por María Paz Santibáñez, pjjrofesora de Lenguaje.
En primer lugar, quiero señalar clara y tajantemente que el crimen de Sophia me parece repudiable en todos sus matices.
Sin embargo, no creo en la pena de muerte… y antes que reaccionen airadamente les comparto mis reflexiones.
El problema fundamental por lo cual llegamos a esta situación es la educación o, más bien, la falta de educación:
Todos reclamamos que se habla de derecho y no deberes, pero ahí nos quedamos porque cuando se habla de respeto no sólo es ser respetado sino de respetar… quiero mi calle limpia pero cuando los perros rompen la basura otros deben limpiar… para eso se les paga…
Se habla de derecho a la educación… conozco mayores de 60 años más preocupados de terminar sus estudios que niños y jóvenes de aprovechar las oportunidades que hoy tienen.
Se habla de calidad de la educación, pero el apoderado para excusar su falta de preocupación apenas el niñ@ tiene un problema reclama en la superintendencia de la educación, en vez de acercarse al colegio y ver la situación.
Se habla de la importancia de los valores, pero siempre está la propuesta de eliminar la asignatura de filosofía.
El hombre que cometió este horrendo crimen, fue un niño que tuvo una "familia", una "educación" y convivió en una "sociedad"… para hacer lo que hizo probablemente demostró su actitud inhumana muchas veces… sin embargo, probablemente cuando los profesores llamaban a su apoderado, éste cuando se acercaba la colegio terminaba excusando al niño de su comportamiento; su sociedad de machos alfa debe haberlo felicitado cada vez que trataba mal a una amiga o polola y muchos familiares, vecinos y "amigos" callaron cuando vieron su violencia…
Entonces me dirán que este es un caso aislado… es cuestión de revisar cifras para darse cuenta que no lo es, el año 2015 cuando se propuso la "Ley Santiago"( un niño que fue maltratado por su cuidadora) se hablaba de más de 33 mil niños víctima de violencia.
Entonces, como nos gusta mirar hacia fuera y copiar, podemos ver que en otras sociedades las cárceles no existen y por qué, fácil respuesta porque los niños son educados no sólo en lo académico sino también de lo que permite crecer al espíritu.
Entonces ¿la solución es copiar una vez más modelos educativos de otros países? La respuesta, aún más fácil… llevamos años copiando modelos y seguimos con malos resultados.
Mejor preguntémonos ¿Por qué Gabriela Mistral tuvo que realizar la innovación pedagógica en México?, ¿por qué nuestros artistas e intelectuales hacen carrera fuera de Chile?, ¿por qué aún recurrimos al método Matte para enseñar la lecto escritura?
Educar significa mirarse a los ojos y sostener una conversación trivial o profunda, significa mostrar las opciones que existen a los niños y decidir junto con ellos la mejor opción, significa saludar con un "buenos días" o "buenas tardes" y despedirse con un "adiós" o un "hasta luego" porque eso de "buenas" o el "estimado" no dicen nada.
Educar significa preocuparse de lo que consume su hij@, porque no es normal que consuma alcohol, menos hasta borrarse, o ingiera clonazepan, mucho menos fumarse un pito con sus padres para crear lazos.
Educar significa permitir a los colegios que puedan brindar educación religiosa y el niño en su desarrollo pueda tomar lo que lleve en su vida… a veces es bueno el ejercicio de lo que los católicos llamamos temor de Dios y los budistas Karma… y si no es creyente coincidirá que "todo se paga en esta vida y no necesariamente con la muerte".
Y por último si aún cree en la pena de muerte… respondamos ¿qué castigo merece una madre que permite que un hombre aparezca como el padrastro si en realidad es el padre?, ¿qué ocurre con los que vieron la violencia y callaron? ¿qué ocurrió cuando todos imploramos la justicia por los niñ@s del Sename, Nabila Riffo, Antonia Garros o Joanne Florvill? Acaso no hemos estado siendo cómplices silenciosos…