Cartagenina relató el calvario que ha vivido tras el asesinato de sus perros
Karina Olivares asegura que tras este lamentable hecho, su familia, en especial sus hijos, no logra reponerse de la pena.
La mañana del domingo Karina Olivares (39) y su hija de 14 años vivieron una traumática experiencia al ser testigos del asesinato de dos de sus mascotas en su casa de Lo Abarca, en Cartagena
Desde ese día, esta familia no ha podido conciliar la calma y, según lo que explica esta cartagenina, la pena y la rabia se han apoderado de sus hijos quienes han sufrido mucho con estos decesos.
Según la mujer, su perro "Capuchino" murió de forma instantánea tras recibir un disparo, mientras que "La Negrita" agonizó varias horas luego de recibir fuertes golpes.
"Mi hija le pedía que no los matara. Le suplicó que no les hicieran nada, pero cuando yo vi que este hombre venía con un arma me imaginé lo peor. De repente sentimos un disparo, después los gritos de la perrita... Era un infierno lo que estábamos viviendo con mi hija en ese momento", relata, entre lágrimas, la mujer, quien agrega que "y como burla después nos tiraron sus cuerpos de los perros por la reja. Nosotros gritábamos y corríamos de un lado para otro sin entender por qué habían hecho eso".
"Capuchino" murió de forma instantánea, mientras que "La Negrita" falleció tras agonizar por varias horas en la comisaría de Cartagena.
El presunto autor del disparo, un vecino de la familia afectada, fue detenido por personal policial y tras su formalización por maltrato animal y tenencia ilegal de armas, quedó en libertad con medidas cautelares.
-Karina, ¿y su vecino por qué mató a sus perros?
-Porque se pasaron a su parcela, que está al lado de la mía. Era la primera vez que lo hacían.
Ayuda
La muerte de ambas mascotas tiene muy preocupada a Karina, en especial por la reacción de sus hijos, que al igual que ella, son amantes de los animales.
"Esto ha sido horrible para mis hijos porque nosotros queremos mucho a los animales. Además si recogimos a estos perritos del basurero en febrero fue para darles una mejor vida, pero no para que terminaran así", sostiene.
"Yo no quiero que esta persona se vaya presa, tampoco quiero una compensación económica porque esa gente necesita el dinero. Nadie nos devolverá la calma tras haber vivido algo así. Además, tampoco se puede imaginar cómo está mi hija porque nadie se ha preocupado de ella ni de prestarle apoyo en este momento y eso me preocupa. Antes se levantaba feliz para ir al colegio, pero ahora no quiere, anda enojada", confidencia con mucha pena.