La historia de Vista Hermosa, la "pobla" que vio nacer al puerto de San Antonio
La junta de vecinos del sector cumplió cincuenta años esta semana, pero tienen al menos 7 décadas de existencia en ese lugar, desde donde han sido testigos del enorme crecimiento de la ciudad.
Sesenta y ocho viviendas, más de 250 vecinos y mucho amor por su barrio. Esos son los componentes principales de la población Vista Hermosa de San Antonio, que hace unos días festejó los 50 años desde la constitución de su primera junta de vecinos y las 7 décadas de su existencia.
A menudo son confundidos con Bellavista. Avenida San Antonio de las Bodegas rodea casi la totalidad del sector, que tiene una visión privilegiada de la ciudad.
Cuando fue fundada, sin embargo, no había casi nada más que campo. Lo más alto de la comuna era el campanario de la Parroquia en avenida Centenario.
"Las primeras personas que llegaron acá eran feriantes, que iban con sus carretones tirados por animales a vender; otros, los menos, eran del puerto", cuenta Marianela Bernal, actual presidenta de la junta de vecinos.
Era un barrio tranquilo, y según la dirigente, lo siguen siendo.
Lo más importante para ellos, no obstante, es la "comunidad y hermandad que persiste hasta hoy".
Origen
Vamos por parte, primero un poco de historia:
Ubicado al norte del área comercial de San Antonio, en la ruta de acceso a Bellavista, limita al sur con el barrio Lauro Barros, al poniente con Cerro Alegre y Bellavista. Del otro lado está la quebrada y vertiente de Pasaje Guzmán.
Antes del aumento de población que se registró a partir de la década de los cincuenta y sesenta, fundamentalmente gracias a los puestos de trabajo que se fueron generando en el puerto y otras fábricas que se instalaron en la comuna, el cerro era utilizado por los sanantoninos como lugar para encumbrar volantines.
Se le conocía como "Cerro Lorompo" y "Cerro La Cancha".
Este último apelativo se lo ganó porque en las planicies se reunían los deportistas de la época a jugar a la pelota.
Los Galleguillos, Reyes y Huencho fueron las primeras familias en radicarse allí.
"Este es un lugar de auto construcción. Cada uno fue poniendo su casita", dice Marianela.
El 28 de noviembre de 1967 se armó la Junta de Vecinos Vista Hermosa (actual Unidad Vecinal N°5) con personalidad jurídica. Antes los pobladores se habían establecido como "junta de hecho".
En mayo de 1969, el barrio, que se denominaba como "Vista Hermosa de Camino Viejo a Santiago", encomendó a la Oficina de Planos Municipal la confección del documento para el loteo del terreno.
El trabajo consistía en dividir el lugar en 17 sitios para habitaciones y uno para la sede social.
La mencionada oficina de planos cobró por esa labor 1.870 escudos de la época.
Los arquitectos Salustio Soto, Enrique de la Cuadra y Gastón Pereira se encargaron de la misión.
Las tierras se adquirieron formalmente a nombre de 17 socios del Comité de Pobladores el 20 de julio de 1969.
El dueño original era Andrés Barrera Álvarez, de Santiago.
La propiedad estaba registrada en la Notaría de Ramón Bustos García de San Antonio. Una copia del documento original fue enviada a la Notaría Astaburuaga de Santiago y se selló el acuerdo comercial.
El precio total del terreno fue de 19.300 escudos. Una parte debía entregarse en efectivo, y otras dos cuotas debían pagarse en los años venideros.
"No sabemos cómo, pero justo quedó un espacio sin ser regularizado. Todo se dividió, se hicieron los deslindes, menos en el lugar donde se haría la sede social", sigue relatando Marianela, quien atendió a Diario El Líder mientras participaba en la Fiesta del Barrio de Bellavista.
Avances
"Hace un tiempo que estamos haciendo los trámites con Bienes Nacionales y así tener una sede como corresponde. Imagínese toda la historia que tenemos y no disponemos de un lugar para reunirnos. Es para reírse", continúa.
Recién en la década de los 80, el Ministerio de Bienes Nacionales le entregó un número a cada vivienda.
Se estableció que la población Vista Hermosa tendría siete manzanas y que su calle principal se llamaría de igual forma que el ex alcalde de San Antonio, Ignacio Cerda Fariña, quien ocupó el sillón edilicio en la primera mitad del siglo veinte.
El resto se bautizó como pasaje Sargento Aldea y Guzmán; otros cuatro quedaron con nombre de flores: Los Jazmines Los Lirios, Los Pensamientos y Las Violetas.
Esta última se conecta a San Antonio de las Bodegas por medio de una escalera construida en 1984, mismo año en que llegó la red de alcantarillado al lugar.
Ese avance fue clave para los habitantes ya que varias napas subterráneas corrían el riesgo de contaminarse debido a los pozos sépticos.
Hasta la actualidad se puede extraer agua de algunos puntos, tal y como sucede al otro extremo de los cerros, en Cantera.
En 1987 se edificaron casetas sanitarias de ladrillos princesa y veredas de calles. La pavimentación, en tanto, tuvo que esperar hasta el 2006, cuando Ignacio Cerda, y los pasajes Los Jazmines y Sargento Aldea vieron el fin de la tierra y el barro.
Orgullo
"Estamos súper contentos con todo lo que hemos logrado. Además, con el tiempo enseñamos a nuestros hijos a querer este lugar de la misma forma que lo hacemos nosotros. A mantenerlo limpio, a cuidarlo. Hace un tiempo creamos un jardín, donde solo había basura y nos fue tan bien que más adelante la municipalidad lo considerará como un área verde más de la comuna y se hará cargo de sus cuidados. Eso es progreso", resalta Marianela con orgullo.
"El tema de la basura ha sido súper importante para nosotros, como tendría que ser para cualquier población. Hoy tenemos un punto verde de reciclaje y también viene un camión para llevarse los desechos orgánicos", prosigue.
-Muchos vecinos están orgullosos de donde viven, ¿que los hace a ustedes estar tan contentos del lugar donde están?
-Tenemos un lugar tranquilo. Y como el nombre lo dice, tiene una vista hermosa de todas partes. Yo desde mi casa logro ver hasta Santo Domingo. En algunas partes tapa el mall, pero aun así tenemos un panorama espectacular.
-Además este es un barrio histórico. No es el más antiguo, pero sí uno de ellos.
-Claro. No podemos decir que somos los más viejos, porque sería una mentira, pero sí somos, por donde estamos, los que hemos visto cómo crece San Antonio. De acá observamos la ciudad y somos testigos de su desarrollo. Donde antes solo veíamos campo, hoy hay puras casas.
-Toda la razón...
-Tenemos a dos personas que este año cumplieron noventa años. Cuando llegaron solo veían mar. Hoy ven el tremendo puerto en que se convirtió San Antonio.