Carina Cabrera Aballay
Los niños y jóvenes de la Escuela Especial Nadiel de Las Cruces tuvieron una inolvidable jornada en el Centro Ecuestre Equinovida de San Juan, donde pudieron disfrutar de la naturaleza y vivir la experiencia de montar a caballo.
Jóvenes con síndrome de down, del espectro autista y con retos múltiples, como problemas de movilidad, conocieron la equinoterapia, un tratamiento donde se ocupa al caballo para contribuir al desarrollo físico, mental y emocional de personas que tienen alguna necesidad especial.
Patricio Mella es el dueño del centro ecuestre, quien junto a su esposa Viviana Martínez, fue el anfitrión de la jornada.
"Hicimos un recorrido por el centro con los niños y sus apoderados. Ellos conocieron donde viven y duermen los caballos, pudieron alimentarlos, acariciarlos y también montar a Pihual, un caballo bajo y manso que está destinado exclusivamente para hacer la terapia", relató.
Los asistentes conectaron inmediatamente con los caballos y con Pihual. "Los niños se llevaron muy bien con él, se entregaron de inmediato, hubo una bella conexión", dijo Mella.
Beneficios
El dueño del centro explicó que el tratamiento con caballos "permite que los niños se desarrollen en la parte motora; en periodos no muy largos de tiempo mejoran hasta en un 80%. También tiene un efecto positivo en la parte emocional, porque se vuelven más independientes y seguros de si mismos".
El profesor Antonio Araya, quien asistió junto a los 13 estudiantes, manifestó que "para nuestros alumnos fue una experiencia bastante enriquecedora acercarse a la equinoterapia, porque es una estrategia que complementa todo lo que nosotros buscamos, que es que los niños puedan desarrollar sus habilidades emocionales, cognitivas, físicas y comunicacionales".
Araya destacó la posibilidad, porque "da nuevas esperanzas a los apoderados, quienes se dieron cuenta que en la provincia hay gente que está haciendo cosas por las personas que tienen habilidades distintas".
Waldo Pareja y su hijo, también llamado Waldo, participaron de la jornada. Waldo sufre de paresia derecha, es decir, sus miembros derechos son más lentos que los del lado izquierdo, y en la actividad pudo volver a montar a caballo.
"Mi hijo ya había hecho equinoterapia, en una escuela de Tiltil donde vivíamos antes. Todos quedamos fascinados por la atención que nos dieron y los niños quedaron fascinados y con ganas de volver a repetirse el plato", manifestó el apoderado.
Pareja agregó que "ojalá se masificara, ya que hay muchos papás y mamás que ignoran este tratamiento, que permite fortalecer a los niños, tiene muchos beneficios".
Inicio de un sueño
Hace tres años Patricio comenzó a idear su plan para realizar esta terapia en su centro y ahora comienza a cumplirlo.
"Me interesó dedicarme a esta área porque en San Antonio existe la necesidad de hacerlo, no hay ningún centro en este sector y el más cercano está en Algarrobo. Necesitamos hacer algo por los niños, adolescentes y adultos con capacidades diferentes y a nivel mundial está comprobado que esta terapia es muy efectiva", señaló.
Mella, además, sueña con convertir su centro en una fundación. "Yo cumplí mi sueño de tener un corral de caballos y me tiene muy feliz poder ayudar a la inclusión de muchos. He estado realizando los trámites para convertir esto en una fundación, porque mi meta es que las personas con capacidades diferentes puedan acceder a esta beneficiosa terapia", manifestó.
Es por esto, que ha comenzado a invitar a escuelas especiales para que conozcan el trabajo que hacen en Equinovida, donde trabaja con una terapeuta experta en el tema.
"Invitamos a todas las escuelas especiales de la provincia a conocernos, porque nosotros podemos trabajar con niños con autismo, asperger, con hiperactividad", indicó.
Quienes quieran conocer más sobre la equinoterapia y el centro pueden visitar la página de Facebook "Equinovida Centro Ecuestre", escribir a equinovida@otulook.com o llamar al 968449395.