Gracias a Facebook dos hermanos se reencontraron tras 42 largos años
A mediados de la década del '70 Flor Cárcamo partió a trabajar como asesora del hogar a Mendoza, Argentina, y nunca más volvió a San Antonio... hasta ahora.
Sergio Cárcamo Barrientos (63), publicista autodidacta que se dedica a la fabricación de letreros para los colectivos que circulan por las calles de San Antonio, abraza y besa a su hermana Flor (63) como en un intento desesperado por recuperar el tiempo perdido.
"Estoy feliz porque luche tantos años por saber de mi hermana. Dejé los pies en la calle buscándola. Fui a Carabineros, pero en ese tiempo, por la dictadura, nadie te ayudaba. También pensé en ir a Sábado Gigante en su tiempo, pero no pude. Yo pensé que se iba a ir por un par de meses o un año. Sufrí mucho al ver que no volvía", confiesa Sergio antes de quebrarse y llorar de pura alegría.
A mendoza
La historia de estos dos hermanos se remonta a Talcahuano, donde ambos nacieron. Cuando Sergio tenía 13 años y su hermana Flor, 16, sus padres se separaron y su progenitora se vino con ellos y otros de sus nueve hijos a Cartagena. Estuvieron dos años en el tradicional balneario y luego se establecieron definitivamente en calle San Antonio de Las Bodegas, en el cerro Bellavista.
Ambos reconocen que su madre no tenía un buen pasar económico y las carencias hicieron que Flor se decidiera a buscar una nueva vida. Le ofrecieron trabajo como asesora del hogar en Mendoza, Argentina. No lo pensó mucho y emprendió un viaje con la pena de dejar en San Antonio a sus dos pequeños hijos.
Flor nunca pensó que ese cruce por la Cordillera de Los Andes sería sin retorno. En Mendoza conoció a su marido, el argentino José Antonio Miranda, con quien tuvo ocho hijos.
Por facebook
Fue precisamente su hija menor, Erika Miranda, de actuales 25 años, quien quiso conocer a la familia de su madre. Apoyada por la tecnología y Facebook, comenzó a buscar y a contactar a sus parientes en San Antonio. "Siempre quise conocer a la familia de mi mamá. Quería ver qué se sentía", cuenta la hija de Flor.
Regreso a San Antonio
Tras contactar a su hermano Sergio, el viernes pasado Flor, junto a sus hijas Erika y Claudia, además de su yerno Carlos Pavez, emprendió rumbo a Chile en un bus que tenía como destino final la ciudad de Santiago.
Sergio la fue esperar al terminal capitalino y ambos se fundieron en un indescriptible abrazo después de 42 años.
"El reencuentro fue lindo, hermoso", comenta Flor con un marcado acento mendocino.
-¿En estos días ha podido ver a sus dos hijos que dejó en San Antonio?
-Sí, ellos tienen 43 y 47 años ahora.
-¿Y cómo la recibieron ellos?
-Muy bien. Fue muy lindo, hermoso.
Su hija Erika, la autora intelectual de este emocionante reencuentro familiar, ni siquiera puede describir lo que sintió al conocer a la familia de su madre. "No sé cómo decirlo. No tengo más palabras que emoción".
Un nuevo san antonio
Tras 42 años de ausencia, Flor Cárcamo Barrientos se encontró con otro San Antonio en este regreso. "La ciudad está muy cambiada, ciento por ciento mejor que antes", asegura.
-¿Qué fue lo que más le llamó la atención?
-La calle donde nosotros vivíamos (San Antonio de Las Bodegas, donde sigue residiendo su hermano Sergio) está muy cambiada. Antes era de tierra y el cerro era puro campo. Ahora está todo lleno de casas. Está mucho más bonito.
Durante su larga estadía en Mendoza, Flor se perdió muchas cosas que marcan a cualquier familia. No supo de la muerte de sus padres ni de tres de sus ocho hermanos.
"Lamentablemente antes no había celular ni la tecnología de ahora como para comunicarse. Y yo no supe nada de mi familia durante todos estos años", confidencia la mujer.
Pero Flor está dispuesta a recuperar el tiempo perdido. En estos pocos días que lleva en San Antonio también se reencontró con Clara Inés, otra de sus hermanas, pero aún le falta ver al resto de sus hermanos que viven en otras regiones del país.
"Tengo que volver a Argentina antes del domingo 22 de octubre, porque ese día son las elecciones primarias allá, pero no será la última vez que vuelva a cruzar la cordillera, siempre y cuando Dios me dé vida y salud", concluye.
"Lo que más quería era encontrarme con mi hermana. Todos mis hermanos son únicos",
Sergio Cárcamo"