Dura paliza recibió sujeto que asaltó almacén en "las Colinas"
Antisocial intimidó a la dueña del local con un punzón y cuando quiso escapar fue atrapado por vecinos del sector.
Vecinos de la calle Mulchén, en Colinas del Mar, escucharon el fuerte sonido de cuando se quebraron los vidrios de la mampara de un almacén y en el mismo momento oyeron una alarma.
Cuando los residentes de la citada calle salieron de sus casas para ver de qué se trataba, observaron a un sujeto delgado y con polerón que corría a toda velocidad. Detrás del individuo iba la dueña de un almacén gritando que acababan de asaltarla.
Sin pensarlo, los testigos salieron tras los pasos del sujeto, quien torpemente corrió hacia una calle sin salida. Ahí lo atraparon y le dieron una dura golpiza.
"Le pegamos porque es la única manera de que entiendan. Andan robando, los pillan y quedan libres, da rabia", dijo uno de los vecinos sin entregar su nombre a la prensa.
El antisocial sangró profusamente desde la nariz y Carabineros llegó al lugar para llevárselo detenido.
¿Cómo fue el atraco? Elisa Quijada, la dueña del almacén, relató a Diario El Líder que el delincuente se colocó la mano en la espalda para sacar un punzón, pero ella creyó que se trataba de un arma de fuego.
"Cuando se puso la mano en la espalda me dijo 'esto es un asalto, quédese tranquila'. Yo me di vuelta para tratar de entrar (hacia la parte trasera del negocio) y le grité a mi marido '¡Me están asaltando!'", relató la comerciante.
Cuando la mujer se alejó del hampón logró activar una alarma de seguridad, que prende unas sirenas que suenan fuertemente, las mismas que oyeron los vecinos.
"Como sonó la alarma, (el ladrón) salió arrancando y chocó con la puerta (de vidrio), que se quebró. Ahí se cayó al suelo y perdió tiempo, entonces mis vecinos lo atraparon. Somos (con los vecinos) muy unidos y si no es por ellos este sería mi segundo asalto", destacó la víctima.
Hoy el detenido será puesto en manos del Juzgado de Garantía.
Detención ciudadana
Expertos advierten sobre el riesgo de las detenciones ciudadanas. Para el sociólogo de la Universidad Central, Emilio Torres, el peligro de estas situaciones es que se sabe cómo se empieza, pero no cómo se termina.
"Ese es el riesgo en este caso: no hay una definición clara de los límites en este tipo de eventos. Podemos entrar en un área que parece legítima, pero que entraña tremendos riesgos y podrían generar efectos negativos. Falta información, en especial de las autoridades policiales, sobre cuáles son los límites de la legítima defensa", explicó el profesional.