El jazzista que superó una dura enfermedad para continuar deleitando con su música
El músico Renato Muñoz, quien se apronta a cumplir 80 años, viene de dejar atrás una complicada situación de salud. Con energías recargadas quiere seguir enseñando y traspasando sus conocimientos y su pasión.
Compartir los gustos y pasiones con quienes más se quiere, debe ser uno de los momentos más felices de la vida de cualquiera mortal. El jazzista, profesor, director de orquesta y arreglista musical Luis Renato Muñoz Aqueveque (79) puede darse ese lujo de compartir escenario y pasión por la música con sus hijos, y continuar cruzando generaciones, ya que hasta sus nietos son hábiles con los instrumentos en sus manos.
En el reciente aniversario de Diario el Líder de San Antonio, Renato Muñoz, líder de la agrupación Wiskey Jazz, que conforma junto a sus hijos Gonzalo y Renato, y en ocasiones con su nieto Franco, hicieron gala de su virtuosismo y calidad musical que les ha permitido recorrer distintos escenarios.
Como ocurre en estos casos, su habilidad para la música venía incluida en su ADN. Su padre Pedro Luis Muñoz fue un destacado saxofonista y, aunque jamás compartieron escenario, la presencia de los instrumentos en el hogar y los consejos -y también coscorrones- paternales fueron motivos suficientes para comenzar a tocar clarinete e introducirse en el ambiente artístico.
Su afinidad con el clarinete le permitió a este capitalino de nacimiento, pero que llegó hace más de treinta años a la parte alta de Llolleo junto a su esposa Marlene y sus cinco hijos, participar en varias orquestas desde su juventud, siendo estos sus primeros trabajos remunerados.
Partió con la banda de jazz tropical Los Peniques en 1957, a los 19 años. Luego integró Los Banana 5, y durante más de 37 años tocó los bronces con Los Ramblers, una de las bandas ícono de la historia musical nacional, creadores del Rock del Mundial y que hace un par de semana perdieron a dos de sus integrantes tras un accidente automovilístico en el sur.
"Fue un accidente muy lamentable, hace ocho años me retiré del grupo por lo mismo, es riesgoso viajar en esas condiciones. Las partidas de Jorge (Rojas) y Valentín (Fernández) fue un momento muy doloroso", confiesa el músico avecindado en Llolleo.
Siempre ligado al jazz y las orquestas, durante los setenta era miembro estable de las bandas que sonaban en casi todas las radioemisoras de cobertura nacional. En el Casino Las Vegas capitalino interpretaba obras como "El hombre de La Mancha", "Chicago" y "El violinista en el tejado".
Tras acabarse el boom radial, tuvo la oportunidad de llegar a Canal 13, donde integró las orquestas de programas como Martes 13, Éxito y Sábado Gigante. Sus años en la televisión le permitieron establecer amistades con figuras como Javier Miranda, José Alfredo "Pollo" Fuentes, Don Francisco (Mario Kreutzberger), Valentín Trujillo y directores como Horacio Saavedra.
Su capacidad interpretativa y creativa le permitió recorrer distintos escenarios y compartir con figuras mundiales. En 1979 tocó con el compositor y arreglista estadounidense Ray Connif y con el maestro máximo del jazz, el también norteamericano Louis Armstrong, en una de sus visitas a suelo nacional. Con Los Ramblers conoció Estados Unidos y gran parte de Latinoamérica gracias a invitaciones de amigos músicos.
Pasión compartida
La familia Muñoz lleva en la sangre los ritmos musicales y eso llevó a Renato a formar la agrupación Wiskey Jazz y la academia Amigos de la Música y del Arte (Amar) que enseña en forma gratuita a decenas de niños y jóvenes que quieren acercarse a la música. Esta funciona cada sábado en las dependencias de la Fundación Siglo XXI, en Barrancas.
-¿Cómo es compartir escenario con hijos y nietos?
-Lo primero fue hacerlos tocar. Una profesora de la Orquesta Sinfónica de Chile les enseñó piano y yo los vientos. Con ellos en la universidad surgió la idea de tocar juntos. Gonzalo -profesor de música en el Instituto del Puerto- toca el contrabajo y Renato el banyo, pero como vive en Santiago y por motivos de trabajo no puede estar siempre presente, mi nieto Franco lo reemplaza sin problemas. Es un deleite tocar en familia y algo precioso, como padre, compartir este don, pasión y los escenarios. Somos muy unidos, Gonzalo me invitó a formar parte de Amar y en ocasiones para apoyarlo en clases.
-¿Por qué eligió el jazz como estilo musical?
-El jazz es lo mejor, lo mismo que el tango y la música sinfónica. Para tocar jazz hay que saber mucho y estudiar bastante. Siempre me gustó el jazz, escuchaba mucho a Benny Goodman en los programas radiales. Antiguamente había programas como la Hora del Jazz que permitían conocer este estilo musical. Es una expresión de sabiduría y talento, se puede improvisar y convertirlo en una especie de verso del alma. Nunca una improvisación es igual a otra, eso es lo que motiva el jazz y genera pasión. La música para mí lo es todo, me dio todo en la vida, mi familia, la posibilidad de conocer muchas ciudades y educar a mis cinco hijos.
Renato no comprende que exista gente que no siente interés por la música. "Como dijo Platón, la música no es una mera distracción, sino que parte de la cultura y educación armoniosa que debe tener el hombre. La música es el sonido del alma que sirve para curar heridas. En los colegios debería existir una mayor dedicación a enseñar música y que esté al mismo nivel que otras materias importantes. En los países desarrollados ocurre así, se le da la misma importancia que a las matemáticas o el lenguaje, por ejemplo. Tocar da un recreo al cerebro, un alivio en el proceso de conocimiento permanente que este tiene".
Acorde a sus experiencias, este músico de dilatada trayectoria no comparte la liviandad de algunos músicos cuando se suben al escenario. "En las orquestas siempre nos vestimos impecables. No se fuma, ni toma, ni se deben decir garabatos sobre el escenario. Estar ahí es sagrado y hay que respetarlo como tal, porque uno está trabajando, y uno en su trabajo debe vestirse bien y comportarse adecuadamente".
Nueva televisión
Conocedor del mundo televisivo en las décadas de los ochenta y noventa, este connotado jazzista confiesa que prefiere una televisión nacional con más énfasis en lo cultural y menos programación desechable.
"Me gusta la televisión cultural que entrega conocimientos a la comunidad, como lo que queremos realizar como agrupación y compañía. Por eso no veo programación nacional, prefiero los canales de tevecable, donde no exhiben tantas payasadas.
Los últimos meses han sido intensos para la familia Muñoz Korner, ya que una nueva complicación de salud, una parálisis facial, la segunda en los últimos años, tuvo por las cuerdas al patriarca Renato Muñoz. Sin embargo, un rápido tratamiento y las ganas de continuar tocando le permitieron recuperar la movilidad y tocar su clarinete, con los ensayos diarios que por más de seis décadas lleva realizando y cuya experiencia busca traspasar a las nuevas generaciones de San Antonio, la ciudad que eligió para vivir.