El niño ciego que se convirtió en prodigio de la música y cumple sus sueños con Tommy Rey
Cristian Felipe Julio, de 15 años y avecindado en la comuna de Cartagena, nació sin ojos y sin nervio óptico. En septiembre tocó con la famosa sonora en el Parque O'Higgins. Dentro de los próximos días repetiría su presentación.
Cuando Cristian Julio vio el rostro de su hijo recién nacido supo de inmediato que algo no estaba bien. Tenía los párpados cerrados y hundidos. Empezó a preguntar, pero no le supieron decir qué era lo que había pasado. Al día siguiente, el médico a cargo del parto le explicó que el bebé había nacido sin ojos. Era julio de 2003.
Su caso se hizo conocido en aquella oportunidad -en mayo de 2015-, cuando sus padres acudieron a Diario El Líder de San Antonio para pedir ayuda para el pequeño. Dos años después el panorama de Cristian Felipe, hoy todo un adolescente de 15 años de edad, es totalmente diferente.
La noche el 17 de septiembre pasado se presentó por cerca de 20 minutos con Tommy Rey en una de las fondas del Parque O'Higgins, en la capital. Integrantes de la misma banda tropical lo están ayudando para desarrollar una carrera artística. Aseguran que pueden estar en presencia de un "prodigio musical"... pero, vamos por parte.
Orígenes
Los primeros momentos "fueron terribles para nosotros, no sabíamos qué hacer con mi señora. Nos preguntábamos por qué nos había pasado esto a nosotros", confidenció el progenitor, avecindado en la comuna de Cartagena.
"Llegamos acá, al Litoral, por sugerencia del doctor. El niño se pone muy nervioso con la bulla, le dan crisis y nos dijo que lo mejor era que nos cambiáramos a un lugar más calmado", contó.
Cristian Felipe es, según su padre, el único caso de Sudamérica de un niño sin ojos y sin nervio óptico.
"En aquel tiempo el caso apareció por todos lados. En los matinales, en los diarios, en los programa de servicio que había en ese momento, y el ministro de Salud (Osvaldo Artaza) de la época nos ayudó en todo", detalló Julio.
"El doctor (Artaza) fue a la casa y me ayudó a conseguir hora. Además, se encargó personalmente de hacer un estudio para ver qué tan común era el caso. Hasta entonces, mi hijo era el único caso en Sudamérica y en el mundo había solo cuatro. Yo desde entonces también he estado atento, por eso sé que mi hijo sigue siendo el único del continente, porque a él no solo le faltan los ojos, sino que también el nervio óptico. He seguido investigando el tema y creo que sigue siendo la única persona a la que le faltan ambas cosas en Sudamérica", agregó.
-¿Y le dieron alguna explicación de por qué nació así?
-Nos dijeron que era algo genético. Mi señora y yo compartíamos un gen idéntico y eso fue lo que produjo esto.
-¿Antes del parto se había logrado anticipar que tendría un problema así?
-Nos dijeron que podía ser más pequeño de lo normal, pero cuando nació estaba todo bien, solo que tenía los ojos cerrados y empecé a preguntar cuándo los abriría. Nadie sabía muy bien cómo explicarlo.
La sobreexposición les pasó la cuenta y optaron por no hablar más con la prensa. Sin embargo, a mediados del 2016 no les quedó más opción que volver a recurrir a los medios para pedir colaboración con una tarea que parecía titánica: reunir el dinero para las prótesis oculares.
El resultado fue mejor del esperado. Según contó el papá del niño afectado, la Oficina de la Discapacidad de la Municipalidad de San Antonio se comprometió a gestionar las prótesis para Cristian Felipe. Estas son, en palabras sencillas, réplicas idénticas al ojo humano, pero solo estéticas. No se puede ver con ellas.
Quienes tienen hijos aseguran que uno de los dolores más grandes de la paternidad es no poder entregar a los niños aquello que tanto quieren. Cristian Julio convive todos los días con esa pena, con la angustia de no poder hacer nada para que su hijo Cristian Felipe pueda experimentar la sensación de observar el mundo como cualquier joven de su edad, aunque sea solo por una fracción de segundo.
Música
Al principio fue frustrante, pero una vez que se dio cuenta que no había más alternativa que luchar, el progenitor se decidió a hacer todo lo que fuera necesario para que el muchacho tuviera una existencia lo más normal posible, sobre todo en el momento que notó que Cristian Felipe era un amante de la música tropical.
"Como nosotros estábamos centrados en tenerle las prótesis y en cuidarlo, no nos habíamos dedicado a explotar el talento que tenía ni a incentivarlo más", revela el padre, quien asevera que desde los tres años su hijo es capaz de tocar "casi cualquier instrumento que se le ponga por delante".
"No hemos tenido la oportunidad de probar con una gran variedad, pero con la guitarra y otras cosas de percusión se maneja muy bien. Como no puede ver partituras u otras cosas, lo único que hace es repetir lo que escucha. Tiene un gran oído. Como dicen que la gente agudiza sus sentidos cuando pierde uno de ellos, este puede ser uno de esos casos", reflexiona con orgullo.
Sueño
Este padre "chocho" dice que su hijo toca "como un profesional", por eso se animó y escribió por Facebook a la Sonora de Tommy Rey contando la historia de Cristian Felipe, y diciendo que estar con él sería uno de sus grandes sueños.
El 17 de septiembre, el hombre se quedó a un costado del escenario de una de las fondas del Parque O'Higgins, en Santiago. Había más de 20 mil personas mirando el espectáculo. Tommy Rey lo presentó como "un joven no vidente" y entró al proscenio junto a su mamá, Rosa Guerrero,
Se puso tras los bongoes y partió con el "Galeón Español" ante la mirada de sorpresa de los espectadores, quienes lo despidieron con ovaciones y gritos al término de su show. "Fue un tremendo sueño, es indescriptible", contó su papá.
"Él solo escuchó el estruendo de los aplausos. Para nosotros, como padres, ese fue un tremendo avance, porque antes se asustaba con la bulla. Hasta ahora sigue comentándolo y preguntándose cómo fue. Yo le digo que fue un milagro nomás", sigue Cristian Julio.
Leo Soto, uno de los fundadores de la Sonora de Tommy Rey, contó que "nunca antes habían presenciado una situación semejante", aunque previamente compartieron el escenario con dos jóvenes discapacitados.
"Busqué una ocasión importante, que tuviera bastante gente para cumplir realmente el anhelo de este joven. Llévelo le dije al caballero (Cristian Julio) y el resultado fue tremendo", confidencia el músico.
"En realidad uno se cuestiona, porque ellos tienen capacidades diferentes, pero no poseen limitaciones, porque si ellos quieren perseguir un sueño, acá se ve que pueden cumplirlo", agrega el timbalero y director comercial de la sonora.
El mismo agrega que lo puso en contacto con un académico de música para evaluar las capacidades del Cristian Felipe y definir su futuro musical. Tal vez, estamos siendo testigos de un nuevo Ray Charles, quien a pesar de la ceguera se convirtió en un tesoro norteamericano gracias a sus interpretaciones de gospel, blues, y el country en los años 1950 y 1960 en Estados Unidos.