Carolina Bustos Muñoz
Desde septiembre del año pasado el suplementero Juan Escárate Morales andaba en busca de unos pintores que le dieran una manito de gato a su quiosco ubicado en la esquina de El Molo con calle La Marina, en Barrancas, el cual atiende hace 25 años.
Por más que buscó y buscó, nadie lo tomó en cuenta, a lo mejor pensando que Juan no pagaría los trabajos. "Deben haber creído que por ser no vidente no les pagaría por su trabajo, por eso nadie acogió mis llamados", reflexiona.
Durante 23 años este suplementero ha acudido hasta el Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de San Antonio para hacer entrega de los diarios a los internos que se encuentran privados de libertad.
Este trabajo lo ha llevado a ganarse el aprecio tanto de los reos como del personal de Gendarmería que allí trabaja. "Como soy no vidente, los gendarmes me ayudan y son ellos quienes me llevan a mis clientes. La verdad es que no son muchos diarios los que entrego, pero a pesar de eso lo hago todos los días".
Después de pensar qué hacer con su quiosco, Juan tuvo la idea de dirigirse hasta la cárcel y plantearle su problema a los encargados, quienes de inmediato acogieron su solicitud.
"Yo hablé con el mayor José Hermosilla. Le conté que nadie me había tomado en cuenta con los presupuestos, así que de inmediato me dijo que no me preocupara, que él me ayudaría, pero que debía esperarlo un poquito porque tenían que terminar unos trabajos que estaban haciendo", contó Juan.
El pasado viernes, dos internos que tienen beneficios y que trabajan en el área de mantención, llegaron hasta el local, y en un día dejaron el quiosco como nuevo.
"Quiero aprovechar el diario para dar las gracias al mayor Hermosilla y al jefe de la cárcel (teniente coronel Raúl Arellano) porque al final pude concretar mi anhelo. Ellos quedaron felices con el trabajo realizado y yo también, así que estoy muy contento por esta ayuda social que hicieron conmigo", expresó el suplementero.
Por su parte, el jefe del CCP de San Antonio, teniente coronel Raúl Arellano Blanco, se mostró muy contento por el trabajo ejecutado por los internos y señaló que "don Juan es una persona no vidente y cada mañana el personal lo ayuda para que se traslade de un lugar a otro en la unidad. Por eso durante la mañana, dos internos y sus respectivas custodias se trasladaron hasta su punto de venta, que se ubica a escasos metros del establecimiento penitenciario. Estamos felices de haber podido ayudar a alguien tan importante para nosotros".