Thomas de Las Lomas, que se ubica cerca de su residencia en Llolleo.
"Le bajaban la fiebre con pañitos y luego de un tiempo empezó a saltar, a convulsionar", manifestó Katherine. Agregó que "después pidieron una ambulancia para llevarla al hospital. Llegó el Samu y la trasladaron".
La bebé ingresó directo a un box de reanimación de la Urgencia del hospital Claudio Vicuña, pues su estado era crítico. Recibió una serie de tratamientos que intentaban salvarle la vida.
Mientras eso pasaba, sus padres aguardaban afuera en medio de un mar de dudas que los abrumaba.
"Primero me sacaron del box y luego del pasillo de la Urgencia. Yo pedía, suplicaba, que me dijeran qué estaba pasando, pero nada. Pedía que un médico me dijera qué tenía mi hija y nadie me respondía. Me trataban mal hasta que me echaron para afuera. Fue desesperante y humillante no saber qué pasaba y que nadie te respondiera", denunció la progenitora entre lágrimas.
La respuesta sobre el estado de Serena finalmente llegó, pero cayó como un balde de agua fría. A los padres los hicieron entrar. Se les acercó un médico y les dijo que la niña, que en marzo cumplía un año, había fallecido.
"Pensé 'qué está diciendo si ella tenía fiebre nomás, si ella estaba bien hace un par de horas, estaba bien en la mañana, la tuve en los brazos recién, por qué me dice que está muerta'", narró Katherine.
Pero era cierto. La guagüita estaba muerta y la autopsia revelaría la causa del deceso. "Yo pensaba qué fue lo que pasó, pero nadie me respondió. ¡Qué quieren que uno piense!, si nadie te presta apoyo. En el hospital sólo nos dijeron 'pasen para verla, ahí está', como si fuera un perrito y no nuestra hija que había muerto recién", sostuvo Erick, el papá, con impotencia. "No fueron capaces ni de sacarle un tubo que tenía en su boquita", agregó con pena.
Los padres acusan que el hospital cometió "una serie de malos tratos" en su contra. "No sabemos qué tenía, no sabemos qué le metieron (medicamentos) a nuestra hija y más encima nos trataron mal, echándonos", reclamó Katherine.
Hospital
Frente a esta denuncia, desde el recinto asistencial manifestaron que "en todos los casos de riesgo vital y cumpliendo los protocolos que establece la normativa del hospital se prohíbe el ingreso de los familiares al box de reanimación, ya que se debe actuar eficazmente y sin interrupciones".
Además, indicaron que "cuando ocurre el deceso de la menor se les comunica inmediatamente a los padres de la paciente y se les informa que la causa de muerte sería determinada por una autopsia".
A las 13 horas de ayer el cuerpo de Serena fue sepultado en el cementerio de Bellavista, donde el llanto desgarrador de la madre estremeció a todos los presentes.
00.45 horas del martes la lactante falleció en el hospital Claudio Vicuña.
"No nos pudimos ni despedir de ella", lloró.