Profesora sanantonina se sacó un 7 haciendo clases de Religión
Ruth del Carmen López Offermann, de la escuela Poeta Pablo Neruda, obtuvo la mejor calificación en la última Evaluación Docente. Sus alumnos dicen ser fanáticos de sus enseñanzas.
Quizás para alguien de la generación de los 90, pensar en la clase de Religión como algo entretenido e imperdible puede resultar muy poco probable. Por eso resulta increíble que un curso completo de niños de 10 años se confiese que adora estas clases.
Pero es cierto, los alumnos de sexto año básico de la escuela Poeta Pablo Neruda de cerro Alegre en San Antonio lo confirmaron.
Sin embargo, no se trata de cualquier clase, ya que es la clase que está a cargo de la profesora más querida de ellos, Ruth del Carmen López Offermann.
"Las clases de ella son geniales, porque son súper divertidas. A mí me hacía historia el año pasado y ahora me hace Religión, pero yo espero los viernes para que me toque su clase, porque me gustan mucho", cuenta Franccesca Cerda, de sexto básico, y sus compañeros lo confirman.
Esta maestra que estudió Educación General Básica en la Universidad Católica de Valparaíso fue una de las 14 profesionales de la comuna de San Antonio que obtuvo un resultado de destacada en la Evaluación Docente 2016 que se dio a conocer esta semana.
¿Cuál es el secreto para ser la favorita de sus alumnos y haber sido tan bien evaluada por el Ministerio de Educación?
Según su testimonio, se trata de vocación, amor por lo que hace. Y puede que este sentimiento hacia la educación sea algo genético, ya que tuvo dos hijos profesores, Lorena (Ed. Básica) y Valericio (Matemáticas); además de sobrinos y una decena de parientes que se dedican a la educación. Y por si fuera poco, su marido es transportistas escolar desde hace décadas.
"El secreto, más que cualquier cosa, es amar lo que se hace y sentirse feliz para buscar el éxito. Si esta profesión no se ejerce con vocación desde el corazón no se puede trabajar en ella", confiesa.
Con su imponente voz, pero dulce mirada, revela que siempre se ha hecho respetar por sus alumnos y ha sabido ganarse la confianza de ellos, aunque manteniendo su autoridad en la sala de clases.
"La asignatura que yo atiendo es historia y he tratado de incorporar las nuevas técnicas de tecnología en el aula. Aunque me ha costado bastante, debo reconocerlo, pero he tenido el apoyo tanto de mis colegas, como de mis hijos que también son profesores", dice.
Religión
Ruth López cuenta que el año pasado se enfrentó por tercera vez a la evaluación docente como un gran desafío. Ya había sido evaluada en Lenguaje, Matemáticas e Historia y como en el Poeta Neruda imparte Historia y Religión, el año pasado decidió no repetir la evaluación y probar con Religión.
"Después me di cuenta que Religión era mucho más complejo, porque va a un juicio de expertos la parte teóloga y son juicios expertos en la Universidad Católica", añade valorando con orgullo la dificultad de su tarea.
La profe además es de una familia muy católica, ella es catequista y además está apoyando a su marido que es ministro y se está preparando como diácono.
-Los niños son muy preguntones y se cuestionan bastante hoy en día. ¿Cómo enfrenta sus clases en estos tiempos complejos para la Iglesia?
-Todos los niños son atendidos a pesar de estar en otra religión. Yo respeto su religión y ellos respetan la mía. Les digo que ellos defiendan su fe en el sentido que sus padres se lo enseñaron y se mantienen en la sala. Les sirve al menos para tener una noción nueva de las cosas.
-¿Su ramo entonces profesa la religión católica?
-Sí. Pero creo que estoy bien en lo que hago, porque estoy siguiendo lo que el Papa Francisco dice que es tratar de aunar las religiones y sacar puntos afines que no lleven al conflicto.
-¿Pero cómo lo hace para aunarlos?
-No puedo dividirlos entre católicos y no católicos. Todos son iguales y en la clase se considera al grupo aunque tengan distinta fe. Cada uno va haciendo los ejercicios respecto a sus propias creencias.
-¿Y qué es lo que les gusta tanto de sus clases?
-Yo siempre trato de hacer las clases lo más lúdicas posibles. Hago uso de nuevas tecnologías, les paso videos, hago fichas, incorporamos las artes a la asignatura. Siempre pensando en lo que más les va a atraer.
Pero esto, según esta querida profe, no se improvisa. Hay muchas horas de trabajo para preparar sus clases y atrapar la atención de sus alumnos en cada sesión.
"Yo me enamoré de la escuela municipal", señala al describir su experiencia cuando brillan sus ojos y reluce su sonrisa para mostrar su alegría.
Ya va a cumplir 40 años de experiencia docente y más de 30 de ellos los ejerció en el Liceo Santa Teresita de Llolleo y hace cerca de una década se incorporó por completo al colegio municipal que le robó el corazón.
Hoy, a sus 60 años de edad, ya ha pasado por la vida de miles de alumnos y alumnas con quienes se encuentra cada día en diferentes áreas de la sociedad como profesionales, madres o padres y en general como dice ella "personas de bien".
Sin ir más lejos, esta periodista que hoy la entrevistó, también fue su alumna.
"Es emocionante darte cuenta que pudiste contribuir en algo dentro de la formación de tantos alumnos. Con decirte que voy al hospital y me encuentro con médicos, al banco y me encuentro con otra alumna... Tú misma. Esto me llena de alegría y me emociona", indica.
Santa teresita
"El Santa Teresita fue la experiencia más importante en mi carrera, porque fue mi primer colegio y me daban todas las facilidades para trabajar. Además que es un colegio de iglesia que me llenaba espiritualmente como católica. Me costó mucho dejarlo, de verdad fue muy difícil, porque yo hacía clases allá (Llolleo) en la tarde y acá en el Poeta en la mañana", comenta la profesora.
Tenía cerca de 22 años cuando ingresó a trabajar en el liceo llolleíno, y dice que creció y se formó en él, por ello cuando comenzó el sistema de jornada completa en la educación se vio dividida al tener que decidir por un solo colegio, desde entonces está en la escuela Poeta Pablo Neruda, de cerro Alegre.
"Hacía clases en los dos colegios, pero llegó un momento en que los horarios no me permitieron seguir así y tuve que tomar la decisión y la verdad es que la escuela municipal me cautivó".
retiro
En cuanto a preparación, estudios, capacitación y actualización de sus conocimientos, nunca se ha quedado atrás, ya que suma varios cursos, una licenciatura, postítulos y un sin fin de especialidades que le exigía el sistema. Pero, pese a su gran experiencia, no está dispuesta a dejar de aprender y enseñar. O al menos no de un momento a otro. Quizás, paulatinamente.
La profe ya es bisabuela y se derrite por su bisnieta, se autodescribe como muy casera, pero expone que no se imagina dejando la docencia de un año para otro.
"Ya tengo la edad para jubilarme, pero yo creo que el próximo año lo haré. Como salí destacada, quiero aprovechar esta condición para ver si logré superar etapas en la carrera docente y eso me llena de alegría. Poder mejorar... Pero no me imagino sin hacer clases", confirma.