Los mejores recuerdos del hincha más antiguo de San Antonio Unido
Miguel Calderón ha estado apoyando al equipo lila desde que se fundó el 21 de julio de 1961, algo que llena de orgullo el presente del sanantonino que ayer cumplió 77 años.
Muchos kilómetros ha recorrido el hincha Miguel Calderón Farías gracias a su amor por el club San Antonio Unido. Desde que los lilas fueron fundados el 21 de julio de 1961, empezó a asistir a todos los partidos que podía y mejor aún, recorrió muchas ciudades de Chile. Viajes en tren, en auto, en bus, de la forma que fuera posible para llegar a destino para alentar al SAU. Hoy, cuando Don Miguel acaba de cumplir 77 años de edad (26 de julio 1940), asegura que el fútbol de ahora nunca será igual al de antaño.
"A Curicó nos íbamos en tren y cuando llegábamos a la estación los hinchas del club Luis Cruz Martínez, que ahora es Curicó Unido, nos esperaban con arreglos de flores con los que formaban un túnel donde nosotros pasábamos por debajo. Después en la ciudad, todos los restaurantes tenían en sus puertas a un garzón que te preguntaba si eras de San Antonio para invitarte a comer gratis. A ese nivel era la hermandad que teníamos, e incluso con el tiempo se formaron varias familias entre sanantoninos y curicanos. Cuando ellos venían a jugar acá los recibíamos con pescados y mariscos ahí en el Bellamar. También me acuerdo la vez que jugamos ante O'Higgins de Rancagua y llenamos dos vagones de trenes para ir a ver el partido. Esos son grandes recuerdos que tengo de esos viajes de antes", reconoce Miguel Calderón, sanantonino de nacimiento, quien vivió sus primeros años en el centro de la ciudad junto a sus padres Arturo Calderón Farías (quien murió cuando Miguel tenía apenas 10 años) y Teresa Farías Díaz.
Gracias a que es uno de los pocos fanáticos que sigue a los lilas desde 1961, a Miguel Calderón se le ha denominado "el hincha más antiguo de San Antonio Unido".
Una distinción que lo llena de orgullo a él y a su familia, la que siempre lo ha acompañado tanto de local como de visita.
"La primera que me empezó a acompañar fue mi señora Silvia Hernández, con quien nos casamos en 1971. Incluso ella trabajó cuatro años en el estadio Municipal de San Antonio. Con ella viajamos a todos lados y esa pasión se la heredamos a nuestra hija Elizabeth, quien también iba con nosotros a los partidos. Y ahora mi nieto Miguel Osorio, que tiene 9 años, ya nos pide banderas, la camiseta, gorros, así que sacó el mismo fanatismo que tenemos en la familia por San Antonio Unido", dice don Miguel.
Trabajo y fútbol
Producto de la temprana muerte de su padre Arturo, Miguel Calderón tuvo que trabajar desde los 14 años. Estudió hasta segundo humanidades en la escuela número 1 José Luis Norris que se ubicaba en una casona gigante en calle República y luego se comenzó a desempeñar en trabajos de la construcción.
"En los años en los que vivíamos en el centro no existían ni siquiera colectivos, era algo totalmente diferente a lo que es ahora. Me puse a trabajar a temprana edad para ayudar a mi madre que había quedado viuda joven. Estuve desempeñándome casi 50 años en la construcción, trabajando los primeros años en el sector de Rocas de Santo Domingo", hace memoria.
Como a Miguel Calderón le gustó desde chico el fútbol, apenas supo que se formaría un equipo llamado San Antonio Unido se hizo la idea de seguirlo en los partidos de local. "Jugaban desde que tengo memoria en el estadio municipal Olegario Henríquez, al que no le han hecho ningún cambio, sigue igual, aunque antes era más bonito porque en la entrada por Barros Luco había dos estatuas estilo griegas que se cayeron con el terremoto de 1985 y existía una galería grande al frente de la que aún se mantiene que se fue deteriorando con el tiempo", agrega el hincha sanantonino.
La primera barra a la que perteneció llevaba por nombres "Los Palmeras", porque el grupo se juntaba en la plaza de Armas de San Antonio, donde antes existían muchas palmeras. Luego siguió incondicionalmente al equipo, hasta que a principios de la década de los noventa se creó la barra "Tito Guevara", de la que también fue parte junto a su señora Silvia Hernández.
"Ella me acompañaba a todos los partidos y era fanática del SAU. Estuvimos 45 años casados y lamentablemente falleció hace poco tiempo producto de un cáncer. Para el día de su funeral vinieron muchos hinchas de San Antonio Unido y le cantaron canciones para recordarla", afirma emocionado, manteniendo vivo el recuerdo de su esposa.
Le tiene fe al sau
Miguel Calderón y familia han asistido a los dos partidos amistosos que ha jugado el SAU previo al debut en el Torneo de Transición. Viajaron junto a otros hinchas a la "Noche Canaria" que se disputó en Quillota, y luego dijeron presente en la "Noche Lila".
Por lo que pudo ver en aquellos dos encuentros, la escuadra que dirige Guillermo Pérez, afirma don Miguel "va a dar la pelea, porque se vieron bien en los amistosos".
Al hincha lila lo que más le gustó "fueron las actuaciones de Humberto Suazo, sobre todo en la forma con la que gana la posición con el cuerpo, eso no lo tienen los delanteros más jóvenes. En Quillota jugó un partidazo, fue la figura, y ante San Felipe en la presentación del equipo también hizo un golazo, así que estamos muy contentos con su llegada al equipo, porque es un jugador identificado con San Antonio".
Respecto al Clásico del Maipo entre el SAU y Deportes Melipilla que debería jugarse este fin de semana, dando inicio al Torneo de Transición 2017 de Segunda División, Miguel Calderón tiene claro que va a ser un partido difícil, con una rivalidad muy marcada. "La última vez que jugamos contra Melipilla de visita nos esperaron con cabezas de pescados y había un olor bastante fuerte. Pero los clásicos tienen esas cosas que los hacen tan entretenidos", reconoce.
-Usted va con su familia al estadio ¿Qué le parece el precio de 5 mil pesos en la entrada para el duelo ante Melipilla?
-Yo encuentro que realmente está mal. Si pagar 4 mil pesos ya costaba, ahora imagínese con 5 mil. Muchos amigos ya me han llamado para decirme que no saben si podrán ir al estadio por el alto precio, así que es un problema grande, porque acá la gente que va al estadio es de esfuerzo, que le cuesta pagar a veces esa suma.
-Ir con su familia no le va a salir muy barato entonces...
-Sacando cuenta, si vamos los cinco que concurrimos regularmente, son 25 mil pesos solamente en entradas. Después una bebida o algo para comer y son casi 30 mil pesos por un partido.