Familias que viven en toma dicen que están obligadas a colgarse del tendido eléctrico
Doce viviendas no tienen conexión regular en el cerro Bellavista.
Justo a la hora en que ayer el equipo de Diario El Líder recorría el pasaje Manuel Rodríguez, ubicado detrás de la Casa de Piedra, en Bellavista, un delgado joven escalaba, como un gato, un poste del alumbrado público para volver a conectar los cables que permitirían a las familias de una toma del sector colgarse a la electricidad.
El hombre, que por lo menos llevaba guantes de goma para su protección, confesó que sólo estaba ayudando a esos grupos familiares que no tienen otra opción de tener luz eléctrica.
Teresa Luengo tiene 42 años. Hace una década que se instaló con su casita en un sector de la quebrada donde viven otras 11 familias. Ella reconoce que es parte de una toma pero recalca que no tuvo otra opción para tener su hogar, en donde vive junto a su esposo y sus tres hijos.
"Nos tomamos estos terrenos hace más de 10 años. Quiero ser bien honesta, porque soy sureña y me gusta decir todo bien clarito, y por eso tengo que contar que estamos colgados (del tendido eléctrico); hace dos días hubo un problema en los cables y nos cortaron la luz, pero nos volvimos a colgar. No nos queda otra", afirma Luengo, quien trabaja en un local de la feria mayorista de Bellavista.
Según esta sanantonina, es imposible vivir en forma normal sin tener electricidad, sobre todo para aquellas familias en que hay niños. Por esa razón, llamó a las autoridades a que les puedan ayudar a regularizar esta situación.
"No queremos que nos regalen la luz, necesitamos que hagan lo mismo que hicieron en la toma de Villa Génesis, o sea, que nos den la oportunidad de tener un medidor", asevera esta mujer que espera que el alcalde de San Antonio, Omar Vera, pueda respaldarlos.
Los vecinos reconocen que estar colgados de la electricidad representa un riesgo para todos quienes viven allí, pero insisten en que no tienen otra alternativa. "Estamos viviendo en la inseguridad", dice Teresa Luengo.
El problema es que como son casas construidas en una toma ninguna de ellas posee título de dominio, lo que dificulta todos los trámites que permitirían darles un suministro eléctrico.
Cruda realidad
Muriel Araya (34) habita en una casa de la toma junto a sus tres hijos, su esposo y su padre. "Mi papá es discapacitado e insulinodependiente, entonces no podemos estar sin luz", asegura.
El miércoles pasado, debido a una falla que hubo en el cableado del sector, Chilquinta acudió al lugar, arregló el problema y aprovechó de desconectar a quienes estaban colgados. Pero Muriel y su familia ayer ya tenían luz. "Nos colgamos nuevamente, le pedimos a un amigo que lo hiciera", declara sin tapujos.
Esta mujer, al igual que Teresa Luengo, clama porque las autoridades les ayuden a conseguir electricidad. "No esperamos que nos regalen las cosas, estamos dispuestos a pagar los empalmes y el medidor", dice.
Las 12 viviendas de esta toma tampoco tienen conexión a agua potable y a la red de alcantarillado.
"No queremos que nos regalen la luz, necesitamos que hagan lo mismo que hicieron en la toma de Villa Génesis",
Teresa Luengo"