La artista magallánica que rescató el patrimonio comercial de San Antonio
Andrea Silva nació y creció en Punta Arenas pero hace cuatro años vive en la ciudad puerto, lugar donde se inspiró para realizar un libro de fotografías llamado "Atendido por sus propios dueños".
Andrea Silva Muñoz llegó a San Antonio el año 2013 para dictar talleres de fotografía en el Centro Cultural que se encuentra en calle Antofagasta, en Barrancas. Solamente tenía un par de referencias de la ciudad puerto pero no sintió temor al jugársela por su proyecto.
La convocatoria fue importante y tuvieron que dividir a los inscritos en dos grupos que tenían clases los jueves y sábado.
"Postulé para realizar este taller cuando el centro recién estaba armándose, y la idea les gustó. Tuve la oportunidad de realizar estas clases a alumnos de diferentes edades entre los 13 y los 60 años, que les gustaba la fotografía, así que fue una experiencia bastante positiva", reconoce Andrea, quien estuvo hasta el 2015 a cargo del taller.
Pese a que estudió Diseño en la Universidad de Viña del Mar, donde se tituló en 2008, siempre le llamaron la atención las cámaras y las imágenes.
Por eso, y pese a tener poca experiencia, no dudó en encabezar el taller en el Centro Cultural. "Incluso había alumnos que tenían mejor cámara que la mía, pero tenía muchas ganas de entregar ese conocimiento y eso fue lo más importante. El primer taller se extendió entre agosto y diciembre de 2013", recuerda.
Paralelamente, comenzó a ejercer sus conocimientos de diseño trabajando en el Centro Cultural en la confección de afiches, pendones, imágenes corporativas, a lo que se sumaba la producción de galerías de fotos para las redes sociales de los diferentes eventos realizados semana a semana en el centro.
Conociendo el puerto
Instalada ya en San Antonio, Andrea Silva comenzó a conocer paulatinamente los rincones de la ciudad que estaba cobijándola en su nueva experiencia. Fue así como se encantó con el comercio del centro, con los restaurantes tradicionales, con los comerciantes que mantienen viva la llama patrimonial que, aunque quieran apagarla las grandes multinacionales, difícilmente va a dejar de brillar con luz propia.
"Siempre me ha atraído visualmente el comercio. Me llaman la atención esos lugares que han estado ahí con el paso de los años, que se niegan a desaparecer y resisten pese a todos los cambios que sufren las ciudades en todo el país", reconoce Andrea.
Para ella, todo era prácticamente nuevo. Tenía un mundo por descubrir cuando se trasladó desde Viña del Mar hacia San Antonio. Con una visión diferente a la gente que transita todos los días por las calles sanantoninas, fue haciéndose un panorama del patrimonio intangible que existe en muchos locales que pudo conocer.
"Las verdaderas redes sociales son las que se forman entre los comerciantes, porque ellos están al tanto de todo, son pequeñas autoridades dentro de la comunidad con la que se rodean. Se convierten en referencia del barrio y la gente le termina preguntando por cosas que a veces no tienen nada que ver con su trabajo", detalla la joven de 32 años.
Proyecto de libro
Mientras Andrea Silva realizaba las clases para el taller en el Centro Cultural, decidió estudiar un postgrado de fotografía en la Universidad Católica en Santiago. El curso tenía una duración de 10 meses y durante ese tiempo viajó constantemente entre San Antonio y la capital.
Cuando tenía que presentar el proyecto final para poder titularse, pensó en un libro que recogiera todas estas historias que había conocido descubriendo el patrimonio del comercio antiguo de la ciudad puerto.
"Lo presenté y lo aprobaron en el postgrado, así que escogí nueve locales donde realicé una serie de fotografías que reflejaban la cotidianidad del lugar. La intención era aprovechar todos esos rincones que tiene San Antonio", explica la artista visual que quiso dar un paso más allá con su proyecto y pensó en la creación de un libro que bautizó como "Atendidos por sus propios dueños" (con un valor comercial de 8 mil pesos), el que será presentado el próximo jueves 10 de agosto, desde las 19 horas, en la Sala de Exposiciones del Centro Cultural y que contó con el aporte de la iniciativa Ficsa 2017, y también mucho de autogestión de parte de la autora.
"El nombre del libro es una alusión a ese comercio de barrio que no se ha acabado en muchas partes de San Antonio. En esta edición escogí nueve establecimientos que son tradicionales. Las calles del centro están representadas por 'El Checo', el 'Copacabana' y 'Casa Tomé'; de Barrancas están presentes 'Lanas Lux', 'Carnicería Miltil 1' y 'Peluquería Jeries"; en tanto que de Llolleo elegí la 'Panadería La Perla', 'Lavaseco Llolleo" y 'Librería Álvarez". Gracias a este trabajo pude saber más de las historias de estos lugares, por ejemplo, la 'Casa Tomé' está funcionando desde 1931, y las dueñas actuales se niegan a dejar su trabajo", afirma Andrea Silva.
La fotógrafa aprovecha la ocasión "para agradecer la buena disposición de los comerciantes sanantoninos que colaboraron en este libro que también se hizo porque no había ninguno que abarcara el tema patrimonial del comercio. La idea que tengo y que me encantaría concretarla es desarrollar este mismo trabajo en otras ciudades de Chile, ya que cada una tiene sus historias como las que ocurren acá. Ojalá se puedan venir más tomos".
Y debido a que Andrea Silva Muñoz nació en Punta Arenas, no olvida tampoco su ciudad, y asegura que "sería como devolver la mano a la tierra de la que me fui desde hace más de diez años. Ojalá se pueda realizar este mismo libro fotográfico con el comercio que existe en Punta Arenas".