Michael Seguel P.
Bajándose de un auto con pistolas y gritando amenazas, un grupo de cuatro delincuentes intentó realizar ayer un portonazo cerca del frontis del cuartel de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) en Santiago.
El hecho ocurrió cerca de la una de la mañana de ayer, cuando una comisaria abandonaba sus funciones y se dirigía a su vehículo, estacionado en la comuna de Ñuñoa. Entonces, cuatro personas -dos menores y otros dos que hasta ayer en la tarde no habían sido identificados- la amenazaron con un "arma de fantasía".
"La colega, al verse amenazada, hizo uso de su arma particular, hiriendo a uno de los asaltantes", dijo el subprefecto Jaime Rojo, de la Brigada de Homicidios de la PDI.
Un sospechoso, de 16 años, fue trasladado al Instituto de Neurocirugía para atender sus heridas. Hasta ayer se mantenía internado.
El subprefecto Cristián Vásquez, jefe metropolitano de la Brigada de Robos Oriente, dijo a este medio que "un segundo menor de edad habría ingresado al hospital Padre Hurtado, con una herida de bala en la zona lumbar".
Personal policial advirtió al segundo sospechoso, de 17 años, luego de que se revisaran tanto las cámaras de seguridad del cuartel de la PDI como del recinto hospitalario donde aparece un vehículo de color negro -que aún no ha sido identificado- similar al auto en que escaparon los asaltantes.
La investigación quedó a cargo del fiscal metropolitano Oriente, José Bitar.
Uso de armas
Vásquez precisó que por Ley los funcionarios de la PDI "estamos autorizados a usar el arma de servicio 24/7. No sólo en nuestro horario de servicio. Esto, para que pueda ser usada en delitos flagrantes".
En el caso de la funcionaria, se trató de una pistola 9 mm.
El subprefecto dijo que por protocolo institucional la comisario contará con apoyo sicológico: "Resultó sin lesiones. No tiene licencia médica por lo que se espera que para mañana (hoy) retorne a sus funciones".