Actores dejaron la tele y se la juegan con carrito gourmet
Camila Correa y Nicolás Pérez crearon Romeo y Panceta, un proyecto que fusiona sus dos grandes pasiones: la comida y el teatro. En San Antonio esperan emprender con su propuesta.
Debutaron el domingo pasado en las murgas de San Antonio y en un par de horas lo vendieron todo. "El plus fue tener comida saludable. Al principio veíamos pasar a las personas comiendo completos y papas fritas, estábamos con miedo, pero de a poco empezó a llegar la gente y no paramos", cuenta la sanantonina Camila Correa.
La joven de 29 años, ex estudiante del colegio People Help People, tuvo su lugar en la pantalla chica protagonizando comerciales y recreaciones en algunos matinales; sin embargo, decidió dejar atrás la vida en Santiago para dedicarse de lleno a su nuevo emprendimiento, que incluye un show de payasos o de stand up comedy, dependiendo del público al cual se presenten.
"Hace tiempo que estábamos con la idea de hacer un carro de comida y quisimos empezar con este carrito más chico para probar cómo nos iba. Empezamos a pensar cómo podíamos destacarnos dentro de este mercado, porque en este momento está todo el boom de los carritos de comida", afirma la emprendedora.
Así fue como junto a su pareja, Nicolás Pérez, conocido por su aparición en videos virales de la productora Woki Toki, se las ingeniaron para ofrecer un servicio de comida y entretención dirigido a todo tipo de público.
"Quisimos darle un valor agregado a la comida y lo fusionamos con lo que sabemos hacer, que es la actuación; entonces, pensamos en un stand up comedy para los adultos y un show infantil para los niños, así entregamos un servicio más íntegro, con comida saludable, rica y distinta, con súper buenos ingredientes y con harto amor", explica el actor de 30 años.
Paralelo a sus apariciones en televisión, los jóvenes trabajaron en una productora que les permitió acercarse a las personas y desarrollar a fondo el arte de la improvisación.
"Veníamos de una pega en la que teníamos que hacer intervenciones a personas adultas. Según la empresa a la que íbamos nos daban un tema y teníamos que jugar con la gente e improvisar. Entonces nos agarramos de esa experiencia que tuvimos por dos años y se lo sumamos al servicio de la comida que tenemos ahora", manifiesta la sanantonina.
"Hacemos una introducción con el show y así rompemos el hielo. La idea es acercar a la gente al carro para que no lleguen con timidez y que tengan más cercanía con nosotros, así tenemos más contacto con ellos y se genera un vínculo más cercano, que no sea solo entregarles la comida, sino que hacer un ambiente grato", afirma Nicolás, quien ya se está preparando para nuevas presentaciones en eventos privados.
"Estamos ofreciendo servicios para cumpleaños de niños y adultos, pero sobre todo para matrimonios, donde se están ocupando bastante los carritos para la hora del bajón, después de que los invitados se lo han bailado todo", cuenta Camila.
"También vamos a empresas. Ahí pedimos inducciones para incluir dentro de la rutina, por ejemplo, si tiramos una talla de alguien que es bueno para sacar la vuelta, averiguamos antes quién es bueno para sacar la vuelta en la empresa y lo agregamos a la rutina, así vamos generando cercanía con la gente", dice el actor y agrega: "Nuestra idea es que los eventos sean súper amenos; entonces, lo que pretendemos es soltar a la gente, que se entregue un poquitito más para que cuando llevemos el servicio de comida podamos tirar la talla y nos conversen".
Por estos días, los emprendedores gestionan un permiso municipal para instalarse en un lugar definitivo. Mientras eso ocurre, les permitieron ofrecer sus productos durante todas las jornadas de las murgas.
"Vamos a estar todos los domingos en las murgas de este año. Tenemos buenos precios. La idea es que la gente nos compre y que se vayan contentos, que disfruten de un producto súper rico, diferente y a buen precio", recalca la pareja, que no desconoce que la fama de Nicolás fue un factor importante para que las personas se acercaran a su local.
"Mucha gente en las murgas me preguntaba: 'oye, ¿tú eres el actor de Woki Toki?', entonces se generaba esa cercanía bien entretenida con las personas", confiesa Pérez.
"Queremos ponernos en un lugar fijo, en la Plaza de Llolleo o un lugar que sea bien concurrido, donde la gente vaya a pasear y tenga una alternativa de comerse algo que sea más saludable y un poco más gourmet", agrega.
Emprender por la familia
En mayo de 2016 nació Gael, hijo de Camila y Nicolás, quien vino a sumarse a Catalina, la hija mayor de Camila. Con la llegada del pequeño, la pareja decidió que era tiempo de alejarse de Santiago para llevar una vida más tranquila en la ciudad puerto.
"Cuando salí de prenatal, quise hacer un emprendimiento porque quería trabajar en algo que nos permitiera manejar nuestros horarios", afirma la joven, mientras el actor agrega: "Renuncié a la productora para dedicarme de lleno al carro, para sacar más eventos y producirlo. Paralelamente, ser parte del staff de Woki Toki me permite complementar las dos cosas, porque si bien pedimos un permiso para estar estable en un lugar, me da tiempo para poder grabar de vez en cuando para la tele".
Por su parte, Camila también espera seguir con sus proyectos teatrales, gracias a la libertad que entrega el tener su propio negocio. "Queremos seguir actuando y vivir de lo nuestro, pero estar más tranquilos en cuanto a la parte de lucas con este proyecto. En marzo ya vuelvo con ensayos para una obra que va a tener temporada en mayo. Eso es lo bueno que nos permite Romeo y Panceta", expresa la joven.
Los emprendedores seguirán en la ciudad durante lo que queda del verano, mientras el proyecto prospera. "Vamos a estar hasta fines de febrero fijo en San Antonio, después esperamos tener más eventos", afirma entusiasmada la sanantonina.