Cristo estableció solo una Iglesia, pero desde el comienzo ha habido distintos conflictos. Basta con ver las relaciones entre San Pedro y San Pablo, luchas que no han cesado en otras personas. Hasta el día de hoy, vemos cómo nos catalogamos internamente los católicos. Los carismas -don preciado de Dios-, han pasado a ser más etiquetas que maneras de enriquecer a la comunidad. Nos encerramos en nuestras maneras de vivir la fe, con nuestros semejantes, sin lograr una Iglesia de colores diferentes pero unida. ¡Hasta nos tildamos con partidos políticos, de acuerdo al movimiento que perteneces!
Por eso necesitamos renovar la fe. Rezar el credo. Superar nuestras diferencias y mostrar el Cuerpo de Cristo. El Papa viene a generar unidad, diálogo y paz, tanto para el país como para los católicos. La unión que nos trae Francisco es la misma que nos trajo Jesús hace dos mil años atrás.
Viene a reunir a todo un pueblo bajo un mismo propósito: "Mi paz les doy". Pero no puede quedarse aquí, él solo nos viene a recordar algo que debiésemos tener inscrito en nuestra manera de ser. La unidad del pueblo chileno siempre se ve ante grandes catástrofes, pero nos falta esa unidad del día a día.
Esperémoslo con los brazos abiertos, para después abrazar a nuestros hermanos.
Ignacio Leiva
Voces Católicas