El "Rey del Cochayuyo" quiere recuperar su antigua bodega
El popular Luis Álvarez espera que le devuelvan el lugar donde antiguamente guardaba su producto estrella.
Luis Hernán Álvarez Nuñez es prácticamente parte del inventario del Paseo Bellamar. Lleva más de 32 años trabajando en el borde costero, ofreciendo un producto que lo ha hecho totalmente identificable: el cochayuyo.
A sus 67 años, este sanantonino que actualmente vive en el sector de Bellavista ha desarrollado su vida en torno a la venta de esta alga que lo ha hecho merecedor de un apodo inconfundible "El Rey del Cochayuyo".
"Cuando empecé compraba a 500 pesos el paquete de cochayuyo, y ahora me dan dos por cinco mil pesos, porque está más escaso y no hay tanto como antes. Pero yo estoy acostumbrado a este trabajo, además que toda la gente me conoce. He sido nombrado personaje típico, hijo ilustre, y siempre me he sentido identificado con San Antonio", reconoce don Luis, quien en estos momentos tiene en mente una idea que le viene dando vueltas desde hace varias semanas.
Resulta que antes de que fuera construido el mall sanantonino, justo detrás del Bellamar, Luis Álvarez guardaba los cochayuyos que comercializaba en una caseta que ocupaba como bodega y que se encuentra frente a lo que era la antigua estación de trenes de San Antonio.
Allí, cuando este medio de transporte estaba vigente, se encontraban las palancas y manillas para cambiar los rieles y realizar otras maniobras. Pero cuando dejó de funcionar el tren, el "Rey del Cochayuyo" uso esa infraestructura como su lugar de almacenamiento.
"El lugar era espacioso y no había problemas para dejar los cochayuyos. Hasta yo arreglaba el sector y para Fiestas Patrias ponía banderas y adornos. En esos momentos por utilizar aquella torre yo pagaba en el banco una contribución a Ferrocarriles del Estado, entonces estaba todo en regla. Pero desde que llegó el mall y se construyó acá, tuve que dejar ese lugar durante el año 2010", reclama el histórico comerciante.
Lo que Luis Álvarez quiere ahora, es volver a recuperar dicho espacio, ya que necesita guardar los cochayuyos en un lugar más grande. Actualmente, gracias a la voluntad de los dueños del restaurante "La Caleta", puede dejarlos en un cuarto que le facilitan. "Pero en verano la gente aumenta, hay más movimientos, entonces tampoco quiero estar abusando de la generosidad de la gente de 'La Caleta'", explica.
Por eso, dice que no tiene problemas en pagar una mensualidad si así fuera necesario. "Lo que quiero es que me lo pasen de nuevo como bodega, aunque tenga que pagar, porque acá me queda cerca del Bellamar y tengo harto espacio para los cochayuyos", dice Luis Álvarez.
32 años lleva trabajando el conocido comerciante sanantonino en el Paseo Bellamar.