El emocionante reencuentro de unos ex alumnos con su primera profesora
Los ex estudiantes del 1° D de la Escuela España buscaron a la tía Nancy Carreño durante años, hasta que por fin la encontraron y le dieron la sorpresa de su vida. Pero ella no fue la única sorprendida.
La sorpresa y la alegría marcaron la última reunión de ex compañeros del 1°D de la Escuela D-481 España de Llolleo. A medida que iban llegando, saludaban a sus compañeros, hasta que se encontraban con ella. Primero, la miraban dubitativos, luego el asombro y, finalmente, se les iluminaba el rostro. "¿La tía Nancy?", preguntaban algunos a sus ex compañeros. No podían creer que después de 36 largos años estaban nuevamente frente a la profesora jefe que los guió de 1° a 4° básico.
La sorpresa comenzó a gestarse meses atrás por iniciativa de dos ex estudiantes de aquel primero básico de 1978: Maritza Maldonado y Emma Alvarez.
"Hace cuatro años con una compañera nos dimos el trabajo de buscar a todos nuestros ex compañeros para hacer una reunión. Buscamos incluso en las casas donde vivían en su niñez. Luego de encontrarlos a todos, comenzamos a juntarnos. Siempre nos acordábamos de la tía Nancy, nuestros mejores recuerdos eran junto a ella", cuenta Maritza.
"Nos acordábamos de su nombre completo. Se llama Nancy María Carreño Vargas. La recordábamos con mucho cariño, porque reforzó de manera positiva nuestras capacidades y cualidades", agrega Emma.
Emma y Maritza recuerdan que en la tercera reunión, cuando hablaban nuevamente de la profesora, ellas se miraron y sin decirse nada decidieron buscarla. "Hicimos de todo. En primera instancia nos habíamos contactado con Carabineros, incluso, pero eso complicó la situación y nosotros queríamos una respuesta rápida. Al final le pedimos a nuestros propios contactos que nos ayudaran a localizarla", señala Emma.
Después de un tiempo, obtuvieron el teléfono y la dirección de la querida profesora, quien vivía en la comuna de San Vicente de Tagua Tagua. "Pensamos ir hasta allá, pero luego preferimos llamarla por teléfono. Nos contestó su esposo y le explicamos que lo único que queríamos era volver a verla y nos dijo que ella estaba a su lado. Ahí conversamos con ella. Se emocionó mucho", rememora Emma sobre ese primer contacto, ocurrido en julio pasado.
¡sorpresa!
Las dos conservaron el secreto hasta el sábado pasado, cuando hicieron un nuevo encuentro con sus compañeros en la sede social de la Villa Estoril, en Barrancas. Todos quedaron boquiabiertos.
Gloria fue una de las más sorprendidas. "Jamás pensé que me iba a encontrar con la profesora. Yo la había buscado en Facebook, pero no la encontraba y había perdido la esperanza de verla nuevamente", confiesa.
Cuando la vio, Gloria pensó que era la mamá de alguna compañera, hasta que se acordó y le dijo 'yo me acuerdo de usted y de su hija, que tenía rulitos y el pelo negro'.
"Eran otros tiempos, porque los profesores eran más estrictos y daban castigos más severos, pero ella era como la mamá, yo diría que mejor que la mamá, porque era más cariñosa, al menos en el caso mío. En ese tiempo con tanto que hacer en la casa no se le dedicaba tanto tiempo a los niños, pero en la profesora encontrábamos mucho cariño. Nosotros quedamos con mucha tristeza cuando ella se fue", comenta Gloria escarbando en el baúl de los recuerdos.
La tía Nancy vivió en San Antonio entre 1976 y 1983. Se fue porque a su esposo lo trasladaron a Quellón, en la isla Grande de Chiloé.
Albina "Lali" Núñez quedó marcada con su abrupta partida de la escuela. "Cuando se fue yo llegué a odiar al pueblo de Quellón. De hecho, escuchaba el 'Gorro de lana' y lloraba. Nosotros éramos unos niños carentes de afecto y ella te acogía como una gallina a sus polluelos. Cuando nos dijo que se iba a ir, llorábamos a mares".
"Lali" tampoco sabía que se iba a encontrar con su entrañable profe. "Me tomó por sorpresa verla otra vez. De hecho lloré y sin querer retrocedí a mi niñez, cuando ella me contenía. Cuando lloraba, me asustaba o necesitaba algo, ella siempre estaba ahí", afirma.
-¿Por qué fue tan especial para ustedes?
- Ella era tierna, amorosa y dedicada. Cuando nos sacaban la foto típica de primero básico nos ordenaba, nos hacía moños y si íbamos desordenados le pedía prestada la chaqueta a otro niño. Ella era con todos igual, no hacía diferencias. Esos detalles jamás se olvidan.
"A mí me mandaba a buscar el agua caliente y le llevaba la cartera todos los días. Además yo le llevaba frutillas de regalo", señala Marcela Piña, mientras algunos le gritan "patera". Pero a ella no le importa "porque yo era vecina de la profe, que vivía en Santo Domingo, y me iba en auto con ella. Era la única que me subía al auto de la profesora", dice con orgullo.
"La Marcela sigue igual, tan revoltosa como siempre", dice con dulzura Nancy Carreño, la profesora de actuales 72 años.
La tía Nancy con dudas
En el emocionante reencuentro, los ex estudiantes no paraban de darle abrazos y de sacarse fotos con la tía Nancy. Ella, feliz, volvía a acogerlos en sus brazos y posaba para las cámaras las veces que se lo pidieran.
Nancy llevaba pocos años de casada cuando arribó a San Antonio con su esposo, quien trabajaba en el Aeródromo de Santo Domingo. "Fue el primer curso que tuve completo de primero a cuarto básico, entonces para mí fue muy especial", señala con una dulce sonrisa.
-¿Cómo reaccionó cuando la contactaron?
-Al principio dudé, hoy hay tantas estafas y yo no entendía cómo podían tener tantos datos de mí. Me decían que querían hacer un reencuentro conmigo y yo no estaba segura, pero cuando me mandaron la foto me tranquilicé. Para mí fue una emoción muy grande, me puse a llorar, porque pasaron por mi cabeza todos los años que los tuve. Cuando vi la foto recordé todos los nombres.
Lamentablemente, no todo fue alegría. "También sentí mucha pena porque hay cuatro niños que ya no están. Yo sigo diciéndoles mis niños, porque para mí ellos son mis niñitos para siempre", afirma.
Sobre el curso asegura que "tengo lindos recuerdos de ellos, eran chiquillos respetuosos, cariñosos, que andaban apegados a mí, como que dependían de mí, querían que hasta los llevara al baño. Cuando uno es profesora no solo enseña, sino que tiene que solucionar todos los problemas".
La profesora, quien está jubilada después de 42 años de servicio, no imaginó que iba a vivir un momento así. "Ni en los sueños me lo imaginé. No se me pasó jamás por la mente que me iban a buscar después de tantos años y con todo lo que les costó ubicarme. Que me digan que era como una segunda mamá me emociona más. Y que hayan llegado tantos chicos... este es un número muy grande", señala, indicando el grupo de 17 ex alumnos que reían y conversaban, como en los viejos tiempos, en el salón.