La joven sanantonina que vive su propio sueño americano
Camila Ibarra lleva tres años y medio viviendo en Pittsburgh, Estados Unidos, adonde llegó tras enamorarse de Ryan, un gringo que de a poco le robó el corazón. Hoy está feliz, pero no se olvida de su país.
La sanantonina Camila Ibarra Meza (29) siempre soñó con viajar y conocer otras ciudades alrededor del mundo, pero nunca imaginó que sería el amor lo que la llevaría a establecerse al otro extremo de su propio continente, donde se casó hace más de tres años.
"Cuando estudiaba en la universidad en Viña del Mar conocí a Ryan. Él es estadounidense y fue a Chile como estudiante de intercambio. Teníamos clases juntos y conversé con él por primera vez en un asado. Me gustó altiro, lo encontré súper mino e inteligente", cuenta la joven, que cursó su enseñanza media en el Colegio Nueva Providencia.
Tras esto, comenzaron a salir. El romance duró un año, hasta que él tuvo que regresar. "Seguimos en contacto por Facebook y mail, hasta que me dijo que volvería. En 2011 regresó y ahí nos pusimos a pololear en serio. Incluso conocí a su familia, que fue a visitarlo a Chile", dice.
Al terminar la universidad, continuó la relación: él venía por algunos meses y ella iba a Pittsburgh, donde residen actualmente. "Al principio no me proyectaba tanto, encontraba entretenido estar con él y conocer donde vivía. Con el tiempo, cuando nos separábamos echaba de menos hacer cosas con Ryan. Por ejemplo, había una pizzería a la que siempre íbamos, donde nos conocía la mesera y después de que él se fue no fui más".
Amor en Central Park
Camila viajó dos años consecutivos a Estados Unidos, antes de establecerse allá. Ryan vino a verla a Chile y buscó trabajo por meses, pero no pasó nada y tuvo que retornar. Al poco tiempo, ella viajó a reencontrarse con su amor. Fue ahí cuando vivió uno de los momentos más emocionantes y cinematográficos de su vida.
"Estuvimos unos días de vacaciones en Nueva York. Un día fuimos a tomar desayuno al Central Park, un parque muy famoso de allá. Yo estaba buscando un lugar perfecto para hacer el picnic y Ryan estaba dejando las cosas al lado de un árbol, cuando, de pronto, se pone de rodillas con un anillo en la mano. Quedé tan impresionada que me puse a llorar altiro y no me podía mover. Fue muy lindo, hasta que de pronto me mira y dice: 'todavía no me respondes nada'. Ahí le dije que sí, jajaja. Estaba tan sorprendida que no atinaba mucho", recuerda.
En el año 2015, en una ceremonia civil, contrajo matrimonio con Ryan y pasó a usar su apellido: Eskew.
Extrañando chile
Hoy lleva tres años y medio viviendo en Estados Unidos y está feliz, pero los primeros meses fueron duros para ella.
"Había salido hace poco de la universidad, donde estudié Negocios Internacionales, y tenía la expectativa de encontrar una pega en mi área. Soy súper impaciente y me bajoneaba no encontrar un trabajo en lo que había estudiado. Por eso, mientras sacaba mis papeles en Estados Unidos, me puse a trabajar en retail, vendiendo en una zapatería de hombres. Fue una buena experiencia para mí".
-¿Qué hizo más difícil el periodo de adaptación?
-Es difícil empezar de cero, porque siempre estás pensando en las cosas que están pasando al otro extremo del continente. Te pierdes cosas importantes de la gente que quieres y eso es difícil y a veces, doloroso.
Camila señala que no le ha costado adaptarse culturalmente a su nueva ciudad, "porque mis suegros y la familia de mi esposo son súper amorosos y nos llevamos bien", aunque hay cosas de la vida diaria que a menudo echa de menos.
"Extraño poder ir caminando a distintos lugares. Ahora vivo en los suburbios, por lo que debo usar siempre el auto. También echo de menos saludar de beso en la cara, la relación cercana con los compañeros de trabajo, el transporte y las piscolas, jajaja. Las fiestas de fin de año también, acá no se hacen cábalas para Año Nuevo. En Chile la gente es más prendida, hay más fiestas y eso me gusta mucho".
En el plano personal, ha estado ausente de grandes momentos. "Me perdí el matrimonio de mi hermana mayor, la muerte de nuestra perrita de toda la vida, la Pelusa, y el cumpleaños 50 de mi mamá. Eso fue súper triste, anduve bien bajoneada. Lo mismo me pasa para mi cumpleaños, me pone triste estar lejos en esas fechas".
Muy helado
El frío también ha sido un tema. "Aunque he pasado varios inviernos acá, creo que nunca voy a ser feliz en invierno. Me abrigo lo que más puedo para soportarlo, porque las temperaturas pueden llegar hasta los menos 20° C. Un día se nos cayó una toalla pequeña afuera de la casa y al otro día estaba durísima, porque se congeló. Igual es peligroso porque se pueden congelar las cañerías, así que todas las noches nos levantamos a dejar correr agua en el baño del segundo piso y así las cañerías se mantienen activas hasta el sótano", afirma.
A pesar de esto, le ve el lado positivo: "Despertar con nieve es muy bonito. Donde vivo hay un montón de fauna, no hay perritos callejeros, pero hay ciervos, ardillas, conejitos y pajaritos de colores, y cuando está nevando los puedes ver mejor".
-¿Pensaste que ibas a terminar en otro país?
-Sí, pero no acá. La vida gringa nunca me inspiró, mi ideal era irme a Asia y vivir allá. Siempre me ha gustado la idea de viajar y conocer lugares. Me metí a negocios internacionales por lo mismo, para entender otras culturas.
Actualmente, la joven trabaja en una empresa que vende sensores para puertas automáticas en California, México y América Latina. "Donde vivo hay pocos extranjeros, lo que me ha favorecido. Como soy novedosa y sé español pude optar a un buen trabajo, porque acá no hay gente que sepa de ventas y hable español. Tengo unos clientes en Chile, cuando los llamas saben altiro que soy chilena, jajaja".
Sobre su vida en Estados Unidos, dice que "me siento como en las películas, por los paisajes y las cosas que suceden. Por ejemplo, cuando voy a comprar comida china me regalan la galleta de la fortuna o en Navidad hay coros de personas cantando. Me gusta mucho en verdad, es todo bonito y aún nos queda mucho por hacer. Yo antes veía estas cosas en las películas y ahora vivo en esta escenografía", asegura mientras se prepara para un nuevo y frío día en las calles de Pittsburgh.