Mónica Jorquera Escobar
Para el Tribunal Oral en lo Penal (TOP) de San Antonio no existen dudas sobre que un hombre de 55 años fue el autor de una feroz violación que afectó a un niño de 13 años, a quien incluso intimidó con un arma blanca para cometer el delito.
Debido a que durante el juicio se demostró que el acusado cometió el ilícito contra un menor de edad que era su vecino de toda la vida, los jueces dictaron una pena de cárcel de 7 años, la cual será de prisión efectiva, sin ningún beneficio.
Además, el condenado, cuyo nombre y rostro se mantendrán bajo reserva para proteger a la propia víctima, no podrá jamás desempeñar algún trabajo que esté relacionado con niños.
El fiscal Álvaro Mansilla, a cargo de la investigación y quien llevó adelante el juicio, explicó que el delito cometido tuvo elementos que lo hicieron aún más grave.
"Esta violación ocurrió estando la víctima sola dentro de su domicilio, que es la órbita de seguridad de cualquier persona, donde el imputado entró por la fuerza, lo cual es un agravante", dijo el abogado de la fiscalía.
La violación se registró el 20 de abril pasado en una localidad de la comuna de San Antonio, ubicación que se omitirá por protección del afectado, donde víctima y antisocial eran vecinos de toda la vida, lo cual se acreditó durante el juicio, pues testigos manifestaron que incluso el condenado compartía con el padre del menor.
La defensa del acusado intentó presentar una teoría distinta a la expuesta por el Ministerio Público, donde un llamado "testigo clave" declaró en el juicio que el día de los hechos estuvo junto al imputado y que éste jamás entró a la vivienda del niño.
Sin embargo, cuando en el estrado el fiscal Mansilla cuestionó su versión, el testigo desistió de seguir declarando y abandonó la sala. Su versión fue totalmente desestimada por el TOP.
"El daño sicológico que le provocó a la víctima es grave. La madre relató los cambios dramáticos que ha sufrido el menor y la sicóloga que realizó la pericia señaló que presenta un daño severo", detalló el abogado persecutor.
El imputado guardó silencio durante todo el juicio y así mismo escuchó la sentencia en su contra.