Don Polo, suplementero de San Antonio que recorrió el mundo
Este comerciante se hizo cargo del quiosco familiar -que tiene más de 50 años- para seguir con la tradición, pero en pocos meses más contará con una ayuda muy especial: su pareja que llegará desde República Dominicana.
Apolinario Moya González es el actual dueño de uno de los quioscos más antiguos de San Antonio, en la calle Pedro Montt. Eso sí, vino a hacerse cargo del negocio de su padre después de haber recorrido, literalmente, el mundo.
"Este negocio está hace mucho tiempo, más de 40 años, como 50 y algo creo yo, pero lo tenían mis papás antes", contó don Polo con emoción en la garganta.
"Mi papá trabajó con el diario (El Líder) desde que partió incluso y siempre se ha mantenido un público fiel", dijo mientras una de sus clientas habituales le compraba un diario y le preguntaba por sus nietos, "uno se conoce acá", aclaró son sencillez.
"Pero no era lo único que mi papá y yo hacíamos porque hubo un tiempo en que nos fuimos a trabajar en la pesca, fui marinero, y ahí pudimos recorrer todo el mundo", explicó .
"En esa pega de la pesca viajé mucho, hasta descubrí a mi pareja en República Dominicana", señaló este hombre de sonrisa fácil y mirada amable.
Sin embargo, "aunque todos los países tienen su encanto, no hay como la tierra de uno", explicó.
Amor virtual
"Es que tengo pareja, pero ella no vive aquí, ella es dominicana. Nos conocimos a través de internet, porque igual me muevo harto en la red virtual", explicó mientras mostraba su computador.
"Nos conocemos físicamente, porque he estado hartas veces allá. En uno de esos viajes la conocí, pero estuvimos varios años sin vernos y después nos encontramos en internet y no nos hemos separado más", señaló con algo de timidez.
"Igual, la primera vez que nos vimos no pasó nada, porque yo era amigo de su papá. Ella es menor que yo, tiene diez años menos", señaló.
Pero desde que se reencontraron, el amor fluyó y no hubo distancia que los separara; de hecho, "ella todavía no se viene, pero estamos haciendo los trámites para la visa", contó.
Además, en el ámbito familiar este hombre se declaró un afortunado, ya que tiene cuatro hijos y seis nietos que son la alegría de su casa.
"Antes de conocer a mi pareja, tenía una señora con la que tuve cuatro hijos, pero la relación no se terminó por esto (por su actual noviazgo con su pareja dominicana), sino que por otras cosas que no tienen nada que ver", se apresuró en aclarar.
"Mi hijo menor tiene 29 años y tengo seis nietos y son todos regalones, el más grande ya tiene 16 años y el más chiquitito cumplió dos. Son cuatro varones y dos mujercitas", contó con esa sonrisa bonachona que parece acompañarlo en todo momento.
Actualmente, don Polo tiene una rutina bien clara: se viene de su casa "que queda en Mauricio Mena con Serrano, caminando y abro todos los días como las nueve, o un cuarto para las nueve. Cierro como las ocho u ocho y media a más tardar, pero paso todo el día acá, hasta almuerzo acá. Eso sí, cuando mi pareja llegue las cosas van a cambiar, porque voy a tener que estar más tiempo con ella ", señaló el hombre.
Papás
A pesar de su alegría y de lo bien que lo ha pasado, este sanantonino reconoce que en su vida hubo una gran pena. Fue hijo único y tenía una muy buena relación con sus papás, por eso todavía se le quiebra la voz al recordar que ya no están
"Mi papá era medio malo para ir al médico, entonces cuando fue le diagnosticaron un cáncer que lamentablemente ya tenía ramificado. Se lo trató, pero no fue a tiempo, entonces como en un año se me fue", contó con la voz quebrada.
Fue precisamente en este tiempo en que debió hacerse cargo del negocio familiar, ya que tenía que ayudar con los cuidados de su papá, por que "soy hijo único, pero una de mis hijas la criaron ellos y los dos nos batimos con la enfermedad de mi papá, entonces es como hermana mía, además tenemos el mismo apellido", dijo tratando de olvidar un poco la pena que aparece cada vez que recuerda a sus padres. "Es que somos Moya González, porque la mamá de mis hijos también es González, entonces parecemos todos hermanos", aclaró con humor.
"Mi papá falleció el 2011 y mi mamá el 2014, aunque ella tuvo Alzheimer y eso es una pena muy grande que uno siempre tiene y es difícil que se supere", concluyó.
Antigüedades
Antes de dedicarse al trabajo en el quiosco, don Polo tenía un reconocido negocio de antigüedades en San Antonio.
"Yo tenía el negocio acá en Pedro Montt, estuve varios años trabajando en eso y aprendí a armar y desarmar cosas, por eso a veces me meto hasta a arreglar computadores", explicó.
"Pero cuando mi papá se enfermó, tuve que dejar el negocio, porque tenía que cuidarlo a él, tenía que viajar una o dos veces al mes a Santiago o Valparaíso con él. Después de eso, falleció y a mi mamá le afectó su enfermedad", dijo.
Tradición
En San Antonio el rubro de los suplementeros se caracteriza por ser un negocio familiar, de tradición, donde se comparten los secretos de esta área de generación en generación.
"Polo es un ejemplo de esto, al igual que yo, porque los dos somos hijos de suplementeros y somos de los pocos que quedamos con la tradición. En San Antonio son familias antiguas las que siguen manteniendo esto", explicó Fernando Olguín, presidente del Sindicato Independiente de Suplementeros de San Antonio.
Don Polo, al igual que Fernando, se siente orgulloso de formar parte de esta gran familia que son los suplementeros de San Antonio.
"Soy criado y nacido en los diarios, aunque fui alternando con otras faenas que a veces son más prósperas, pero el quiosco que yo tengo me permitió criar a mis hijos", recalcó Fernando con orgullo.
"Yo también soy orgulloso de ser hijo de suplementeros y de seguir con la tradición, aunque ahora está más difícil y uno debe ir innovando con mercaderías y con nuevos productos, todavía uno puede mantenerse con este trabajo", contó Apolinario, quien a sus 60 años disfruta compartiendo sus días con los clientes que van a su local o con sus vecinos de otros negocios de la misma vereda.
Celebración
Este jueves 25 se celebra el día del suplementero en todo Chile, por lo tanto, la invitación es a comprar el diario bien temprano porque los 45 socios que componen el sindicato sanantonino se van a reunir desde las 16.30 horas en la sede del organismo para tirar la casa por la ventana.
"Tenemos todo listo para hacer una celebración por el día del suplementero el jueves en la sede, y vamos a hacerlo bien en grande porque vamos a celebrar el día de la mamá y del papá", informó Moya.
"Ese día nos vamos a juntar porque no pudimos hacer nada el día que correspondía celebrar a las mamás. Todo fue por las lluvias, pero ahora tenemos todo listo", contó Fernando Olguín, el presidente del gremio sanantonino.
"Por eso invitamos a todos los integrantes del sindicato a formar parte de esta celebración que es tan nuestra, donde nos reconocemos y nos regaloneamos aunque sea un poquito y una vez al año", completó Olguín.
Apolinario tiene una historia de amor bastante especial -digna de Espías del Amor-, que se inició en la época en que viajaba por el mundo y conoció a un amigo dominicano.