Le dijo "te amo" a su madre y cayó en coma en sus brazos: acusan negligencia en muerte de joven
Valeska Venegas asegura que su hijo estuvo con tratamiento para la esquizofrenia, cuando en realidad, según ella, tenía un tumor cerebral.
Nicolás Romero Venegas tenía solo 20 años cuando habló por última vez. Estaba al borde de la muerte, conectado a un respirador artificial, prácticamente en los brazos de su madre cuando le balbuceó un débil "te amo". Tenía casi un metro ochenta centímetros de altura, pero pesaba solo 43 kilos. Se le "marcaban todos sus huesecitos", según contó su mamá.
A pesar de su debilidad, el joven no quería morir. Había sufrido dos hemorragias cerebrales en el pabellón del hospital Carlos van Buren, pero seguía con vida, aferrado a la mano de su progenitora. Cualquier paciente habría muerto en menos de 48 horas. Él no. Tuvieron que pasar quince días antes de que diera el último suspiro.
El 28 de diciembre del 2013 los doctores declararon su muerte. Un tumor en el cerebro, denominado específicamente como "germinoma pineal", fue el responsable de tanto sufrimiento.
La malformación podría haber sido detectada al menos dos años antes, según cuenta Valeska Venegas, su madre, quien acusa al hospital Claudio Vicuña de negligencia por un supuesto "diagnóstico errado".
De acuerdo a su relato, los problemas empezaron cuando Nicolás estudiaba en el Liceo Vicente Huidobro de Cartagena, donde detectaron que tenía problemas de concentración, dolores de cabeza y alucinaciones.
"Me decía que veía animales pequeños, duendes en la casa", revela su mamá, quien asegura que interpuso una demanda en contra del recinto asistencial, que hasta la actualidad no prospera.
"Ha pasado mucho tiempo y sigo esperando una explicación, quiero justicia. Al principio solo quería las disculpas, pero ahora quiero una compensación económica, porque eso es lo que les duele: la plata. Mi hijo se habría salvado si hubieran hecho las cosas bien", sentencia.
El mencionado colegio cartagenino consiguió una hora médica con la "Casa Azul" del hospital de San Antonio, de acuerdo al relato de Valeska, donde "un siquiatra dijo que Nicolás tenía esquizofrenia paranoide".
Al principio hubo conformidad, pero con el paso del tiempo las molestias del muchacho no se extinguían, por el contrario, su salud empezó a deteriorarse.
Con una serie de fotografías, muestra cómo comenzó a bajar de peso y cómo sus ojos empezaron a adquirir unas profundas ojeras.
"Parecía un zombi, porque estaba totalmente dopado, cualquiera en la calle hubiera pensado que era un drogadicto", añade la vecina de Vista Hermosa.
"Luego fue a un segundo médico, que se quedó con el mismo tratamiento, no le hizo exámenes ni nada. Le hicieron análisis de sangre, pero nunca un escáner cerebral. Lo pedí reiteradamente y nunca, nunca tuve la orden. Me decían que estaba mal porque los medicamentos eran muy fuertes, pero nada más", agrega Valeska, quien por varios momentos de la entrevista contiene las lágrimas.
La mujer pierde su mirada en el horizonte, observa los rincones de su casa y recuerda los lugares donde estuvo Nicolás. Incluso conserva su lápida. "No he sido capaz de ir a colocarla. Me da una pena tremenda", admite.
En el mismo espacio donde revela su drama, hace tres años estuvo su hijo viviendo sus últimos días, en malas condiciones, pero siempre recordándole lo mucho que la quería.
"Se deterioró tanto que quedó en una silla de ruedas y con hospitalización domiciliaria. Mientras tanto, nadie me daba una explicación, en el hospital nadie tenía idea de nada".
Eso, hasta el fatídico 13 de diciembre del 2013.
"Ese día me costó mucho levantarlo, tenía la mirada ida, estaba mal. Vino una amiga y le cortó el pelo. Ella le preguntó si le gustaba el flan y él le dijo que sí, que de chocolate. A la hora, o poco más, trajo una fuente. Pasó toda la mañana en la silla de ruedas mirando el árbol de pascua, yo lo ponía solo por él. Esa tarde lo cambié al sillón y le puse la música que le gustaba. De pronto, me dijo ´mamá, te amo, que nunca se te olvide eso'. Le contesté lo mismo y después de un rato se fue de lado y empezó a botar saliva. Entró en un coma", prosigue.
Funcionarios del consultorio de Cartagena trasladaron al muchacho al hospital de urgencia. "Lo vio una doctora y dijo que le haría un test, para ver qué le estaba haciendo mal".
Pasaban los minutos y Valeska no se despegaba de su hijo, "el del medio, Nicolás tenía un hermano mayor y uno menor".
"Le hacía cariño y le abrí los ojos. Vi que tenía una pupila muy dilatada y la otra no, era solo un puntito. (…) La doctora dijo que era algo en el cerebro y se lo llevaron a Rayos para hacerle un escáner", continúa.
"Me dijeron que tenía que esperar. Se demoraron un rato y cuando salió la doctora se sentó a mi lado y me dijo que Nicolás tenía un aneurisma, que se había reventado y que me despidiera de él, porque se lo llevaban a reanimación. Cuando llegué corriendo estaba desnudo en una camilla, no me dejaron entrar", dice.
Esa misma noche, el ex estudiante fue trasladado al hospital Carlos van Buren de Valparaíso.
"Un neurocirujano me dijo que tenía un tumor, que no había nada que hacer y que habría sido detectado años antes con un escáner, con ese escáner que tanto pedí en San Antonio. Me aseguró que no tenía esquizofrenia y que no había mucho que hacer", cuenta con lágrimas.
"Casi me desmayo al verlo. Su cabeza estaba envuelta. Le habían perforado el cráneo para drenar líquido y le hicieron un raspaje para quitar parte del tumor, pero fue imposible".
En una de sus últimas visitas, el joven estando conectado al ventilador mecánico movió sus brazos y le repitió a su mamá y a uno de sus hermanos que los amaba.
El 28 de diciembre, luego de quince días en la Unidad de Cuidados Intermedios, Nicolás falleció. Su sueño era ser sacerdote.
"(Mi hijo) se deterioró tanto que quedó en una silla de ruedas y con hospitalización domiciliaria",
Valeska Venegas, madre del joven fallecido."
"Al principio solo quería las disculpas, pero ahora quiero una compensación económica, porque eso es lo que les duele: la plata. Mi hijo se habría salvado si hubieran hecho las cosas bien",
Valeska Venegas, madre del joven fallecido."