Anciano postrado y sin familia pide una atención asistencial urgente
Horacio Vilches tiene 66 años, está prácticamente ciego y hace seis meses permanece en silla de ruedas porque se quebró la cadera y una rodilla. No cuenta con mayores ingresos y depende de una vecina que le da de comer.
Durante 20 años vivió en una precaria mediagua ubicada en un sitio del balneario de Playas Blancas heredada por su madre. Está prácticamente ciego, puesto que sólo tiene un 30% de visión en uno de sus ojos.
Hace cerca de siete meses, gracias al municipio de El Tabo, fue beneficiado con un proyecto que le otorgó una pequeña pero cómoda y segura casa prefabricada. Sin embargo, Horacio Enrique Vilches Díaz, de 66 años, sufrió un accidente doméstico que lo mantiene en una silla de ruedas, sin poder hacer su vida con normalidad. Tiene un implante en la cadera y una pierna fracturada.
Por si fuera poco, a pesar de que dice tener doce hermanos, no hay nadie que quiera cuidarlo. Sólo depende de la caridad de su vecina Rosario Piña, quien lo visita cada vez que puede y le lleva o envía comida.
"Un sobrino viene para el puro verano", comenta Horacio al ser consultado acerca de su familia.
Su vecina lo interrumpe y comenta que "más encima le dejan las tremendas cuentas de luz y agua, sin ayudarlo en nada. Ahora lo hemos tratado de ubicar (al sobrino) y no contesta. No da señales de vida".
Rosario cuenta que conoció a Horacio hace cerca de 5 años, a través de un vendedor de gas licuado. "Él me dijo que había una persona que necesitaba ayuda y cuando vine a verlo me di cuenta de las condiciones en las que vivía. Esa mediagua se llovía por todas partes y a él no le dio una pulmonía gracias a que dormía en una cama con patas, porque el agua escurría como un río por el piso", recuerda Rosario.
Desde ese entonces esta vecina no ha dejado de preocuparse por Horacio y buscar ayuda para que no esté tan abandonado.
"Un día llegué y lo encontré tirado en el suelo. Se había arrancado las sondas y había pasado la noche ahí. Después de eso le dio una infección urinaria que lo dejó muy mal y necesitaba curaciones, por eso estamos tratando que no esté solo", afirma la benefactora.
Según lo que ella argumenta, hace un par de años Horacio se encontraba mejor de salud y "ahora que tenía que disfrutar de su casa le pasó esto".
Las malas jugadas de la vida no le han dado tregua a este hombre, ya que subsiste con una pensión asistencial que no le alcanza para mucho.
Hace ocho años pidió un préstamo de 350 mil pesos en una caja de compensación y hace muy poco dejó de pagar la última cuota. "Fui a reclamar a todas partes, pero no pude hacer nada por él. Era terrible, porque él recibía 70 mil pesos mensuales y en pagar el préstamo, la luz y el agua, se quedaba sólo con 30 mil para comer. Nadie puede vivir con esa plata. Ahora solo en pañales gasta 60 mil pesos", reclama muy molesta Rosario.
"Lo más grave es que esté solo, porque él no vive en la pobreza de comida ni nada, eso se soluciona y nunca le falta, pero lo que le pedimos a las autoridades es que busquen a alguien que lo cuide. Él no puede estar solo", agrega.
Municipalidad
Al ser consultados por este caso, desde el Departamento Social de la Municipalidad de El Tabo indicaron mediante un comunicado que además de la casa prefabricada que se le entregó y algunos insumos en pañales y mercadería, el municipio está permanentemente pendiente de este vecino.
"Desde el Servicio de Salud asisten frecuentemente a realizarle curaciones" y, por otra parte, agregan que "el Departamento Social ha realizado las gestiones para ubicar a sus hermanos, sin embargo, no ha obtenido respuesta satisfactoria ya que no quieren tomar la responsabilidad del cuidado de su familiar. Además, se está en la búsqueda de un hogar para que lo cuiden. No obstante, hasta el momento no existen centros residenciales que cumplan los requisitos para atender a una persona en situación de postrado".