El profe del Ortografía Gol le mete una gambeta al cáncer
El muy querido Juan Francisco Astorga se encuentra aquejado de una complicada enfermedad. Sin embargo, se da maña para seguir jugando fútbol y escribiendo sobre sus entretenidos métodos de enseñanza
Las estadísticas educacionales indican que un profesor a lo largo de su carrera ayudó en la formación de más de dos mil alumnos, algunos sabios captaron como esponjas los conocimientos entregados desde el pupitre, mientras que otros lisa y llanamente desperdiciaron esa opción.
Los métodos de enseñanza han cambiado con el tiempo, como así las temáticas educativas, pero sin embargo, en la provincia de San Antonio y en otros rincones del país más de alguno que esté leyendo estas líneas guarda en su inconsciente el juego Ortografía Gol como uno de los más entretenidos y que fortaleció su conocimiento gramatical.
El juego consistía en dividir el curso en equipos y cada uno interpelaba a su rival con preguntas sobre la ortografía de palabras, cada error en la escritura significaba un gol a favor del atacante. La devoción era tal que los alumnos se preparaban estudiando el diccionario para poder pillar a sus rivales. El creador de este método es el querido profesor Juan Francisco Astorga (72), un docente hecho a la antigua, de aquellos que muy temprano generaron su vocación por enseñar a los demás.
El profe comenzó su carrera docente a los diecisiete años. Tras estudiar en la Escuela Normal y tener a profesores como el Luis "Zorro" Álamos, entrenador de la Universidad de Chile el "Ballet Azul" y luego finalista de la Copa Libertadores con Colo Colo 1973, y el folclorista Rolando Alarcón ganador del Festival de la Canción de Viña del Mar en 1970, confirmó sus creencias. Sus primeras clases las dio en la Escuela España, ex escuela N°5, "en esa época uno podía jugar fútbol con los alumnos y el respeto se mantenía en todo momento", recordó.
Como buen profesor normalista, Juan Francisco Astorga enseñó música, matemáticas, castellano, educación física, entre otras materias. Integró los planteles educacionales del Instituto del Puerto, Instituto Comercial Pacífico Sur, Liceo Santa Teresita, Colegio Sara Cruchaga y el Movilizadores Portuarios. Tras 44 años en las salas de clases decidió hacer un alto.
"Me cansó la actitud de algunos alumnos que no permitían construir, no dejaban a sus compañeros aprender. Se me volvió intolerable continuar", argumentó sobre el real motivo de su anticipado retiro de las aulas.
Aprendizaje
En la provincia, Astorga se terminó de formar como educador y también materializó con fuerzas su pasión por el fútbol jugando en San Antonio Atlético, José Luis Norris y Polvoritas Juniors, entre otros. Además, en nuestra zona se enamoró de Gilda Vidal, con quien cumplió 51 años de matrimonio que le entregó dos hijas, quienes a su vez le regalaron cuatro nietos.
El profe Astorga sabía que para trascender con los métodos de enseñanza estaba obligado a diversificar y así fue como nacieron los juegos educativos. "Me encantaba hacer clases activas y salir entre aplausos, que los chicos quedaran con la energía por las nubes y así partir con ganas la asignatura que vendría después", contó.
-¿Cómo nace el Ortografía Gol?
-Siempre fui deportista y en el Instituto del Puerto, como estudiaban solo hombres, en ese momento compartíamos el gusto con el fútbol, así que busqué la forma de hacerlos competir y que aprendieran. Una vez que los vi interesados y comprometidos comencé a generar el instructivo del juego. Incluso pensé en buscar el apoyo de alguna empresa para masificar este juego como método de enseñanza, pero finalmente no lo hice. Ahora que me retiré me puse a trabajar en un libro explicando cada juego como método de enseñanza y con otros capítulos como el "Usted no lo diga" a fin de evitar las redundancias. Me gustaría algún día publicarlo y que quede al servicio de los alumnos y padres, porque es algo que sirve a todo el mundo.
-¿Cuál es la recompensa del profesor?
-Me hace henchir el pecho que mis exalumnos se acuerden de cosas gratas que les quedaron para siempre y que aprendieron en clases. La repetición permite conocer los errores y así uno iba aprendiendo de forma entretenida, poco abrumadora. Es un orgullo haber intervenido en la formación académica de muchos profesionales.
Es una gran obligación ser profesor, por el impacto que se tiene en la vida de un alumno. Por eso, uno tiene que buscar la forma en que los contenidos queden en los jóvenes. Así se fueron dando la incorporación de juegos, no solo tengo el Ortografía Gol, sino que otros de natación, carreras de autos y completar figuras que ayudan a enseñar y aprender de forma más cercana y entretenida.
Cuando ingresé a la Escuela Normalista nos avisaron de inmediato que en este trabajo no ganaría mucho dinero y que se debía ser profesor, abogado, mamá, papá, sicólogo y autoridad. Uno debe ser el líder del aula y desde esa posición construir, dijo recordando conceptos que siempre lo acompañaron en las salas de clases como también los zapatos perfectamente lustrados, la cortaba y una puntualidad inglesa que hoy transmite a sus nietos.
Su lucha
Los últimos años del profe han estado marcados por su lucha contra un rebelde cáncer a la próstata que tras las radioterapias, algunas células cancerígenas se le alojaron en un par de vértebras. Sin embargo, a pesar del diagnóstico, el docente continúa realizando una vida normal, jugando fútbol en la Liga Dorada que congrega a los futbolistas más longevos de la comuna y babyfútbol los martes en el gimnasio Montemar José Rojas Zamora.
"Sigo jugando, pero me lesioné el tobillo y ahora la familia me está pidiendo que lo deje, porque una eventual lesión en la vértebra puede terminar en paraplejia. Desde que me enfermé cambié mi forma de jugar para no tener que abandonar el deporte. Me lesioné antes y seguí jugando, usando la cabeza más que el físico. Tal vez termine jugado taca taca y viendo a mis compañeros en cada partido", confesó.
Con la misma tranquilidad y amabilidad que empleaba en las aulas, el profe Juan Francisco Astroga entrega su consejo para quienes deben lidiar con una delicada enfermedad, "se debe seguir luchando, para qué llorar si se puede avanzar. No me siento mal, sé que el cáncer está presente, pero sicológicamente no lo hago sentir. La palabra cáncer es muy fuerte, uno lo asocia a la muerte y hago sentir que no estoy enfermo, así es como lo llevo. Es mi consejo para quienes están sufriendo alguna enfermedad de este tipo", dijo el querido docente.