Carina Cabrera Aballay
Alrededor de las 14 horas de ayer, en la Playa Sur de Santo Domingo, muchos veraneantes tomaban el sol en los nuevos espacios instalados por la Municipalidad de Santo Domingo, con el fin de luchar contra las piedras que desde el 2010 cubren la arena del sector.
"Pusimos decks (plataformas) y esterillas de madera para que la gente pueda estar y transitar por el balneario sur sin tener que pisar las piedras", señaló el alcalde Fernando Rodríguez a El Mercurio.
Rodríguez, además, explicó que estas medidas nacieron tras comprobar, con diversos estudios, que para que la playa vuelva a su forma natural no hay que retirar los pedruscos. "Por eso se decidió convivir con las piedras y crear planes para facilitar el traslado sobre ellas", dijo.
Reacciones
Los veraneantes y habitantes de la comuna han reaccionado de diversas formas frente a las iniciativas.
Jorge Bendek, quien hace 20 años tiene casa en la zona , opinó que "el municipio no ha hecho lo suficiente, hay que buscar una solución creativa y más inteligente, como hablar con Codelco y machacar las piedras, o poner tubos y enterrarlas para hacer un muelle. Hay un montón de soluciones que tienen un costo y hay que evaluarlas porque la playa se está muriendo. De hecho, los precios de las casas han caído".
Josefa Gacitúa valora los esfuerzos, aunque con reparos: "El sector donde está el arreglo es bueno, pero muy chico".
Según Gacitúa, las piedras han afectado profundamente al balneario. "Conozco a mucha gente que ha vendido sus casas o las arriendan, porque ya no vienen a la playa. De hecho, yo no vengo mucho porque no está apta para estar".
Una visión más positiva tiene Hernán López, vecino de la comuna. "Toda medida que se toma es buena, porque ayuda a la gente que viene de Santiago a que pueda disfrutar la playa y también a los locales del sector. Hay un gran esfuerzo de las autoridades locales por mantener la playa".
Sin embargo, no desconoce el impacto que los pedruscos han causado. "Ya no es como antes, ha disminuido mucho la cantidad de gente. Creo que la gente va a querer irse de acá, porque no tiene ningún atractivo tener una casa aquí y salir a una playa llena de piedras".
Lilia Merino es una de las turistas que sigue yendo a la playa sin importar las piedras. "Me parece bien las mejoras que han hecho, porque es más limpio y se puede transitar. Me gusta venir porque este es un lugar tranquilo, limpio y seguro".