Solo la Biblia se salvó de voraz incendio: afectada asegura que "es obra de Dios"
El siniestro se registró a las 4 de la madrugada en una casa ubicada en la calle Irene Frías, en el sector Juan Aspeé. Una mujer de 47 y otra de 79 resultaron damnificadas.
Las páginas a medio quemar de una Biblia, unas cuantas ollas metálicas y otros objetos resistentes al fuego fueron los únicos artículos que se salvaron en el voraz incendio que afectó la madrugada de ayer a una vivienda de calle Irene Frías, en la población Juan Aspeé de San Antonio.
A las once de la mañana, y luego de horas de llanto, Carol Sanhueza, la principal afectada, se resignaba a la pérdida.
"Dios sabe por qué hace las cosas", "es obra de Dios" y "Dios nos ayudará", fueron solo algunas de las frases con que esta mujer se conformaba invocando a la divinidad.
Su hogar, el mismo que compartía con su madre de 79 años, había quedado reducido a cenizas.
"Me había esforzado tanto en ir cambiando las cositas, los electrodomésticos", decía mientras mostraba el lugar donde alguna vez estuvo su living, el comedor y la cocina.
Esa terrible noche no estaba en su casa. Se quedó durmiendo en una viviendo que está frente a la suya, en el mismo sitio. "Me quedé en la (casa) que está más hacia el camino para estar atenta por si algo pasaba", agregó.
Tal vez esa precaución le salvó la vida, porque poco antes de las cuatro de la mañana se desató la tragedia. "Desperté con el sonido de una explosión y salí a la calle pidiendo ayuda. Al menos mi mamá no está, estaba en Cartagena cuidando a un familiar, habría sido demasiado el impacto para ella", añadió.
No alcanzaron a salvar nada. Tres compañías de Bomberos llegaron al lugar y evitaron que las llamas se propagaran a las demás viviendas. Adentro, lamentablemente, todo ardía. Incluso durante la mañana aún salía humo de algunos escombros.
"Me dijeron que había sido un desperfecto eléctrico", aseguró la mujer, quien a punta de esfuerzo había logrado comprar un moderno equipamiento para el hogar.
"Tenía mis cositas, mi refrigerador, todo, pero se perdió. No queda nada", reiteró una y otra vez. El shock se mantenía casi intacto. Está casi de más consignar que quedaron con lo puesto. La ropa, los recuerdos, las camas y los enseres se calcinaron sin dejar rastro.
"Recién el lunes (mañana) vendrán de la Municipalidad y me ayudarán a remover los escombros y los restos que quedan de la casa, porque son puros palos parados que no sirven de nada, y me van a entregar, parece una mediagua", prosiguió mientras abrazaba a una de sus nietas, quien le pregunta una y otra vez por qué todo se quemó.
"Son cosas que pasan", le responde y le seca las lágrimas. Luego hace lo mismo en su propio rostro.
Cualquier ayuda será bien recibida llamando al 944070401