El fanático lila que nunca dejó de lado al equipo de toda su vida
Juan Guzmán dedicó prácticamente toda su existencia a viajar kilómetros y kilómetros para estar presente en la mayor cantidad de partidos del SAU como forastero. Un hincha que fue homenajeado por sus pares y los jugadores.
Hace tres años que Juan Guzmán tuvo que empezar a sentarse en el living de su casa cada vez que iba a jugar San Antonio Unido. Sintonizaba en su equipo de música la transmisión de Radio Chilena FM y comenzaba a escuchar los pormenores de los lilas tanto de local como de visita. Producto de un accidente cardiovascular, tuvo que dejar de ir al estadio Olegario Henríquez, y lo que es peor, no pudo viajar más a lo largo del país por los estadios de Segunda División siguiendo las aventuras del club del timón y la gaviota.
Su salud se lo impedía. Tenía 88 años y tras el accidente comenzó a vivir prácticamente de cero. Estuvo 17 días hospitalizado en el hospital Claudio Vicuña, algo que para don Juan era fuera de lugar. Nunca había padecido una enfermedad grave por lo que no había tenido la necesidad de recurrir a la medicina.
Fundamental fue la ayuda que recibió de su señora María Angélica Carreño Serrano. Ella lo incentivaba a recuperarse, le daba aliento todos los días e incluso lo motivaba a que no se quedara solamente en los intentos de mover un brazo o la pierna. Juntos escuchaban por radio los partidos del SAU, con la esperanza de que un día volverían a estar en el estadio.
Por la ruta lila
En los tiempos en los que Juan Guzmán estaba bien físicamente, como pareja pudieron viajar durante varios años a ver a San Antonio Unido jugar en calidad de forastero.
Ambos vibraban con el fútbol, así que no tenían problemas en recorrer cientos de kilómetros en micro hacia los distintos destinos que el fixture del momento indicara.
"Nos conocíamos hace más de treinta años, pero juntos vivimos en la calle Carlos Ibáñez del Campo en el sector de Bellavista durante los últimos 13 años. Siempre me contaba de todos sus viajes como hincha del SAU, ya que era fanático del fútbol. Así que cuando empezamos a vivir como pareja comencé a acompañarlo y tuvimos la posibilidad de recorrer muchas ciudades y ver hartos partidos. Antes de salir él me decía que no llevara nada, que no me preocupara de nada, que en el viaje comprábamos comida, algo para tomar, que pasaríamos a almorzar. Siempre estaba atento a que estuviera contenta", recuerda con nostalgia María Carreño.
Pasado portuario
Juan Guzmán nació en San Antonio el 9 de enero de 1926. Su madre Ester Guzmán vivía en el sector de Balmaceda, en la entrada de la ciudad puerto, y allí creció Juan, quien tras terminar su enseñanza escolar, comenzó a trabajar en el puerto como estibador.
Tras jubilar de este oficio, realizó varias labores como comerciante. Compró una camioneta con la que recorría la ciudad vendiendo frutas y verduras.
Juan estuvo primero casado con Ester Carrasco, con quien tuvo cuatro hijos: Juan, Alejo, Bernardo y Estela. Después tuvo otra pareja, hasta que decidió compartir su casa de Bellavista con María Angélica, quien era 22 años menor que él.
"Después de jubilar y cuando había dejado un poco el trabajo de comerciante, a Juan le gustaba bajar al centro, a caminar. Siempre salía a las once de la mañana de la casa y llegaba hasta la plaza de San Antonio. Me contaba que se juntaba con los pocos estibadores antiguos que iban quedando, y a veces pasaban a comer y a tomarse algo al tradicional 'Checo'. Era muy activo, estaba siempre moviéndose de aquí para allá", reconoce María, quien conoció a su pareja gracias a su yerno Luis González, marido de su hija Rosa Toledo, y quien era hijo del padrastro de Juan Guzmán, quien nunca conoció a su padre biológico y por eso llevaba el apellido de su madre Ester.
Amor por el sau
Desde chico Juan Guzmán fue un fanático del fútbol, por eso que su amor hacia el club San Antonio Unido nació de inmediato. Así fue como siguió muchas campañas de los lilas, ilusionándose en innumerables veces con el ansiado ascenso a Primera División.
Pese a que muchas veces los resultados positivos no acompañaban, su devoción por el SAU no se transaba. "Yo le decía que era un devoto de San Antonio Unido, porque era demasiado fanático. Juntos viajamos a San Bernardo, Talagante, Curicó, Los Andes, y la verdad que lo pasábamos muy bien, ya que el grupo de hinchas que viajaba era muy familiar", explica María Carreño.
Por eso, don Juan no estaba del todo cómodo escuchando por radio los partidos del equipo de sus amores, pero su estado de salud actuaba como una verdadera condena para sus pretensiones futbolísticas.
No tenía más remedio que sintonizar aquellos 90 minutos sagrados e imaginarse las jugadas y los goles a favor. "Lo veía que sufría escuchando pegado al parlante de la radio. Pero él lo vivía así, era muy apasionado, entonces no podía decirle nada", comenta su señora.
Minuto de silencio
El pasado martes 11 de abril, a la edad de 91 años, lamentablemente falleció Juan Guzmán, producto de su deteriorado estado de salud.
Como una forma de homenajear su cariño y amor por San Antonio Unido, los hinchas lilas gestionaron con la Anfp y con la dirigencia de Trasandino, un minuto de silencio previo al encuentro en que el SAU derrotó por 4-3 como visitante a los andinos.
"Pude viajar con unos vecinos en el bus de los hinchas hasta Los Andes. Luego en el estadio fue muy emocionante vivir el minuto de silencio que realizaron en honor a mi viejito, que estoy seguro debe ser el más feliz en el cielo con este verdadero homenaje que le hizo San Antonio Unido, el club al que siguió por todo Chile", concluye emocionada María Angélica Carreño.