Así es la "Vida Positiva" en el condominio social para adultos mayores de Bellavista
En abril celebraron cuatro años de funcionamiento y hasta ahora, es el único de la provincia de San Antonio. En El Tabo se levantará otro. Están hechos para abuelitos sin casa y sin apoyo familiar.
Lunes 24 de julio. 11 de la mañana. En el Condominio de Viviendas Tuteladas (que está ubicado al lado del consultorio de Bellavista) no vuela una mosca. Casi todos sus vecinos están reunidos en la sede social del conjunto habitacional para crear un código de conducta que los ayude a convivir con mayor armonía. Para problemas ya han tenido muchos años. Todos ellos son adultos mayores, que por alguna desgraciada razón quedaron sin techo bajo el cual vivir.
Gloria Muñoz es una de ellas. Llegó desde Valparaíso, donde tenía "una relación complicada con su familia" -según dice- hace casi un año y medio.
Además de ella, hay otros 19 adultos mayores. Cada uno de ellos está instalado en una cómoda vivienda con baño y cocina.
De acuerdo con su relato, cada persona está a cargo de su propio hogar. No pagan arriendo alguno, pero deben cancelar individualmente la cuenta de la luz, el agua y cualquier otro servicio que quieran instalar. Gloria con una vecina, por ejemplo, comparten la conexión a televisión satelital.
Estarán allí hasta el día de su muerte. Prácticamente su única y principal condición es que sigan viviendo solos.
El dueño de las residencias es el Servicio Nacional del Adulto Mayor, pero son administradas por el Programa del Adulto Mayor de la Municipalidad de San Antonio, que provee de un "tutor" para que los vigile y oriente en el acceso a distintos beneficios del Estado.
Ese profesional es Gino Báez, monitor y trabajador social, quien explica que los integrantes del condominio llegan a través de un proceso de postulación del Senama. Agrega que las viviendas son entregadas en comodato a personas autovalentes; es decir, que no tienen dificultad para desplazarse o mayores problemas de salud; y que están apartados de su familia.
"Antes el Serviu entregaba en esta misma modalidad casas a los adultos mayores autovalentes, pero luego llegaba toda la familia y los abuelitos quedaban durmiendo en su sofá, y cuando moría, los demás seguían en la misma casa ocasionando una serie de problemas", detalla.
"Este condominio, en cambio, pretende resolver este asunto, apoyar y mantener activas a las personas", cuenta.
En abril celebraron cuatro años de funcionamiento y hasta ahora este condominio es el único en su modalidad de la provincia de San Antonio.
"Hay dos más en la región de Valparaíso, pero está por inaugurarse uno nuevo en El Tabo y en Quillota. A fines de este año habrá cinco en total", agrega Báez.
Allí, además tienen la posibilidad de hacerse de amigos de la misma edad, de compartir y de participar en distintos talleres. Formaron un club del adulto mayor al que bautizaron como "Vida Positiva".
Gloria es una de las más activas. Hasta hace un tiempo confeccionaba mandalas con lana y ahora está dedicada a pintar en telas.
También hay un huerto comunitario e incluso un horno de barro a punto de estrenarse. "Esperamos que esté listo para las Fiestas Patrias", dice.
-Gloria, ¿cómo es la convivencia entre ustedes?
-En mi caso ha sido buena. Hay de todo, somos gente mayor, cada uno con su carácter formado. Se podría decir que ha habido roces, pero todo se arregla civilizadamente.
-¿Cómo es pensar que estará viviendo acá, lejos de su familia hasta el día de su muerte?
-Mi familia viene a verme gracias a Dios. Hay otras personas que no tienen esa suerte, pero creo que es una muy buena forma de tener una vejez digna, porque en caso contrario, solo con una pensión asistencial, no tendría dónde vivir y nadie merece terminar en la calle, nadie.