Haydeé Orellana
Típico chileno: dejar todo para el último minuto, o por lo menos, eso era lo que decían varios de los atribulados padres que ayer repletaron San Antonio en busca de los útiles escolares y de los uniformes de sus hijos.
"Salimos a última hora por la mente del chileno, pero no fue solo eso porque yo no tuve tiempo antes tampoco y a mi señora no le gusta venir sola", contó Gustavo Azagra, mientras iniciaba el recorrido para comprar los útiles de su hijo Agustín.
"Otra cosa es que sale pesadito, yo tengo que comprar para tres niñas y la lista sale cara, como 50 mil por cada una, entonces había que esperar que llegara fin de mes también porque resulta bien saladito", señaló Ingrid Santander.
Es que ayer Centenario parecía estar viviendo un día más del verano por la gran cantidad de personas que circulaba por esta tradicional avenida comercial de San Antonio.
"La gente espera a última hora a pesar de que se trabajó con cotizaciones durante todo el verano, pero es así, siempre se espera a última hora", agregó Susana Pérez, trabajadora de la Librería Clip. Esta percepción también fue compartida por Juan Olivares, dueño del local 65 de la Galería Mar del Pacífico, quien calificó de "caóticos para las ventas" estos días previos al ingreso a clases de los estudiantes.
Argentinos precavidos
Si la consigna chilena fue dejar estas compras para el final, esa no pareció ser la idea de los trasandinos que visitaron el puerto durante las vacaciones, ya que "los argentinos se llevaron útiles escolares durante todo el verano", contó Lucía Sepúlveda, dueña de la Librería La Jirafa.
Según Lucía, los trasandinos preferían comprar acá porque los precios les convenían al llevar productos de mejores marcas, pero a un precio mucho más económico.